MUNDO Y RELIGION - M&R
   
  MUNDO Y RELIGIÓN - M & R
  ¿Dónde está hoy el pueblo de Dios?
 
Hoy en día existen grandes corrientes dentro del cristianismo que se arrogan la pretensión de ser el pueblo de Dios que lo representa en la Tierra. Sea cual sea el nombre o la denominación que adopten estos grupos, todos ellos alegan por su cuenta ser el pueblo de Dios que está impartiendo el Evangelio del Reino al mundo en el último tiempo.

Al decir de las estadísticas, en el año 2005 había 2100 millones de cristianos en el mundo, es decir un tercio de la población mundial y en consecuencia, el cristianismo vendría a ser la religión con más seguidores en el mundo. Un estudio posterior realizado en 2011, indica que la cifra habría aumentado a 2180 millones de cristianos en el mundo.

Sin embargo, frente a tan arrollador informe estadístico cabe preguntar: ¿por qué el mundo en que vivimos es tan injusto? ¿por qué por todas partes se ve sinverguenzura, fraude, robo, violencia, inmoralidad, drogadicción y toda clase de mal en un mundo dominado e influenciado notablemente por el cristianismo?

La realidad señala que:
 "El hecho de que los hombres se hallen en el seno de la iglesia no prueba que sean cristianos." (Palabras de Vida del Gran Maestro, pág. 52) 

Por tanto, está claro que aquellos que las estadísticas mencionan al año 2011 como 2180 millones de cristianos, en la realidad no son cristianos. Son personas que como dice un texto: "viven como pecadores y pretenden ser cristianos" (El Servicio Cristiano, pág., 52)

Esto indica que la mayoría de las personas que asisten a distintas congregaciones cristianas del mundo, del color o identificación que sean, en la realidad no son cristianos.

En Chile, por ejemplo, los últimos informes estadísticos dicen que su población es un 70% católica y un 30% protestantes de distintas corrientes.  Con estas estadísticas no están de acuerdo los protestantes por cuanto ellos aseguran que no representan el 30% de la población chilena sino más del 50%, algo que es posible tenga algo de certeza ya que la credibilidad del catolicismo, al menos en Chile, está en franca retirada.

Sin embargo, sea cual sea la situación estadística del cristianismo en Chile, con una mayor presencia católica o protestante, es preocupante saber que Chile es considerado por las distintas organizaciones internacionales (ONU, OMS, UNICEF, etc.) como uno de los países con mayor desigualdad e injusticia social y económica de Latinoamérica. La injusticia social es tan patente en este país, que motivo el llamado "estallido social" de octubre de 2019 y en que prácticamente todo el país se alzó para protestar por el abuso del sector empresarial y  las clases más acomodadas del país.  

¿Cómo es posible que en un país donde casi la totalidad de la población se declara adherente al cristianismo sea uno de los países sindicados con los mayores índices de desigualdad e injusticia social y económica en América Latina?


Sencillamente, porque la realidad es que muchas personas, la gran mayoría de aquellos que adhieren a las distintas confesiones cristianas en realidad están representados por "aquellos que se han unido a la iglesia, pero que no se han unido a Cristo." (Palabras de Vida del Gran Maestro, pág. 52) 
 
"A menudo se levanta la pregunta: ¿Por qué, entonces, hay tantos que pretenden creer en la Palabra de Dios, en los cuales no se ve una reforma en las palabras, en el espíritu y en el carácter? ¿Por qué hay tantos que no pueden soportar la oposición a sus propósitos y planes, que manifiestan un temperamento no santificado, y cuyas palabras son ásperas, despóticas y apasionadas? Se ve en ellos el mismo amor al yo, la misma indulgencia egoísta, el mismo mal genio y lenguaje precipitado que se notan en la vida de los mundanos. Existe el mismo orgullo sensible, la misma concesión a la inclinación natural, la misma perversidad de carácter que si la verdad fuera completamente desconocida para ellos. La razón es que no están convertidos. No han escondido la levadura de la verdad en su corazón. No ha habido oportunidad para que ella realizan su obra. Sus tendencias naturales y cultivadas a hacer lo malo no han sido sometidas a su poder transformador, Sus vidas revelan la ausencia de la gracia de Cristo, una falta de fe en su poder para transformar el carácter." (Palabras de Vida del Gran Maestro, pág. 52) 

"La relación con una iglesia no reemplaza a la conversión. El aceptar el credo de una iglesia no es de ningún valor para ninguna persona si el corazón no experimenta un verdadero cambio." (El Evangelismo, pág. 215)

MI IGLESIA ES EL VERDADERO PUEBLO DE DIOS

¿Cuántas veces hemos escuchado este aserto en nuestras vidas? La verdad es que muchas. Más de las que quisiéramos recordar y sin embargo al poco andar, las personas se dan cuenta que tal afirmación carece de todo fundamento y no precisamente desde el punto de vista de las creencias bíblicas que cada conglomerado sostiene, sino aún peor, desde el punto de vista de cómo viven esas personas al interior de su conglomerado religioso o aún como viven el día a día en su hogar, vecindario o lugar de trabajo.

