
"No codiciarás. No codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su buey, ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo."
Exodo 20:17
01.- El décimo mandamiento nos enseña la importancia de velar sobre nuestros pensamientos, deseos e intenciones más íntimas. Nos impele a vigilar que el pecado no entre en nuestra vida y a resistirlo ahí mismo donde se origina, en nuestro corazón.
02.- El propósito fundamental del décimo mandamiento (Romanos 7:7).
"El décimo mandamiento ataca la raíz misma de todos los pecados, al prohibir el deseo egoísta, del cual nace el acto pecaminoso. El que, obedeciendo a la ley de Dios, se abstiene de abrigar hasta el deseo pecaminoso de poseer lo que pertenece a otro, no será culpable de un mal acto contra sus semejantes." (PP 318)
03.- El corazón es el lugar donde se origina el pecado (Marcos 7:21-22).
04.- Jesús explicó que el mal deseo en el corazón es la raíz de todo pecado y maldad (Mateo 5:28).
"Cuando se aman y acarician malos pensamientos, por muy en secreto que sea, dijo Jesús, se demuestra que el mal reina todavía en el corazón. El alma sigue sumida en hiel de amargura y sometida a la iniquidad." (DMJ 54)
05.- El no cuidar la observancia del décimo mandamiento fue lo que acarreó la caída de nuestros primeros padres en el Edén (Génesis 3:1-6).
06.- La Sagrada Escritura registra algunos nombres de personas que perduran como una advertencia para todos nosotros respecto a los estragos que causa la codicia en el corazón (Josué 7:20-21; Mateo 26:14-15; Hechos 5:1-10).
"Tenemos ante nosotros la terrible suerte que corrieron Acán, Judas, Ananías y Safira. Y aun antes de estos casos tenemos el de Lucifer, aquel 'hijo de la mañana' que, codiciando una posición más elevada, perdió para siempre el resplandor y la felicidad del cielo. Y, no obstante, a pesar de todas estas advertencias, la codicia reina por todas partes." (PP 531)
07.- El efecto que produce la codicia en el hombre y en especial el amor al dinero (1 Timoteo 6:9-10).
08.- La avaricia es considerada por Dios como una forma de idolatría (Colosenses 3:5; Efesios 5:5).
09.- Jesús sabiamente rechazó la codicia y la idolatría en su vida y nos dejó un sabio consejo al respecto (Mateo 4:8-10; Lucas 12:15).
10.- La mezquindad, el no desear compartir misericordiosamente nuestros bienes con aquellos que necesitan y acapararlos avariciosamente es considerado una falta grave y que puede significar nuestra perdición (Lucas 12:16-21).
11.- La codicia conduce a una enemistad manifiesta con Dios (Santiago 4:1-3).
12.- La codicia conduce invariablemente a la envidia que corrompe al hombre (Santiago 4:5; Proverbios 14:30).
13.- El cristiano debe luchar contra la codicia en su vida (1 Timoteo 6:8).
"Todos los que procuren hacer de la honestidad el principio dominante en los negocios diarios de la vida, precisarán estar vigilantes consigo mismos a fin de no codiciar 'plata, ni oro, ni vestidos'. Mientras encuentren satisfacción teniendo la comida y el vestido necesarios, será fácil mantener el corazón y las manos apartados de la deshonrosa codicia y la deshonestidad." (4 T 574)
14.- Los cuidados que se deben observar a fin de no codiciar cosas malas (Proverbios 4:23).
"Los que no quieren ser víctimas de los ardides de Satanás deben custodiar cuidadosamente las avenidas del alma; deben abstenerse de leer, ver u oír cuanto sugiera pensamientos impuros. No se debe dejar que la mente se espacie al azar en todos los temas que sugiera el adversario de las almas." (PP 492)
15.- Sólo en Dios podemos encontrar ayuda para vencer nuestros malos deseos, pensamientos e intenciones (Filipenses 4:13).
"En la proporción que el amor de Cristo colme nuestro corazón y controle nuestra vida; la codicia, el egoísmo y el amor a la comodidad serán vencidos, y será nuestro placer hacer la voluntad de Cristo, de quien pretendemos ser siervos. Nuestra felicidad será entonces proporcional a las buenas obras que hagamos, estimuladas por el amor de Cristo." (3 T 382)
16.- Debemos pedir a Dios que nos ayude a cultivar un corazón limpio de malos deseos, pensamientos e intenciones (Salmo 51:10).
"Si no deseamos cometer pecado, debemos apartarnos de su verdadero origen. Toda emoción y deseo deben ser sometidos a la razón y la conciencia. Todo pensamiento pecaminoso debe ser inmediatamente repelido. Entrad en vuestros aposentos, seguidores de Cristo. Orad con fe y de todo corazón." (5 T 77)
"Debemos cerrar todas las puertas a la imaginación impura y a los malos pensamientos, elevando el alma a la presencia de Dios mediante la oración sincera. Los que abren su corazón para recibir el apoyo y la bendición de Dios caminarán en comunicación constante con el cielo." (CC 71)
17.- La codicia y el diezmo (Malaquías 3:8-10).
"Es el espíritu de la codicia lo que induce a los hombres a conservar para la complacencia propia los medios que por derecho pertenecen a Dios, y este espíritu es tan aborrecible para él ahora como cuando, mediante su profeta, censuró severamente a su pueblo así: “¿Robará el hombre a Dios? Pues vosotros me habéis robado. Y dijisteis: ¿En qué te hemos robado? Los diezmos y las primicias. Malditos sois con maldición, porque vosotros, la nación toda, me habéis robado.” Malaquías 3:8, 9." (Los Hechos de los Apóstoles pág. 273)