LAS SIETE TROMPETAS DEL APOCALIPSIS
¿EVENTOS PASADOS O FUTUROS?

INTRODUCCIÓN
Con relación a las siete trompetas del Apocalipsis, que mayormente son descritas en los capítulos 8 y 9, se han propuesto variadas y diversas interpretaciones entre los adventistas del séptimo día y respecto a estos pasajes específicos de la profecía debemos ser sinceros en reconocer que no hay absoluta certeza y claridad en cuanto a lo que el apóstol Juan siendo inspirado del Espíritu Santo escribió para la Iglesia.
No obstante, de entre las interpretaciones que se han propuesto para las “siete trompetas” dos han encontrado mayor aceptación no sólo entre los intérpretes sino entre los miembros del pueblo adventista, estas dos posiciones son:
1.- LA POSICIÓN HISTÓRICA.- Que considera las trompetas como eventos históricos que dicen relación con la caída del Imperio Romano de Occidente como consecuencia de las invasiones de los pueblos bárbaros en el siglo V y posteriormente el surgimiento del imperio musulmán, eventos que en la séptima trompeta han de extenderse hasta el mismo fin del mundo.
Esta interpretación ve en los símbolos de las trompetas las figuras históricas de Alarico, Genserico, Atila y Odoacro sucesivamente y posteriormente describe el desarrollo del islam de la mano de Mahoma su principal profeta y líder.
Es claro que de acuerdo a esta interpretación, los eventos descritos como siendo parte del cumplimiento de las trompetas son ubicados mayormente en el pasado.
2.- LA POSICIÓN ESCATOLÓGICA.- Que interpreta las siete trompetas como refiriendo a las siete plagas postreras que han de ser derramadas en el último tiempo sobre los habitantes culpables de la tierra después del fin del tiempo de gracia y que ubica los eventos descritos como estando aún en el futuro.
Como resultado de lo anterior, la escuela histórica y la escuela escatológica han venido en ser llamadas también como “escuela preterista” y “escuela futurista” según cómo ambas posiciones ubican en el tiempo los eventos descritos en las trompetas.
Es claro que en la actualidad la posición histórica cuenta cada vez con menos adeptos toda vez que la interpretación de símbolos y pasajes de las Escrituras que dicha interpretación ofrece enfrenta serios problemas en cuanto a los métodos interpretativos utilizados, además de inconsecuencias en el orden histórico.
Como resultado de las dificultades de interpretación que se señalan, la posición escatológica, que asimila las trompetas a las plagas, ha ido ganando cada vez mayor aceptación e incluso quienes han sido fervientes defensores de la posición histórica han aceptado que eventualmente pudiera haber un doble cumplimiento en el sentido que las trompetas puedan en verdad estar revelando eventos pasados y futuros a la vez, es decir que sin un necesario desmedro de los eventos históricos que hablan de las invasiones de godos, vándalos y hunos, a más del mundo musulmán, también se pudiera conceder que las trompetas revelen eventos relativos a las plagas.
Actualmente, muchos que han defendido por tiempo la posición histórica están adoptando esta última forma de pensar, es decir aceptar un doble cumplimiento para las siete trompetas del Apocalipsis. Al hacer esto, no hacen más que aceptar que la posición escatológica está verdaderamente fundada en principios de interpretación que resultan ser de peso aún para sus más fervientes opositores.
Lo anterior, deja ver además que mientras que la posición histórica va progresivamente perdiendo aceptación, la posición escatológica en cambio va ganado terreno aún entre sus más acérrimos detractores.
Hoy en día la correcta interpretación de las siete trompetas sigue siendo objeto de estudio y análisis por parte de los adventistas del séptimo día.
Honestamente un estudioso del tema declaró lo siguiente:
“Los adventistas del séptimo día siempre estamos estudiando la profecía de las trompetas. Admitimos que no tenemos toda la luz, y que debemos dirigirnos al Señor para que el Espíritu Santo nos ilumine en tanto buscamos comprender esta profecía.” (Joseph J. Battistone, Verdad Presente-Gloria Futura, pág. 74)
EL ESPÍRITU DE PROFECÍA Y LAS TROMPETAS
El tema de las siete trompetas no es tratado directamente en ninguno de los escritos del Espíritu de Profecía lo cual hace aún más dificultosa su correcta interpretación. Si bien existen algunas referencias a la quinta y sexta trompetas en El Conflicto de los Siglos, estas nunca han sido realmente aceptadas como propuesta de una acertada interpretación para los símbolos y pasajes de Apocalipsis 8 y 9.
Notemos lo expresado por un eminente estudioso del tema sobre los pasajes comentados:
“En ningún lugar de sus escritos, Elena White comenta las siete trompetas. Su única referencia a Apo. 8 y 9 es un breve comentario en El Conflicto de los Siglos, en el capítulo titulado: ‘Una Reforma Significativa’. En esas páginas ella comenta el despertar que condujo a la desilusión de 1844. Hay en ese capítulo dos expresiones interesantes. En la página 382 dice: ‘En 1840 otro notable cumplimiento de la profecía despertó interés general’. En la página siguiente dice: ‘En la misma fecha en que había sido especificada. Turquía aceptó, por medio de sus embajadores, la protección de las potencias aliadas de Europa.’