En muchas congregaciones se da mayor énfasis a cosas triviales y sin gran importancia como por ejemplo no tomar café o bebidas colas, no recibir vacunas, no celebrar cumpleaños, la navidad o la recepción de un nuevo año y sin embargo, en la vida de esas mismas personas, la mentira, la envidia, la deshonestidad o el fraude son cosa de cada día (Vea Mateo 23:23).
 

Muchas veces cuando uno se da el tiempo de conocer más estrechamente a cualquiera de los grupos religiosos que existen hoy en día, invariablemente termina sintiéndose chasqueado porque en ellos, no se ven las características del verdadero pueblo de Dios y si bien en muchos de esos conglomerados religiosos los nuevos conversos son recibidos amistosa y caritativamente, la verdad es que al poco andar las personas se dan cuenta que todo eso es una pantalla que sólo pretende ocultar el verdadero afán de esos grupos, el conseguir nuevos adherentes para fortalecer el grupo.

No es ningún misterio que la Iglesia Católica, que por muchos siglos se erigió como la iglesia madre del cristianismo, hoy en día está seriamente desprestigiada por los innumerables casos de corrupción, pedofilia, abusos deshonestos y violaciones de las que son responsables los propios sacerdotes y prelados, según lo determina la verdad y la justicia. Estos casos de corrupción y depravación han salido a luz pública y afectado a altos dignatarios del catolicismo, debiendo el Papa, incluso pedir disculpas públicas a los feligreses como una forma de aquietar el ánimo de las gentes contra la iglesia por tanta desverguenza e inconsecuencia con los principios cristianos.

Las iglesias evangélicas no se quedan atrás con los casos de corrupción y enriquecimiento ilícito de parte de sus pastores y dirigentes ecclesiásticos, los cuales acumulan riquezas y grandes fortunas en sus cuentas corrientes a costa de la credulidad de sus feligreses, haciéndose público dichos abusos a través de denuncias periodísticas y reportajes sobre el tema.

Los casos de corrupción al interior de la Iglesia Evangélica han llevado a divisiones dentro de los propios evangélicos, al punto que en el Tedeum 2019, evento que se realiza todos los años durante la celebración de Fiestas Patrias en Chile, se dejó ver una profunda división entre el magisterio de dicha colectividad religiosa, ya que una parte de dicho magisterio es acusada de enriquecimiento ilícito y la otra parte pugna por mantener una actitud un poco más conservadora a ojos del mundo, lo cual dista mucho de ser el ejemplo como luz del mundo que la iglesia está llamada a mantener frente a aquellos que buscan a Dios en sus vidas. 

Por otra parte, algo que ha llamado profundamente la atención en los últimos años, son las numerosas denuncias de corrupción, mayormente por parte de ex feligreses, al interior de la Sociedad WatchTower, muchas de las cuales se han ventilado incluso en los tribunables de justicia y que han motivado una amplia investigación sobre los manejos de este grupo religioso y que han derivado en ocasiones en la cancelación de onerosas multas y demandas económicas por encubrimiento de delitos y mal manejo de casos de pedofilia y abusos de menores preferentemente. (Vea sobre esto en: https://es.wikipedia.org/wiki/Testigos_de_Jehov%C3%A1_y_abuso_sexual_infantil)

Durante muchos años y antes del advenimiento de la internet, la Sociedad WatchTower había logrado mantener un férreo hermetismo respecto a las cosas que ocurrían al interior de su quehacer religioso, sin embargo, hoy en día se cuentan por miles los testimonios de ex feligreses que realizan todo tipo de denuncias respecto a malas prácticas y corrupción dentro de este conglomerado religioso y que empañan seriamente su pretensión de ser en verdad el pueblo de Dios, algo que se habían empeñado en sostener durante decenas de años y que hoy en día se vuelve francamente insostenible a ojos del mundo.

Al decir de sus propios feligreses, la demoninación cristiana de la WatchTower ha llegado ser en muchos aspectos semejante al catolicismo y al protestantismo que tanto criticaran antaño en sus publicaciones durante los últimos 50 años, al permitir que se introdujeran en su medio la pedofilia y el abuso de menores, así como el interés desmedido por captar el dinero de sus adherentes que en muchos aspectos supera incluso la ambición monetaria que se deja ver en las iglesias que otrora denunciaran por las mismas causas. 

