MUNDO Y RELIGION - M&R
   
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  ¿Quién es el Elías que ha de venir?
 
La profecía de Malaquías indica claramente que antes que venga el día de Jehová, Elías vendrá a la Tierra y llevará a cabo una obra de reforma que involucrará especialmente a la familia, convirtiendo el corazón de los padres a los hijos y de los hijos a los padres (Malaquías 4:1-6).

En los días de Jesús existía mucha expectación respecto al cumplimiento de la profecía del profeta Malaquías y había un incrementado interés en la aplicación de la profecía. De hecho, los judíos enviaron sacerdotes y levitas a Juan el Bautista con la pregunta expresa: "¿Eres tú Elías? (Juan 1:21). Más tarde, cuando el propio Jesús interrogó a sus discípulos respecto a lo que las gentes decían de él, sus discípulos le dijeron algunos creen que tú eres Elías (Mateo 16:13- 14). Todo esto deja ver que en los días de Jesús los estudiosos de las Escrituras, procuraban saber cómo y cuándo se había de cumplir la profecía de Malaquías relacionada con el Elías prometido.

Los discípulos no estaban exentos de interés sobre el Elías prometido y teniendo ocasión, preguntaron a Jesús: "¿Por qué dicen pues los escribas que es menester que Elías venga primero?" (Mateo 17:10).

La respuesta que Jesús dio a los discípulos aclaró algunas dudas, pero también dejó preguntas pendientes. "Y respondiendo Jesús, les dijo: A la verdad, Elías vendrá primero y restituirá todas las cosas, Mas os digo, que ya vino Elías, y no le conocieron, antes hicieron en él todo lo que quisieron: así también el Hijo del Hombre padecerá de ellos. Los discípulos entonces entendieron, que les habló de Juan el Bautista." (Mateo 17:11-13)

Si bien los judíos pensaban que Elías vendría literalmente antes del Día de Jehová, la verdad es que la profecía tenía otra explicación. Jesús dijo: "ya vino Elías, y no le conocieron", "los discípulos entonces entedieron, que les habló de Juan el Bautista". Elías no iba a venir personal o literalmente a la Tierra sino que una persona con las características espirituales de Elías iba a cumplir la profecía, Juan fue esa persona.



Efectivamente, cuando se anunció el nacimiento de Juan el Bautista, el ángel dijo:  "Porque será grande delante de Dios, y no  beberá vino ni sidra, y será lleno del Espíritu Santo, aun desde el seno de su madre. Y a muchos de los hijos de Israel convertirá al Señor Dios de ello. Porque irá delante de él con el espíritu y virtud de Elías, para convertir los corazones de los padres a los hijos, y los rebeldes a la prudencia de los justos, para aparejar al Señor un pueblo apercibido." (Lucas 1:15-17)

Juan el Bautista iba a venir "con el espíritu y virtud de Elías" para cumplir la profecía de Malaquías y ser en consecuencia el Elías prometido en las Escrituras. 

La respuesta que Jesús dio a los discípulos diciendo "ya vino Elías" refiriéndose a Juan el Bautista despejaba la duda de los discípulos en cuanto a lo que los judíos esperaban de la profecía de Malaquías, pero sentó además un segundo cumplimiento de la misma profecía porque él también dijo: "A la verdad Elías vendrá primero y restituirá todas las cosas". ¡Sí! Jesús ubicó una segunda venida de Elías en el futuro y le señaló una obra determinada: "restituirá todas las cosas".

¿Cuándo vendrá este Elías? Es claro que este Elías futuro no es Juan el Bautista, del cual se dijo "ya vino Elías" sino que representa una clase de personas que en el futuro hará una obra "con el espíritu y virtud de Elías". Los judíos confundían la venida del primer Elías profético con la venida del segundo Elías profético y que Jesús ubicó en el futuro.





SIGUIENDO LA HUELLA PROFÉTICA DEL ELÍAS PROMETIDO

¿Por qué debe venir un segundo Elías profético al mundo?  Para entender esto, debemos aclarar que la obra del original Elías, es decir de aquel que vivió en los tiempos del rey Achab, enfrentó una de las más graves apostasías del pueblo de Dios y que había llevado a que el culto de Baal se estableciera fuertemente en lugar del culto a Jehová dentro del propio Israel. Elías el profeta denunció intrépidamente la apostasía del pueblo y denunció los pecados de Israel, esto le costó ser perseguido por el rey y desechado por el pueblo de Israel.

