Jesús anunció que una especial obra de evangelización debía ser hecha en favor del mundo antes de que sobrevenga el fin (Mateo 124:14)
Hoy en día existen más de 30 mil sectas y grupos menores dentro del cristianismo que alegan estar cumpliendo con la obra mundial de evangelización anunciada por Jesús y que debe ser hecha en todas las naciones.
A fin de granjearse la confianza de las personas que desean conocer a Dios, estos grupos y sectas se hacen conocer con nombres llamativos como "los santos del tiempo del fin", "Iglesia del Señor", "los testigos de Dios", "los santos apostólicos", etc. nombres que en general no contribuyen a nada, más que a aumentar la confusión del mundo entero.
Lo anterior, lleva a una gran confusión entre la gente que desea conocer la Biblia y sus enseñanzas ya que se encuentra con la realidad de que todas las denominaciones y corrientes dentro del cristianismo aseguran ser el conducto por medio del cual Dios se da a conocer a los hombres.
El problema se torna aún más dramático si consideramos que no son pocos los grupos de profesos cristianos que enseñan y practican cosas que incluso rayan en la maldad, como por ejemplo el suicidio colectivo, el sacrificio de niños, la poligamía, etc. prácticas en las cuales una persona normal puede verse involucrada sin pensar por dejarse llevar por estas sectas y grupos que alegan ser cristianos.
Frente a esta desalentadora situación, la propia Biblia advierte diciendo: "Amados, no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios, porque muchos falsos profetas son salidos en el mundo." (1 Juan 4:1)
No es sensato creer todo lo que nos digan aún sabiendo que hay mucho engaño en el mundo. Debemos seguir el consejo de Dios: "probad los espíritus si son de Dios".
Muchas personas desatienden este consejo y prontamente se ven participando de una determinada "iglesia" o corriente religiosa de la cual después se sienten desengañadas. No es un misterio que hoy en día la religión y especialmente el cristianismo están muy desacreditados frente a la opinión popular y que por ello las personas tienden a sentirse aún mucho más confusas a la hora de identificar al verdadero pueblo de Dios.
La Biblia dice: "el simple cree a toda palabra, más el avisado entiende sus pasos." (Proverbios 14:15) Hoy en día muchas personas no pueden dar más argumento a favor de su fe que: porque es la religión de sus padres, o porque el lugar de reunión queda cerca de sus domicilios, o porque ahí es donde participan mis amigos, etc.
LA REGLA INFALIBLE
¿Cree Ud. que Dios nos dejaría librados a nuestre suerte en la empresa de identificar al pueblo de Dios del último tiempo en medio de tanta confusión imperante? No, por supuesto que no. Dios siempre nos ha dado en la Biblia indicaciones de cómo sobrevivir a los tiempos (vea acerca de la experiencia de Daniel en la Biblia: Daniel capítulo 7; Daniel 9:2-3).
¿Cree Ud. que Dios nos dejaría a merced del engaño imperante en nuestros días con más de 30 mil sectas, grupos y denominaciones que aseguran ser el pueblo de Dios de este último tiempo? No, evidentemente que no.
La ley de Dios, la observancia de los Diez Mandamientos, es la regla infalible por la cual Ud. puede probar los espíritus y saber cuándo una iglesia, una persona o un libro cualquiera nos habla la verdad y el mensaje proviene de Dios.
"¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido." (Isaías 8:20) Esta es la norma que Dios nos ha provisto para probar los espíritus. La ley de Dios me permite saber si una iglesia o persona habla bajo la luz que Dios le ha dado o si su corazón y mensaje está en tinieblas.
La Biblia deja ver una regla infalible para saber cuándo una determinada "iglesia" o denominación religiosa está edificando sobre la verdad y representa lo que Dios desea que cada uno de nosotros viva en su experiencia cristiana. Note que no es lo que Dios desea que Ud. crea, sino que lo que Dios desea que Ud. practique en su vida cristiana.
""¡A la ley y al testimonio! Aunque abundan las doctrinas y teorías contradictorias, la ley de Dios es la regla infalible por la cual debe probarse toda opinión, doctrina y teoría. El profeta dice: ‘Si no hablaren conforme a esta palabra, son aquellos para quienes no ha amanecido.’ (Isaías 8:20)" (El Conflicto de los Siglos, pág, 505)
¿Enseña su iglesia la ley de Dios de los Diez Mandamientos?
Si no lo hace, ¿cree Ud. que es el pueblo de Dios?
Hoy en día sólo hay una corriente religiosa dentro del cristianismo que enseña y promueve la enseñanza de la ley de Dios, los Diez Mandamientos. Si no lo sabe, inicie Ud. su búsqueda.
Pregunte a toda persona religiosa y profesa del cristianismo que Ud. conozca si guarda los Diez Mandamientos, incluído el sábado de reposo semanal y prontamente se dará cuenta cuán efectiva es esta norma infalible.
Si la persona le dice que no guarda esta ley, si habla en contra de los Diez Mandamientos, la Biblia dice: "¡A la ley y al testimonio! Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido." (Isaías 8:20)
Alguien puede decir que esta norma era para el Antiguo Testamento. Esto no es así. Note que Dios nunca cambia (Malaquías 3:6).