Algunos sostienen que en estos pasajes Elena White apoyó la interpretación de Litch acerca de la quinta y sexta trompetas. Otros sostienen que ella meramente declaró que se cumplió lo que Litch interpretó acerca de las trompetas, y no lo que Juan intentaba que entendiéramos.
En la Consulta Teológica de Glacier View en 1980, los pastores White y Olson, de la Corporación White, apoyaron este último punto de vista. El autor de estos Estudios de Apocalipsis sostiene esta misma posición.” [Ricardo Cabero A., Sermones para Pastores y Predicadores Laicos, pág. 109]
Sin ir más lejos, un hombre muy conocido dentro del mundo adventista el Dr. Desmond Ford, un hombre muy talentoso, erudito bíblico y orador elocuente, quien después de ser un adventista ferviente tristemente apostató de la Iglesia, al momento de su alejamiento presentó un documento conteniendo 101 preguntas a la Iglesia, entre las cuales se encontraba la siguiente en relación a “Apocalipsis 9 y Josías Litch”:
Ford declara: “La interpretación hecha por Josias Litch de Apocalipsis 9:15 para el día 11 de agosto de 1840, estaba completamente errada, como el propio Litch admitió en años posteriores.” “Elena White aceptó las conclusiones proféticas de Josías Litch concernientes al 11 de agosto de 1840” (Ford, pp. 659-660, 584)
En atención a esta pregunta del Dr. Ford la Iglesia Adventista del Séptimo Día respondió de la siguiente manera:
“No. Esta es la única referencia conocida a Apoc. 9 en todos los escritos de Elena White que aparece, no en conexión con un estudio exegético de la Biblia, sino como parte de una descripción del movimiento millerista. Con base en su interpretación de Apoc. 9:15 Josías Litch predijo en 1838 que el poder otomano sería quebrantado en 1840. El 1° de agosto de 1840 el predijo que esto ocurriría el 11 de agosto. Lo que ocurrió en esa fecha confirmó la fe de multitudes en la interpretación de las Escrituras por parte del movimiento millerista y dio un gran impulso al movimiento del advento.
Si Elena White hubiese querido decir en El Conflicto de los Siglos, pág. 334, que la profecía de Juan el revelador tuvo su cumplimiento el 11 de agosto de 1840, estaría apoyando la interpretación de Litch sobre Apoc. 9:15. En cambio, si ella simplemente dijo que la predicción de Josías Litch se cumplió, ella no necesariamente está apoyando la comprensión del texto por parte de Litch.” (Respuesta de la Iglesia Adventista del Séptimo Día a las 101 preguntas del Dr. Ford, pág. 64 y 65)
Es claro que la interpretación histórica de Josías Litch enfrentaba serios problemas. Uno de estos fue el problema de los cambios de calendarios ocurridos en 1582 y 1752. Efectivamente, los cálculos y fechas propuestos por Litch no habían considerado de modo alguno que entre los años 1449 y 1840, que se señalaron como cumplimiento de los 391 años y 15 días de Apocalipsis 9:15, se habían experimentado dos importantes cambios de calendario que afectaban directamente las fechas por él dadas y que al ser considerados, echaban por tierra las fechas y los períodos propuestos. Esto causó un serio cuestionamiento de la interpretación que Litch propusiera para la quinta y sexta trompetas del Apocalipsis.
Junto con el cuestionamiento de la interpretación propuesta por Litch, los ojos se volcaron sobre Elena G. de White quien aparentemente lo había apoyado en dicha interpretación y aún muchos dudaron realmente de que la hermana fuera profeta de Dios al haber avalado un error manifiesto, no obstante, es claro, como respondió la Iglesia Adventista del Séptimo Día, que ella nunca apoyó de manera directa la interpretación del hermano Litch, sino que solamente enfatizó que las fechas por él señaladas se habían cumplido sorprendentemente dando un gran apoyo y auge al movimiento del advento.
De todo esto, se desprende que los pasajes aludidos del Conflicto de los Siglos, no pueden ser usados como apoyando una correcta interpretación de Apocalipsis 9, toda vez que la misma Hna. White no los consideró de esa manera y dado que el supuesto acierto de la fecha indicada para el 11 de agosto de 1840, no pasó de ser una curiosidad que asombró posteriormente al propio Litch después de considerar el problema de los cambios de calendario que estropearon su interpretación.
LAS TROMPETAS ¿EVENTOS PASADOS O FUTUROS?
Quizás sorprenda que una de las pocas referencias del Espíritu de Profecía con relación a las trompetas nos reporte bastante luz sobre el tema en estudio. Veamos.
“Solemnes eventos están delante de nosotros. Se escuchará el sonido de una trompeta tras otra, y copa tras copa será derramada sobre los habitantes culpables de la tierra. Escenas de tremendo interés están delante de nosotros.” [Elena G. de White, Comentario Bíblico Adventista, tomo 7, pág. 982. Texto que también se encuentra en Mensajes Selectos, tomo 3,pág. 487 y Eventos de los Ultimos Días, pág. 242]
En este pasaje se deja ver claramente lo siguiente:
a) Que la Hna. White asocia las trompetas de Apocalipsis 8 y 9 con las copas de la ira de Dios que simbolizan las plagas de Apocalipsis 16.
b) Que las trompetas se ubican en el futuro al igual que las copas de la ira de Dios.