CONOCIENDO A LAS IGLESIAS DEL MUNDO

Concluyentemente, si una persona cualquiera se da a la tarea de conocer internamente a las distintas "iglesias" del mundo, se dará cuenta que en el seno de ellas abunda la profesión de cristianismo, sin embargo, el verdadero cristianismo, fundado en el amor a Dios y al prójimo se encuentra totalmente ausente.

De un inicio, llama la atención que el cristianismo se levanta como la religión más dividida en el mundo. Hoy Ud. puede encontrar cristianos católicos y protestantes. Aún si Ud. indaga al interior de cualquiera de esos conglomerados, verá que ellos mismos están divididos en facciones y movimientos internos que disienten entre ellos y se descalifican mutuamente.

Los católicos por ejemplo, están divididos en católicos tradicionales y ortodoxos. A su vez los católicos tradicionales han visto surgir un movimiento disidente conocido como el "Lefebvrismo" o la "Hermandad Sacerdotal San Pío X" una sociedad internacional de sacerdotes católicos tradicionalistas que mantienen puntos de desacuerdo con la línea tradicional dentro del catolicismo.

Los protestantes en general, un conglomerado que comprende en el mundo a los menos 800 millones de habitantes,
se encuentra fragmentado en pentecostales, presbiterianos, bautistas, metodistas, anabaptistas, adventistas, mormones, anglicanos, luteranos, calvinistas, etc. 

Aún dentro de estos mismos grupos hay divisiones. Los adventistas, por ejemplo, un grupo que surgió oficialmente en 1863, se divide en la actualidad en adventistas tradicionales y reformados. Ambos grupos mantienen puntos en disputa desde 1925. A su vez, los adventistas reformados, se dividen en reformados tradicionales y un grupo al que se denomina "los hermanos internacionales", dos bandos que mantienen puntos en disputa desde 1951 y cuyo conflicto han sido absolutamente incapaces de solucionar como "buenos hermanos" demostrando que son grupos que están llenos de celo propio y disensiones que les impiden obedecer el deseo de Cristo de que llegaran a ser uno, así como el y el Padre son una cosa.

Notemos que los adventistas reformados desconocen a la original Iglesia Adventista del Séptimo Día como la "iglesia verdadera" y se arrogan cada uno por sí, es decir, los reformados tradicionales y los reformados internacionales, la cualidad de ser el pueblo de Dios del último tiempo, descalificándose mutuamente en dicha pretensión. 

Ambos grupos de "adventistas reformados" se mantienen separados actualmente, repudiándose unos a otros y descalificándose unos a otros, pero en realidad lo que descalifica a ambos grupos como el verdadero pueblo de Dios es la incapacidad manifiesta de poder reconciliarse como hermanos a partir del "problema de 1951". Esto, indudablemente, descalifica a ambos conglomerados en su pretensión de ser el pueblo de Dios que enseña al mundo del último tiempo (Vea Mateo 5:20-26).

Mas allá de las divisiones dentro del cristianismo y de los distintos grupos o conglomerados que pretenden ser cristianos, lo que más llama la atención es que ninguno de estos conglomerados está conformado totalmente por verdaderos cristianos. Son muy pocas las personas, que al interior de los distintos grupos religiosos viven realmente el cristianismo a la altura de los principios que nos enseñó Jesús de Nazareth, siendo en su mayoría personas inconversas que pretenden ser cristianas.

Es claro y como dice una autora respecto a los grupos que se dicen cristianos: "viven como pecadores y pretenden ser cristianos" (El Servicio Cristiano, pág. 52)
 
¿DÓNDE ESTÁ HOY EL PUEBLO DE DIOS?
Apocalipsis 18:1-4

Si bien es común que se tienda a pensar que el pueblo de Dios está constituido por una única organización cuyos feligreses son todos miembros de ese pueblo escogido por Dios, la verdad es totalmente distinta y alejada de esa pretensión.

Es claro que Dios tiene un pueblo, siempre ha sido así. En los días de Cristo, el pueblo judío era el pueblo de Dios y a quien el propio Dios había hecho el depositario de su pacto, la data de la ley, el culto y las promesas (Romanos 9:4), sin embargo, el contingente que formaba este pueblo no vivía a la altura de las bendiciones de Dios (Mateo 15:7-9). Sorprendentemente, los mayores actos de fe, vinieron en esa época no de personas judías, sino de persona gentiles. ¿Dónde estaba el pueblo de Dios en los días de Cristo? Ciertamente, muchos había de entre los judíos, pero también muchos había de entre los gentiles.