La ley de Dios, su observancia, enseñanza y práctica fue la norma que Jesús presentó al mundo para mostrar que su mensaje era de Dios. Jesús dijo: "No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas: no he venido para abrogar sino a cumplir. Porque de cierto os digo, que hasta que perezca el cielo y la tierra, ni una jota ni un tilde perecerá de la ley, hasta que todas las cosas sean hechas. De manera que cualquiera que infringiere uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñare a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos: mas cualquiera que los hiciere y enseñare, éste será llamado grande en el reino de los cielos." (Mateo 5:17-19)
Jesús probó que su mensaje era de Dios porque se ajustaba a Isaías 8:20
La misma norma han aplicado los cristianos en épocas posteriores a la muerte de Cristo (Santiago 1:22-25; 2:10-12)
EL APOCALIPSIS AYUDA
EN LA IDENTIFICACIÓN DEL PUEBLO DE DIOS
Si Ud. lee el Apocalipsis con cuidado, notará que a lo largo de todo el libro profético se va desarrollando el gran conflicto de lo siglos que ha surgido en el mundo respecto a la observancia de la ley de Dios.
La obra mundial de predicación del evangelio anunciada por Jesús en Mateo 24:14 está descrita en revelación en el libro de Apocalipsis representada por el mensaje que tres ángeles entregan a todo el mundo, después de lo cual se describe el fin del mundo (Apocalipsis 14:6-12).
En este pasaje se describe la obra mundial de predicación del evangelio y a grandes rasgos se indica también el contenido básico del mensaje de estos tres ángeles proféticos. ¿Cuál es el contenido de ese mensaje?
Como primer punto se dice: "Temed a Dios y dadle honra" (Apocalipsis 14:6).
El temor de Dios en la Biblia está relacionado directamente con la observancia de los mandamientos de Dios, los Diez Mandamientos, hay amplia evidencia al respecto (Deuteronomio 6:2; 10:12-13; Ecclesiastés 12:13-14). Por tanto, el mensaje "temed a Dios y dadle honra" es una invitación a guardar los mandamientos de Dios, una invitación a guardar los Diez Mandamientos.
Esto concuerda plenamente con el mensaje de toda la Biblia, que deja ver que la observancia de los Diez Mandamientos es lo que se ha llamado el Pacto de Dios con su pueblo (Deuteronomio 4:12-13). Este pacto fue invalidado por el pueblo porque no lo pusieron por obra y dio origen a un nuevo pacto (Jeremías 31:31-33) que fue hecho ya no con el pueblo de Israel sino con la Iglesia Cristiana y a través del ministerio de Jesucristo (Hebreos 8:6-10). En este pacto, los Diez Mandamientos que originalmente fueran escritos en dos tablas de piedra, serán escritos en el corazón y la conciencia de cada cristiano que en consecuencia se hará un guardador de los mandamientos de Dios.
Este mensaje que invita al mundo a guardar los mandamientos de Dios, provocará una división con todas aquellas "iglesias" que no aceptan esta realidad y que por tanto pasan a constituir "Babilonia", no sólo porque no aceptan la ley de Dios como parte de su fe y práctica, sino porque además albergan en su seno creencias heredadas de la antigua Babilonia como la creencia en la inmortalidad del alma, el culto a los muertos y la santificación del domingo en oposición al sábado de los Diez Mandamientos.
Esta discrepancia en cuanto al día de observancia semanal, lleva a que practicamente todas las denominaciones religiosas adopten el domingo como día de descanso semanal o "día del Señor" en oposición al sábado de Jehová, el verdadero día de descanso instituido por Dios y el verdadero "Día del Señor". Estas mismas personas, asumen que la fe en Cristo no implica obedecer la ley de Dios, aunque la propia Biblia dice que la fe sin obras es muerta en sí misma. Todas estas inconsecuencias en la fe y práctica de los profesos cristianos llevan a que inmediatamente antes del fin del mundo, éste se divida en dos clases de personas, los que sirven a Dios y los que no le sirven.
El Apocalipsis identifica claramente al pueblo de Dios, ya que no sólo indica cuál sería la base de su mensaje teológico, el evangelio eterno, sino que además da a conocer el resultado de la predicación de ese mensaje y que redunda en la convocación de un grupo de personas al que se llama "los santos" (Apocalipsis 14:12) y que se distingue por dos características fundamentales:
1) guardan los mandamientos de Dios y,
2) tienen la fe de Jesús (Apocalipsis 14:12).
Note que las dos características de este grupo que resulta de la aceptación del "evangelio eterno" los distingue del resto del mundo que no guardan los mandamientos de Dios ni tienen la fe de Jesús. De aquí se desprende que la mayoría de los profesos cristianos de hoy no pertenecen al grupo que recibe en su corazón el evangelio eterno ya que no guardan los mandamientos de Dios y en sus mensajes instan a otras personas a no guardar los Diez Mandamientos ya que insisten en que éstos han sido abrogados por Jesús. Vale aclarar que Jesús dijo enfáticamente: "No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas, no he venido para abrogar sino a cumplir." (Vea Mateo 5:17-19).
Otra vez, cuando el Apocalipsis identifica al pueblo de Dios que trabaja en el mundo en el último tiempo y que es resistido por Satanás el Diablo, indica que está compuesto por quienes "guardan los mandamientos de Dios" (Apocalipsis 12:17).


Siendo así, y como siempre ha sido, la ley de Dios es la regla infalible que nos permite distinguir el bien del mal, la luz de las tinieblas. La enseñanza y obediencia de la ley de Dios fue la prueba que debieron antaño sortear los antiguos profetas para sostener su aserto de hablar de parte de Dios. La enseñanza y observancia de la ley de Dios fue el fundamento que ofreció Jesús en el sermón de la montaña para garantizar que su mensaje era del cielo y hoy en día, la enseñanza y observancia de la ley de Dios ha de ser la característica que distinga al pueblo de Dios durante el tiempo del fin, es decir, en nuestros Días.
Dios no nos deja a merced del engaño en los últimos días, nos ha dado una prueba infalible, su santa ley, para saber cuando una iglesia, una persona o una publicación, habla de parte de Dios, si no dijeren conforme a esto es aquellos para quienes no ha amanecido (Isaías 8:20).