Aún podemos considerar el siguiente párrafo inspirado:
“La batalla del Armagedón se librará, y aquel día no debe encontrar a ninguno de nosotros durmiendo. Debemos estar bien despiertos, teniendo, como las vírgenes prudentes, aceite en nuestras vasijas junto con nuestras lámparas. . .
Debe reposar sobre nosotros el poder del Espíritu Santo, y el Capitán de las huestes del Señor estará a la cabeza de los ángeles del cielo para dirigir la batalla. Solemnes eventos están a punto de ocurrir ante nosotros. Las trompetas suenan una tras otra, se derrama una copa tras otra sobre los habitantes de la tierra.” [Elena G. de White, “Maranatha”, pág. 255]
En este pasaje que guarda bastante similitud con el anterior, se deja ver claramente que las trompetas, siempre en conexión con las copas que contienen las siete plagas postreras, son eventos futuros y que están en directa relación con los momentos finales en la historia de este mundo y más precisamente con el Armagedón apocalíptico.
Evidentemente, los párrafos del Espíritu de Profecía señalados anteriormente, no constituyen el único fundamento que nos permite establecer que las trompetas son eventos futuros, sino que es necesario considerar aún otros puntos importantes basados en la propia lectura del Apocalipsis.
1. LAS TROMPETAS SON EVENTOS QUE SE PRODUCEN COMO PARTE DEL SÉPTIMO SELLO. [Apocalipsis 8:1-2]
Es innegable que las trompetas de los capítulos 8 y 9 del Apocalipsis son parte integrante del séptimo sello de manera que son eventos futuros.
De acuerdo a la interpretación adventista de las profecías, nos encontramos actualmente en el período profético del sexto sello, período que comenzó en el año 1755 con el gran terremoto de Lisboa, pasando por el día obscuro del 19 de mayo de 1780 para luego dar paso a la fantástica caída de estrellas del 13 de noviembre de 1833. Todo lo anterior según Apocalipsis 6:12-13.
El apóstol Juan declara:
‘Y cuando él abrió el séptimo sello, fue hecho silencio en el cielo casi por media hora. Y vi los siete ángeles que estaban delante de Dios, y les fueron dadas siete trompetas.’ [Apocalipsis 8:1-2]
Aunque ha habido quienes desean desconocer que el sonar de las trompetas es parte integrante del séptimo sello, lo cierto es que no se puede separar las trompetas de este sello y al pretender hacerlo sólo se desconoce las Escrituras de un modo totalmente antojadizo y fuera de una sana interpretación. El apóstol Juan dice claramente: ‘Y vi cuando él abrió el séptimo sello… y vi los siete ángeles que estaban delante de Dios, y les fueron dadas siete trompetas.’ Luego si aceptamos que las trompetas y el sonar de ellas, corresponde al séptimo sello, resulta incuestionable que dicho evento debe necesariamente ubicarse en el futuro y no en el pasado.
2. LAS TROMPETAS SON TOCADAS DESPUES DE TERMINADO EL SELLAMIENTO.
Es claro que estamos viviendo en el período final del sexto sello y en que se está llevando a cabo una gran obra de sellamiento de los siervos de Dios descrita con claridad en Apocalipsis 7:1-4 y que debe indudablemente realizarse antes de la apertura del séptimo sello.
El apóstol Juan, una vez terminado el sellamiento, dice: ‘oí el número de los señalados’. Resulta fácil comprender que el apóstol sólo podía escuchar el número de los sellados una vez que el sellamiento concluyera, después de lo cual pasa a describir la apertura del séptimo sello. Luego, como parte del séptimo sello el apóstol describe el sonar de las trompetas.
Sin embargo, más allá de eso, de una lectura simple del capítulo 9 versículo 5 del Apocalipsis, en que se desarrolla el sonar de la quinta trompeta, resulta claro que el sonar de esta trompeta se verifica sólo una vez terminado el sellamiento, pues la orden dada a las simbólicas langostas del capítulo 9 reza así: “Y les fue mandado que no hiciesen daño a la hierba de la tierra, ni a ninguna cosa verde, ni a ningún árbol, sino solamente a los hombres que no tienen la señal de Dios en sus frentes.”
Admitiendo que el sellamiento comenzó en 1844 es de sola lógica que la quinta trompeta debe ser tocada con posterioridad a esa fecha y sólo una vez que termine el sellamiento, toda vez que la orden dada a las langostas había de afectar a quienes en definitiva rechazaron la señal de Dios y dicha clase de personas rebeldes solo podrá ser conocida definitivamente una vez concluido el sellamiento de los 144.000.