En los días de Juan el Bautista, la situación era más o menos similar. El mensaje de Juan era un mensaje de arrepentimiento y que llamaba al pueblo y a sus dirigentes a aceptar verdaderamente a Dios en sus corazones y a prepararse para el advenimiento del Mesías (Mateo 3:1-12). 

¿Por qué debe venir un segundo Elias profético al mundo en nuestros días? Por la misma razón que antaño. Los profesos cristianos están sumidos en una grave apostasía y que los lleva  profesar la fe de Jesucristo pero a negar esta fe con sus obras.

Como dijo una vez una autora: "Es una solemne declaración la que hago a la iglesia, de que ni uno de cada veinte de aquellos cuyos nombres están registrados en los libros de la iglesia se halla preparado para terminar su historia terrenal, y que estaría tan ciertamente sin Dios y sin esperanza en el mundo como el pecador común. Profesan servir a Dios, pero están sirviendo fervientemente a Mammón. Esta obra que se hace a medias es una negación constante de Cristo, más bien que una confesión de Jesús. Muchos han traído a la iglesia su propio espíritu insubordinado, carente de refinamiento. Su gusto espiritual está pervertido por sus propias corrupciones inmorales y degradantes, y simbolizan al mundo en espíritu, en corazón y en propósito, confirmándose a sí mismos en prácticas lujuriosas, completamente llenos de engaño en su profesa vida cristiana. ¡Viven como pecadores, y pretenden ser cristianos! Los que pretenden ser cristianos y confesar a Cristo deben salir de entre ellos, y no tocar cosa inmunda, y separarse. . . . " (Servicio Cristiano, 52-53).

La situación actual dentro de las profesas iglesias cristianas es que: "multitudes se unen a la iglesia sin haberse unido jamás con Cristo." (Conflicto de los Siglos, 569).

El gran pecado en los días del Elias era que los dirigentes y el pueblo habían dejado los mandamientos de Dios (1 Reyes 18:17-18). En los días del primer Elías prometido según la profecía de Malaquías el pecado era semejante y así también lo será en los días del Elías moderno. Hoy en día multitudes de personas que se declaran "cristianas" viven como pecadores y sin embargo pretenden ser cristianos.

¿A quién representa entonces el Elías del último tiempo? Veamos.

"Los que deben preparar el camino para la segunda venida de Cristo están representados por el fiel Elías, así como Juan vino en el espíritu de Elías a fin de preparar el camino para su primera venida. El gran tema de la reforma debe ser puesto sobre el tapete, y la mente del público debe ser sacudida. La temperancia en todas las cosas debe estar relacionada con el mensaje, para apartar al pueblo de Dios de su idolatría, su glotonería y su extravagancia en el vestir y en otras cosas." (Maranatha, p. 116)

¿Por qué debe haber una reforma en el tiempo inmediatamente anterior a la Segunda Venida de Cristo? Lea Isaías 22:12-14. Estamos viviendo en un tiempo de juicio y que es anterior a la Segunda Venida de Cristo. En este tiempo de juicio, somos llamados a mantener una actitud de ayuno, expectación y oración, lo cual se contrapone a la actitud del mundo que está comiendo, bebiendo y haciendo sus negocios (Mateo 24:37-39; Lucas 17:26-30).

LA OBRA DEL PRIMER ELÍAS PROMETIDO
SEÑALA LA OBRA DEL ELÍAS MODERNO


"Como profeta, Juan había de "convertir los corazones de los padres a los hijos, y los rebeldes a la prudencia de los justos, para aparejar al Señor un pueblo apercibido." Al preparar el camino para la primera venida de Cristo, representaba a aquellos que han de preparar un pueblo para la segunda venida de nuestro Señor. El mundo está entregado a la sensualidad Abundan los errores y las fábulas. Se han multiplicado las rampas de Satanás para destruir a las almas. Todos los que quieran alcanzar la santidad en el temor de Dios deben aprender las lecciones de temperancia y dominio propio. Las pasiones y los apetitos deben ser mantenidos sujetos a las facultades superiores de la mente. Esta disciplina propia es esencial para la fuerza mental y la percepción espiritual que nos han de habilitar para comprender y practicar las sagradas verdades de la Palabra de Dios. Por esta razón, la temperancia ocupa un lugar en la obra de prepararnos para la segunda venida de Cristo." (Deseado de Todas las Gentes, 76)