Hoy en día sucede igual que en los días de Cristo. Existe un pueblo al que Dios ha hecho el depositario de la verdad presente para ser proclamada al mundo entero y al que la revelación simboliza con los tres ángeles de Apocalipsis 14 (Apocalipsis 14:6-11), pero es muy claro también que la mayoría de todas las personas que componen ese contingente, no pueden en consecuencia ser llamados en propiedad el pueblo de Dios, ya que no viven a la altura de la luz que han recibido al igual que ocurría antaño con los judíos y fariseos de los días de Cristo.

En el último tiempo y la Biblia lo dice así, habrá un pueblo de Dios que se distinga del resto del mundo y la profecía indica que Dios en su propósito se ha propuesto resguardar a un contingente en el último tiempo, al que se llama "los santos". Este contingente se distingue porque "guarda los mandamientos y tiene la fe de Jesús" (Apocalipsis 14:12).

¿De dónde surge este contingente? Claramente, de entre aquellos que directamente reciben el mensaje que Dios tiene para ser proclamada a toda nación, tribu, pueblo y lengua según Apocalipsis 14:6-11 y al que Jesús llama "el Evangelio del Reino" para ser proclamado al mundo entero antes de que venga el fin (Mateo 24:14) ya que estás son una y la misma obra que debe ser hecha antes de que venga el fin del mundo.

Ahora bien, una gran parte del pueblo de Dios, al que la revelación llama "los santos" según Apocalipsis 14:12, está aún en Babilonia, representación simbólica de las iglesias que pretenden ser cristianas pero que no guardan los mandamientos de Dios ni tienen la fe de Jesús (Apocalipsis 18:1-4). Muchas de esas personas son cristianos sinceros que viven el Evangelio de acuerdo a lo que conocen de él y que cuando venga el tiempo de prueba, se ubicarán entre los que guardan los mandamientos de Dios y tienen la fe de Jesús, para formar finalmente un sólo pueblo y un solo contingente, el pueblo de Dios.

Hay entre los católicos, entre los evangélicos protestantes, entre los mormones y simpatizantes de la WatchTower, personas que realmente anhelan ser buenos cristianos y andan en la luz que poseen. Ellos recibirán luz para comprender que la salvación y la vida eterna se fundan en la observancia de los mandamientos de Dios y en la fe de Jesús, tal como dice Apocalipsis 14:12 y como antaño enseñara el propio Jesús y los apóstoles (Mateo 19:16-17; Hechos 16:30-31). 

LOS QUE OYEN LA PALABRA DE DIOS Y LA EJECUTAN

La Biblia dice que en una ocasión estando Jesús hablando a las gentes: "Vinieron a él su madre y hermanos, y no podían llegar a él por causa de la multitud. Y le fue dado aviso, diciendo: Tu madre y tus hermanos están fuera, que quieren verte. El entonces respondiendo, les dijo. Mi madre y mis hermanos son los que oyen la palabra de Dios, y la ejecutan." (Lucas 8:19-21). 

Jesús enseñó que los verdaderos cristianos "son los que oyen la palabra de Dios, y la ejecutan". 

En la vida de los verdaderos cristianos se verifica una experiencia religiosa basada en el decir y el hacer la voluntad de Dios (Mateo 7:24-27).

De hecho, Jesús fue el primero en denunciar la inconsecuencia de aquellos que dicen vivir de acuerdo a la voluntad de Dios pero no obran de acuerdo a su profesión de fe (Lucas 6:46: Mateo 15:1-10).

El pueblo de Dios en verdad está formado no por una organización en particular, con nombre y apellido, sino por todos aquellos que sincera y honestamente procuran seguir a Cristo y ser buenos cristianos y que se ajustan a lo señalado en Apocalipsis 14:12.

Hoy en día existe un contingente organizado que promueve la observancia de los mandamientos de Dios y que en su mensaje predican la fe de Jesús. Algunas personas de este contingente, forman parte del pueblo de Dios porque viven a la altura de la luz y la verdad que conocen.

Sin embargo, de entre aquellos que forman hoy parte de las iglesias que no guardan los mandamientos de Dios ni tienen la fe de Jesús como garante de nuestros pecados y santificador de nuestras vidas, muchos viven y obran sincera y honestamente y aunque no practican completamente la verdad porque no la conocen, serán agregados finalmente al pueblo de Dios para hacerlos completos en Jesús. Habrá entonces un sólo rebaño y un sólo Señor, conformado por todos quienes salieron de entre el contingente encargado de predicar el Evangelio Eterno y todos aquellos que finalmente saldrán de Babilonia (las iglesias que no guardan los mandamientos de Dios  ni tienen la fe de Jesús) y formarán el definitivo pueblo de Dios antes de que Cristo venga por segunda vez a la Tierra. 
 
 
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