Aunque se argumenta que la señal de Dios (el sábado) ha sido guardada en todas las épocas y que aún durante la Edad Media hubo fieles testigos que mantuvieron su observancia, es claro que el sábado como señal de Dios sólo constituye una prueba a partir de 1844. Es por eso, que personas como Adán, Noé, Abraham o los apóstoles, que indudablemente guardaron el sábado como día de reposo no pueden ser considerados como “sellados” más si como hombres fieles a Dios y que en definitiva componen la grande multitud de salvos de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas que el apóstol Juan vio como estando delante de Dios, pero que de ningún modo hacen parte del grupo de los 144.000.
Es claro que el libro del Apocalipsis es un todo completo y armónico, de modo que la quinta trompeta del capítulo 9 y el lenguaje empleado en ella, debe principalmente ser interpretado a la luz del propio Apocalipsis y en el contexto del lenguaje escatológico usado en él. Siendo así, la referencia a la “señal de Dios” utilizada en Apocalipsis 9:5 debe ser entendida e interpretada a la luz del propio sellamiento descrito con anterioridad en el capítulo 7 y que fija dicho período a partir de 1844 y no antes, de manera que la quinta trompeta es tocada con posterioridad a esa fecha y una vez terminado el sellamiento, pues sólo entonces se conocerá definitivamente a quienes “no tienen la señal de Dios en sus frentes”.
Lo anterior se desprende claramente del siguiente párrafo del Espíritu de Profecía:
“Vi que la prueba actual acerca del sábado no podía producirse antes que terminase la mediación de Cristo en el lugar santo y él hubiese pasado al interior del segundo velo. Por lo tanto, los cristianos que durmieron antes que se abriese la puerta de acceso al santísimo cuando terminó el clamor de medianoche, el séptimo mes, en 1844, sin haber guardado el verdadero día de reposo, descansan ahora en esperanza; porque no tuvieron la luz ni la prueba acerca del sábado que tenemos ahora desde que la puerta se abrió.” [Primeros Escritos, pág. 42-43]
De todo lo anterior, se desprende que cuando se habla de “la señal de Dios” en “las frentes” indudablemente se está hablando del sellamiento siendo esta expresión propia del lenguaje de Apocalipsis 7:1-4, de manera que la aplicación de la quinta trompeta resulta muy clara.
Luego si el sonar de la quinta trompeta es ubicado con posterioridad al sellamiento, es lógico que no puede corresponder a las invasiones sarracenas acontecidas entre los años 1299 y hasta 1449.
3. LAS TROMPETAS SÓLO PUEDEN SER TOCADAS UNA VEZ QUE TERMINE EL TIEMPO DE GRACIA. [Apocalipsis 8:3-5]
La clave para establecer la correcta ubicación en el tiempo del sonar de las trompetas está en la comprensión de los versículos 3 al 5 del capítulo 8. Ahí, se nos presenta a un ángel ofreciendo incienso delante del altar en el Santuario Celestial.
Veamos lo que opina al respecto un afamado intérprete:
“Se presenta a las trompetas antes de la visión del ángel que intercede por el pueblo de Dios (Apoc. 8:2). El sonido de las trompetas no comienza hasta que el ángel termina de ofrecer el incienso (Apoc. 8:6). La visión del ángel ofreciendo incienso y arrojando el incensario a la tierra es la introducción a la profecía de las trompetas. Es como si Juan dijera: “Los siete trompeteros están listos para hacer sonar sus trompetas. Pero antes debe cesar la ofrenda del incienso. Luego, las trompetas sonarán. Entonces Dios dejará que se desencadenen los eventos descriptos en cada trompeta.” [Joseph Battistone, Verdad Presente-Gloria Futura, pág. 71]
Es claro que el sonar de las trompetas se dejará escuchar sólo una vez que el ángel del incienso finalice su ofrenda. Note que al abrirse el séptimo sello Juan ve a los siete ángeles a quienes se les entregan las trompetas [vers. 1-2]. Luego, el apóstol describe a aquel “ángel” quien realiza su ofrenda delante del altar [vers. 3-5] y sólo una vez que ha presentado esta visión Juan dice: ‘Y los siete ángeles que tenían las siete trompetas se aparejaron para tocar.’ [Vers. 6] No se pueden separar todos estos hechos y al no hacerlo, es claro que el sonar de las trompetas no sólo es parte del séptimo sello y por tanto futuro, sino que dichas trompetas no pueden de modo alguno ser tocadas antes de que el ángel del altar finalice su ofrenda y termine su obra mediadora. Desconocer esto, es querer premeditadamente creer algo que la Biblia no autoriza a creer, a saber, que las trompetas no son parte del séptimo sello.
¿Qué reveló Juan en Apocalipsis 8:3-5? ¿Quién es el “ángel” de la visión y cuándo dejará de ofrecer el incienso delante de Dios?
El “ángel” a que hace referencia el apóstol Juan en este pasaje es Jesús, quien ha estado intercediendo por nosotros delante de Dios y oficia como Sumo Sacerdote en el Santuario Celestial.
Bajo el título “Terminación del Tercer Mensaje”, el Espíritu de Profecía ubica el término de la ofrenda del incienso por parte del ángel de Apocalipsis 8 como correspondiendo al tiempo en que ha de terminar el sellamiento y con ello el fin del tiempo de gracia. Veamos.