¿Cuál era el mensaje de Juan, el primer Elías prometido? (Mateo 3:1-2). "Juan proclamaba la venida del Mesías, e invitaba al pueblo a arrepentirse. Como símbolo de la purificación del pecado, bautizaba en las aguas del Jordán. Así, mediante una lección objetiva muy significativa, declaraba que todos los que querían formar parte del pueblo elegido de Dios estaban contaminados por el pecado y que sin la purificación del corazón y de la vida, no podrían tener parte en el reino del Mesías." (Deseado de Todas las Gentes, 80)
 
"Y ya también -decía el profeta,- el hacha está puesta a la raíz de los árboles: todo árbol pues que no hace buen fruto, es cortado, y echado en el fuego." No por su nombre, sino por sus frutos, se determina el valor de un árbol. Si el fruto no tiene valor, el nombre no puede salvar al árbol de la destrucción. Juan declaró a los judíos que su situación delante de Dios había de ser decidida por su carácter y su vida. La profesión era inútil. Si su vida y su carácter no estaban en armonía con la ley de Dios, no eran su pueblo." (Deseado de Todas las Gentes, 82)

EL ELÍAS MODERNO EN EL APOCALIPSIS

Cuando Jesús estuvo con nosotros anunció que el fin del mundo estaría señalado por una obra de evangelización mundial (Mateo 24:14).

En el Apocalipsis, el libro que habla mayormente del tiempo del fin, la obra de evangelización mundial anunciada por Jesús está representada por el mensaje que tres ángeles entregan a todo el mundo, después de lo cual se describe el fin del mundo (Apocalipsis 14:6-12).

La recepción en el corazón del mensaje de los tres ángeles da como resultado un grupo de personas al que se llama "los santos" y que se distinguen por dos características fundamentales: 1) guardan los mandamientos de Dios y, 2) tienen la fe de Jesús (Apocalipsis 14:12).

De aquí se desprende que la mayoría de los profesos cristianos de hoy no pertenecen al grupo que recibe en su corazón el evangelio eterno ya que no guardan los mandamientos de Dios y en sus mensajes instan a otras personas a no guardar los Diez Mandamientos insistiendo en que éstos han sido abrogados por Jesús.

Vale aclarar que Jesús dijo enfáticamente: "No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas, no he venido para abrogar sino a cumplir." (Vea Mateo 5:17-19).

En las Sagradas Escrituras se hacen dos importantes preguntas: 

1) ¿Que debo hacer para entrar en la vida eterna?  Jesús responde: "si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos." (Mateo 19:16-17)

2) ¿Qué debo hacer para ser salvo? Los discípulos responden: "cree en el Señor Jesucristo y serás salvo tú y tu casa" (Hechos 16:30-31).

Siendo así, quienes aceptan el evangelio del reino en su corazón, aquel evangelio que Jesús dijo sería predicado a todo el mundo antes del fin, tendrán estas dos características: 1) guardan los mandamientos de Dios y, 2) tienen la fe Jesús como su Salvador. Estas son las  mismas características que indica el Apocalipsis que tendrán los que reciban en su corazón el mensaje del evangelio eterno antes de que sobrvenga el fin del mundo. 

Note que inmediatamente que el mensaje de los tres ángeles de Apocalipsis 14 es entregado al mundo, se separa un grupo llamado "los santos" y que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús, mientras que el resto del mundo hacen parte de aquellos que se enfrentarán a la siega descrita en Apocalipsis 14:14-20. La siega es el fin del mundo (Mateo 13:39).

¿Qué pasará entonces con los profesos cristianos y que hoy integran los miles de iglesias que profesan el cristianismo en el mundo entero? ¿Serán ellos consumidos en la siega del fin del mundo? La respuesta es: si ellos no aceptan en su corazón el triple mensaje angélico de Apocalips 14:6-12 y que los lleva a guardar los Diez Mandamientos y la fe de Jesús, perecerán ciertamente en la siega del fin del mundo.

¿Habla la Biblia de esos cristianos que no aceptan el evangelio en su corazón? La respuesta es sí. En el libro de Apocalipsis y  a través del mensase a las siete iglesias, se muestra a la iglesia en distintas etapas de su historia, y la etapa de la historia final de la iglesia, es decir de la iglesia de nuestros días, es descrita por la séptima etapa de la iglesia, la iglesia de Laodicea (Apocalipsis 3:14-22). 

