Los Diez Mandamientos constituyen la ley de Dios, expresión soberana de la voluntad del Creador y un trasunto de su propio carácter. La experiencia religiosa de un hombre o una mujer, desarrollada a lo largo de toda su vida, está comprendida en los principios expresados en los Diez Mandamientos, constituyendo el código moral, la base del ordenamiento social y regla infalible por medio de la cual debe ser probada toda persona, organización o teoría.

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