“Vi ángeles que iban y venían de uno a otro lado del cielo. Un ángel con tintero de escribano en la cintura regresó a la tierra y comunicó a Jesús que había cumplido su encargo, quedando sellados y numerados los santos. Vi entonces que Jesús, quien había estado oficiando ante el arca de los diez mandamientos, dejó caer el incensario, y alzando las manos exclamó en alta voz: ‘Consumado es.’ Y toda la hueste angélica se quitó sus coronas cuando Jesús hizo esta solemne declaración: ‘El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía.” [Primeros Escritos, pág. 279-280]
De este párrafo, en que además se establece que el “ángel” oficiante es Jesús, se deja ver claramente que la ofrenda del incienso terminará cuando termine el sellamiento y sean “sellados y numerados los santos”. Cuando esto ocurra, Jesús dejará caer el incensario en tierra, evento descrito en Apocalipsis 8:3-5 y con ello se decretará el fin del tiempo de gracia quedando cada caso fallado para vida o para muerte por la eternidad.
Leyendo Apocalipsis 8:3-5 a la luz del párrafo antes indicado, es fácil deducir que las trompetas no pueden ser tocadas sino hasta que termine el tiempo de gracia, lo cual evidentemente ubica el sonar de ellas en el futuro y de ninguna manera en el pasado.
Sin ir más lejos, el propio Urias Smith, quien era un ferviente defensor de la posición histórica, reconoció que el pasaje de Apocalipsis 8:3-5 correspondía al fin del tiempo de gracia, según se desprende del siguiente comentario:
“El acto del ángel al llenar de fuego su incensario y arrojarlo a la tierra evidencia que esta visión nos lleva al fin del tiempo, y por este acto indica que su obra ha terminado. Ya no se han de ofrecer más oraciones mezcladas con incienso. Este acto simbólico puede aplicarse tan sólo al momento en que termine para siempre en el santuario el ministerio de Cristo a favor de la humanidad. Después de aquel acto del ángel, hay voces, truenos, relámpagos, y terremotos; exactamente lo que según se nos dice en otra parte, ha de suceder cuando termine el tiempo de gracia de los hombres.” [Urías Smith, El Libro del Apocalipsis, pág. 126]
Otro autor afirma:
“El sonido de las trompetas no comienza hasta que el ángel termina de ofrecer el incienso.” [Joseph Battistone, Verdad Presente-Gloria Futura, pág. 71]
Una cosa es cierta, si las trompetas forman parte del séptimo sello, la aplicación de éstas no puede ser pasada sino futura y puesto que la casi totalidad de los intérpretes del Apocalipsis concuerdan en decir que estamos viviendo actualmente en el período correspondiente al sexto sello es lógico que la apertura del séptimo sello es futura y con ello el sonar de las trompetas. Por otra parte, los versículos 3 al 5, que describen el fin de la mediación de Cristo y con ello el fin del tiempo de gracia, son parte integrante del séptimo sello y están íntimamente ligados al sonar de las trompetas, pues el sonar de ellas se ubica en íntima relación con este evento y después de que el ángel deja caer su incensario decretando el fin del juicio investigador.

El acto de dejar caer el incensario en tierra denota el fin del tiempo de gracia para los habitantes culpables de la Tierra. Puesto que las siete trompetas de Apocalipsis son tocadas después de que el ángel (símbolo de Jesús) deja caer el incensario en tierra y termina el tiempo de gracia, es de toda lógica que las siete trompetas del Apocalipsis son futuras, ya que aún no termina para nosotros el tiempo de gracia.
4. PARALELISMO ENTRE LAS TROMPETAS Y LAS PLAGAS
Es innegable que existe un significativo paralelismo o semejanza entre las siete trompetas y las siete plagas postreras, esto se desprende de la siguiente comparación entre los capítulos 8, 9 y 16.
TROMPETAS SIETE PLAGAS POSTRERAS
1. Afecta a la tierra 1. Afecta a la tierra
2. Afecta al mar 2. Afecta al mar
3. Afecta a los ríos y a las fuentes de las 3. Afecta a los ríos y a las fuentes de
aguas las aguas
4. Afecta al sol 4. Afecta al sol
5. Produce tinieblas 5. Produce tinieblas
6. Afecta al río Eufrates 6. Afecta al río Eufrates
7. Voces que pronuncian el anuncio final 7. Voces que pronuncian el anuncio final
¿SON LAS SIETE TROMPETAS EVENTOS HISTÓRICOS O LAS SIETE PLAGAS POSTRERAS?
Como se explicó, el Espíritu de Profecía establece que las trompetas corresponden a eventos futuros, de modo que la posición histórica o preterista no resulta consecuente. De ahí entonces que la aplicación de las siete trompetas como eventos históricos en relación al Imperio Romano no resulta correcta.
¿Qué sucederá una vez que el ángel deje de ofrecer el incienso en el altar? ¿Qué simbolizan las siete trompetas?