La iglesia de Laodicea es una iglesia autosuficiente y llena de justificación propia. Laodicea dice de sí misma: "soy rica, estoy enriquecida y no tengo necesidad de ninguna cosa". Sin embargo, a la vista de Dios es "cuitada, miserable, pobre, ciega y desnuda".

Toda persona que profesando el cristianismo en la práctica no guarda los mandamientos de Dios, no tiene en consecuencia la fe de Jesús en su corazón porque aquella persona que verdaderamente ha aceptado a Jesús en su corazón evidencia su fe por medio de la obediencia (2 Corintios 5:17; 1 Juan 2:4). "La obediencia es la prueba del discipulado" (Elena G. de White, Camino a Cristo)

La Biblia dice: "el que dice que está en él (en Cristo), debe andar como él anduvo" (1 Juan 2:6). la pregunta es: ¿cómo anduvo Jesús cuando estuvo con nosotros?

Aquí está la respuesta:

1) Jesús guardó la ley de Dios en su vida, enseñó que la ley es eterna y más duradera que el cielo y la tierra y que la ley es la norma del juicio para los hombres

"No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas, no he venido para abrogar sino a cumplir. Porque de cierto os digo, que hasta que perezca el cielo y la tierra, ni una jota ni un tilde perecerá de la ley, hasta que todas las cosas sean hechas. De manera que cualquiera que infringiere uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñare a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos; mas cualquiera que hiciere y enseñare, éste será llamado grande en el reino de los cielos." (Mateo 5:17-19)

2) Jesús guardó el sábado

 "Y vino a Nazareth, donde había sido criado, y entró conforme a su costumbre, el día del sábado en la sinagoga, y se levantó a leer." (Lucas 4:16)

3) Jesús enseñó que la observancia de los Diez Mandamientos es condición para entrar en la vida eterna (Mateo 19:16-17; Lucas 10:25-28)

Ahora, ¿guardan los cristianos de hoy la ley de Dios, los Diez Mandamientos?  La verdad es que no. Por eso, Laodicea está en en una condición desesperada a la vista de Dios.

"En este tiempo de apostasía casi universal, Dios exige que sus mensajeros proclamen su ley con el espíritu y el poder de Elías. Así como Juan el Bautista, al preparar un pueblo para el primer advenimiento de Cristo, llamó su atención a los Diez Mandamientos, así debemos dar el mensaje nítidamente: 'Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado' (Apocalipsis 14:7). Debemos esforzarnos para preparar el camino para el segundo advenimiento de Cristo, con el mismo fervor que caracterizó a Elías el profeta y a Juan el Bautista." (E.G. de White, Comentario Bíblico ASD, tomo 4, pág. 1206).

Sin embargo, hay una esperanza para Laodicea, porque Jesús dice: "He aquí, yo estoy a la puerta y llamo, si alguno oyere mi voz, entraré a él, cenaré con él, y él conmigo." (Apocalipsis 3:20).

Hoy en día las personas que desean ser cristianas o aceptar el cristianismo en sus vidas, se encuentran frente a la paradoja de aceptar el cristianismo tal cual lo practican las iglesias de hoy o aceptar el cristianismo tal como lo enseñó Jesús y lo practicaba la iglesia cristiana primitiva. La mayoría de las personas toman la decisión de dejarse llevar por la tendencia de las iglesias modernas y quizás, el no seguir el ejemplo de Jesús, sea la causa de por qué está fracasando el cristianismo en nuestros días.



"Maravillosa será la transformación de quien abra por la fe la puerta de su corazón al Salvador." (El Ministerio de Curación, pág. 53)

Puesto que en el Apocalipsis está anunciada la predicación mundial del evangelio del reino y que además se deja ver la condición espiritual y moral imperante en la iglesia del último tiempo, cabe preguntar dónde está simbolizada la obra del Elías moderno: la respuesta está en Apocalipsis 18:1.

Aquí se muestra la obra de un ángel que teniendo un gran poder (el espíritu y virtud de Elías), iluminará toda la tierra con su gloria. De esta manera, queda simbolizada la obra que Dios hará en beneficio del mundo y aún de la obra que hará en beneficio de la propia iglesia, ya que la obra del Elías moderno es primeramente para quienes han pretendido aceptar a Jesús en sus vidas.
 
 
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