El Espíritu de Profecía entrega la respuesta en forma concreta:
“Cuando Cristo deje de interceder en el santuario, se derramará sin mezcla la ira de Dios de la que son amenazados los que adoran a la bestia y a su imagen y reciben su marca. (Apocalipsis 14:9,10) Las plagas que cayeron sobre Egipto cuando Dios estaba por libertar a Israel fueron de índole análoga a los juicios más terribles y extensos que caerán sobre el mundo inmediatamente antes de la liberación final del pueblo de Dios.” [El Conflicto de los Siglos, págs. 685-686]
“Era imposible que fuesen derramadas las plagas mientras Jesús oficiase en el santuario; pero al terminar su obra allí y cesar su intercesión, nada detiene ya la ira de Dios que cae furiosamente sobre la desamparada cabeza del culpable pecador que descuidó la salvación y aborreció las reprensiones.” [Primeros Escritos, pág. 280]
“Entonces vi que Jesús se despojaba de sus vestiduras sacerdotales y se revestía de sus más regias galas. Llevaba en la cabeza muchas coronas, una corona dentro de otra. Rodeado de la hueste angélica, dejó el cielo. Las plagas estaban cayendo sobre los moradores de la tierra.” [idem ant., págs. 280-281]
Note que cada vez que el Espíritu de Profecía relata los eventos que han de producirse después de que termine la mediación de Cristo (el ángel de Apocalipsis 8:3-5) en el santuario señala a las siete postreras plagas donde Juan señala las trompetas, de modo que es clara la aplicación de las trompetas.
El Apocalipsis señala que una vez que Cristo dejé caer el incensario, los ángeles tocaron sus trompetas. El Espíritu de Profecía dice que cuando Cristo hizo esto, fueron derramadas las siete plagas postreras.
Puesto que la apertura del séptimo sello, como se ha demostrado, decreta el fin del tiempo de gracia y con ello la decisión final respecto al destino eterno de cada alma, es dable concebir que tal suceso pudiera sumir a los ángeles del cielo en una actitud de solemne silencio, el silencio de Apocalipsis 8:1.
La casi media de hora de silencio, que generalmente ha sido vinculada al momento en que se produce la segunda venida de Cristo dejando vacío el cielo, lo cierto es que está relacionada no con ese suceso, sino como ya se dijo, con el fin del tiempo de gracia, pues se produce al ser abierto el séptimo sello, momento en que Juan además describe al ángel dejando caer su incensario. Pero, ¿no equivale la "casi media hora" a 7 días literales de tiempo? Si, efectivamente. Pero estos “siete días” no están vinculados con la segunda venida de Cristo, sino con la culminación de la mediación de Cristo en el cielo. ¿Hablan la Biblia y los Testimonios de “siete días” vinculados al fin de la mediación de Cristo en el cielo y al fin del tiempo de gracia? Si. Lea Mateo 24:37-40 y Génesis 7:1-10 a la luz de los siguientes párrafos del Espíritu de Profecía:
“Se vio un relámpago deslumbrante, y una nube de gloria más vívida que el relámpago descendió del cielo para cernerse ante la entrada del arca. La maciza puerta, que no podían cerrar los que estaban dentro, fue puesta lentamente en su sitio por manos invisibles. Noé quedó encerrado adentro y los que habían desechado la misericordia de Dios quedaron afuera. El sello del cielo fue puesto sobre la puerta; Dios la había cerrado, y sólo Dios podía abrirla. Asimismo, cuando Cristo dejé de interceder por los hombres culpables, antes de su venida en las nubes del cielo, la puerta de la misericordia será cerrada. Entonces la gracia divina ya no refrenará más a los impíos, y Satanás tendrá dominio absoluto sobre los que hayan rechazado la misericordia divina. Pugnarán ellos por destruir al pueblo de Dios; pero así como Noé fue guardado en el arca, los justos serán escudados por el poder divino.
Durante siete días después que Noé y su familia hubieron entrado en el arca, no aparecieron señales de la inminente tempestad. Durante este tiempo se probó su fe. Fue un momento de triunfo para el mundo exterior. La aparente tardanza confirmaba la creencia de que el mensaje de Noé era un error y que el diluvio no ocurriría. A pesar de las solemnes escenas que habían presenciado, al ver cómo las bestias y las aves entraban en el arca, y el ángel de Dios cerraba la puerta, continuaron las burlas y orgías, y hasta se mofaron los hombres de las manifiestas señales del poder de Dios. Se reunieron en multitudes alrededor del arca para ridiculizar a sus ocupantes con una audacia violenta que no se habían atrevido a manifestar antes.
Pero el octavo día obscuros nubarrones cubrieron los cielos. Y comenzó el estallido de los truenos y el centellear de los relámpagos. Pronto grandes gotas de agua comenzaron a caer. Nunca había presenciado el mundo cosa semejante.” [Patriarcas y Profetas, págs. 86-87]
“Cuando quede concluida la obra del juicio investigador, quedará también decidida la suerte de todos para vida o para muerte. El tiempo de gracia terminará poco antes de que el Señor aparezca en las nubes del cielo. Al mirar hacia ese tiempo, Cristo declara en el Apocalipsis: [se cita Apocalipsis 22:11-12]
Los justos y los impíos continuarán viviendo en la tierra en su estado mortal, - los hombres seguirán plantando y edificando, comiendo y bebiendo, inconscientes todos ellos de que la decisión final e irrevocable ha sido pronunciada en el santuario celestial. Antes del diluvio, después que Noé hubo entrado en el arca, Dios le encerró en ella, dejando fuera a los impíos; pero por espacio de siete días el pueblo, no sabiendo que su suerte estaba decidida, Continuó en su indiferente búsqueda de placeres y se mofó de las advertencias del juicio que le amenazaba. ‘Así – dice el Salvador – será también la venida del Hijo del hombre.’ (Mat. 24:39). Silenciosa e inadvertida como ladrón a medianoche, llegará la hora decisiva que fija el destino de cada uno, cuando será retirado definitivamente el ofrecimiento de la gracia que se dirigiera a los culpables.” [El Conflicto de los Siglos, pág. 545]
OBJECIONES A LA POSICIÓN ESCATOLÓGICA
A juicio de quienes no comparten la posición futurista o escatológica que interpreta las trompetas como las plagas, existen algunas objeciones que impiden aceptarla, entre otras, estas objeciones son:
1. LA AMPLITUD DE LAS REGIONES AFECTADAS POR LAS TROMPETAS ES DIFERENTE A LA DE LAS PLAGAS.
Es cierto que mientras que las trompetas hablan de “terceras partes” de la tierra, el mar, los ríos y el sol, la luna o las estrellas. También se habla de la “tercera parte de los hombres”, etc. y que las plagas de Apocalipsis 16 no mencionan tal restricción. ¿Es este un argumento suficiente para rebatir lo que en sí es evidente? Lo cierto es que no.
Además, resulta claro que las plagas no son universales, sino que afectan a zonas específicas de la tierra. De no ser así es claro que tan sólo con la primera plaga morirían todos los habitantes del mundo. Por otra parte, el que Apocalipsis 16 no mencione restricción alguna no debe ser tomado en el sentido de que las plagas serán universales, pues ya el Espíritu de Profecía aclara este punto diciendo: “Estas plagas no serán universales, pues de lo contrario los habitantes de la tierra serían enteramente destruidos.” [El Conflicto de los Siglos, pág. 687]
2. LOS TIEMPOS MENCIONADOS EN LAS TROMPETAS CORRESPONDEN A LARGOS PERÍODOS DE TIEMPO, LO CUAL NO PUEDE SER APLICADO A LAS PLAGAS.
Es cierto que en las trompetas se mencionan algunos pasajes que aluden a “tiempos”, a saber Apocalipsis 9:5,10 y15.
Respecto al primer período de “cinco meses”, éste está dado con relación a la vida de las langostas como plaga y no es sino una alusión a la vida efectiva que tienen las langostas literales y al tiempo que éstas suelen asolar a las regiones del medio oriente septentrional, a saber desde abril y hasta septiembre (cinco meses). De modo, que no necesariamente el apóstol Juan está hablando de un período profético de tiempo. Tal caso no es extraño, toda vez que en Apocalipsis 2:10 se menciona otro período de tiempo que no es literal ni se interpreta como “profético”, a saber “los diez días” de persecución, que corresponden no a 10 años literales, sino a los “10 períodos” de persecución que llevó adelante el Imperio Romano contra los cristianos durante los tres primeros siglos de nuestra historia.
Con relación al segundo período que se cita en conexión con Apocalipsis 9:15 y que según se interpreta corresponde a la suma de “la hora, día, mes y año” de ese texto, que traducido a “tiempo profético” nos lleva a asumir “391 años y 15 días” literales. Es claro que el texto no permite realizar tal “cálculo profético” toda vez que el sentido griego de ese pasaje no es el de una suma de tiempos cronológicos, sino el de anunciar una fecha o un tiempo determinado en el futuro. El mismo sentido tiene por ejemplo la sentencia de Jesús en Mateo 24:36 al hablar del “día y la hora” con relación a su segunda venida.
El error presumiblemente viene del uso que los pioneros hicieron de versiones bíblicas que sí daban la idea de una suma, pero que sin embargo no traducían correctamente el sentido griego del pasaje. Tal error de traducción, que no es el único que encontramos en las diversas traducciones bíblicas, es corregido en las versiones más modernas de la Biblia y en los cuales el pasaje de Apocalipsis 9:15 da la idea de referirse a un momento definido en lugar de un período extenso de tiempo. No obstante, como se dijo, el texto griego original no permite en ningún modo asumir una suma de tiempo con relación a ese pasaje sino un momento definido en la historia.
Por otra parte, como ya se dijo, la interpretación que arroja 391 años y 15 días literales en relación a Apocalipsis 9:15, está plagada con los errores relativos a los cambios de calendarios de 1582 y 1752.
3. LA UBICACIÓN DE LA SÉPTIMA TROMPETA EN LOS CAPÍTULOS 10 Y 11 DEL APOCALIPSIS.
Hay quienes se confunden al leer sobre la séptima trompeta con relación al despertar adventista de 1844 descrito en el capítulo 10 de Apocalipsis. También al leer de la séptima trompeta en el capítulo 11 en que se habla de la guerra declarada que se le hizo a la Biblia durante los días del terror en la Francia posterior a 1789. Concluyen estos lectores, que puesto que la séptima trompeta aparece ahí mencionada, debe ser entonces un evento que es anterior al fin del tiempo de gracia y más bien relacionado con los eventos de esas épocas y que ha de extenderse hasta el tiempo del fin. De hecho, en el capítulo 11, la séptima trompeta aparece mencionada versículos antes de que se describa la apertura del templo de Dios en el cielo, evento que los adventistas fechamos en 1844. Debe ser entonces, se concluye, el sonar de la séptima trompeta anterior o muy cercano a esa fecha.
Pensar de tal manera, es ser muy simple en la lectura del Apocalipsis, pues cualquier lector atento y diligente podrá notar que el Apocalipsis no es un libro de hechos detallados cronológicamente sino que constituye una serie de visiones y escenas celestiales presentadas al apóstol Juan, no como una cronología histórica sino como revelaciones especiales relacionadas con el fin de los tiempos.
Usando el razonamiento planteado, tendríamos que decir que la caída de Satanás del cielo y la persecución que él emprendió contra la Iglesia de Cristo, descritos en Apocalipsis 12, deben ser posteriores a la apertura del templo de Dios en el cielo, es decir, posterior a 1844, pues en el Apocalipsis el capítulo 12 sigue al 11. Pensar así, evidentemente es no pensar bien.
Es necesario además establecer que el Apocalipsis en su texto original no estaba dividido en capítulos y versículos como lo está ahora, sino que en realidad el texto era similar a una carta o un documento escrito para ser leído en la iglesia y en ningún modo un detalle de hechos cronológicos.
De manera, que la ubicación de la séptima trompeta en capítulos que hablan de otros eventos, no perjudica en nada la aplicación escatológica que se hace de ella sino que sigue el plan natural de la revelación que muestra visiones y escenas como fugaces descripciones que nos señalan los eventos de los últimos días.
4. LA POSICIÓN ESCATOLÓGICA NO FUE ENSEÑADA POR LOS PIONEROS SINO QUE ELLOS ENSEÑARON LA POSICIÓN HISTÓRICA.
Es necesario aclarar que si bien la posición histórica que hacía de las trompetas eventos relacionados con los godos, los vándalos y los hunos, etc., era compartida por muchos en los tiempos de los pioneros, la posición escatológica siempre ha tenido un lugar de importancia dentro del mundo adventista.
Por otra parte, no es cuerdo aferrarse ciegamente a todo lo que enseñaban los pioneros pues es sabido que muchos de ellos y en más de una ocasión enseñaron algo que no era precisamente correcto. En efecto muchos de ellos, tenían ideas muy particulares no sólo sobre el Apocalipsis y el Armagedón por ejemplo sino también respecto a la divinidad de Cristo y el plan de salvación entre otros.
De hecho la teología de los pioneros era muy incipiente en los primeros días de la Iglesia Adventista del Séptimo Día y es lógico que así fuera pues el adventismo era un movimiento en desarrollo en aquellos días.
Así, al sostener que sólo debemos aceptar como correcto lo que enseñaron los pioneros adventistas, estamos entrando en un terreno teológicamente un tanto desventajoso y que con seguridad nos llevará a retractarnos en más de una oportunidad.
Pensar que no debemos aceptar la posición escatológica que hace de las trompetas las plagas porque no la enseñaron los pioneros podría fácilmente ser comparado con este otro planteamiento: no debemos aceptar la posición histórica porque no la enseñó la Hna. White, lo cual evidentemente tiene más peso que el primer argumento.
Sin embargo, nunca debemos aceptar o rechazar algo porque sea enseñado o rechazado por algún otro, sino que Dios desea que por nosotros mismos estudiemos las Sagradas Escrituras y quien así haga, tenga la certeza de que llegará al conocimiento de la verdad.
CONCLUSIÓN
En estas pocas líneas, se ha procurado presentar de manera escueta y sencilla los argumentos que avalan la posición escatológica con relación a las siete trompetas del Apocalipsis, aplicando éstas a las plagas. Los argumentos son simples y se desprenden de una sencilla lectura de la Biblia y de los Testimonios, sin rebuscamientos o interpretaciones antojadizas, con lo cual se busca que el lector alcance una comprensión más plena y cabal del tema en estudio.
Se hace presente que por problemas de espacio, tiempo y costo de material, no se ha presentado la interpretación detallada de cada trompeta, sin embargo, se ha presentado lo más claramente posible que las trompetas corresponden a las siete postreras plagas y en consecuencia a eventos futuros.
Es claro, que al presentar esta posición, no es el propósito en modo alguno, descalificar a quienes sostienen una posición diferente, en el entendido de que somos todos hermanos en Cristo, entendiendo que si en modo alguno estas “diferencias de opinión” han de lesionar nuestra perfecta unidad en Cristo, entonces mas vale olvidar las “diferencias”.
El único objetivo de este documento, es el de presentar argumentos que puedan servir a quienes anhelan alcanzar una mayor comprensión de los temas que estamos estudiando todos juntos, en el entendido de que conforme al sabio consejo: “en la multitud de consejeros hay salud.” [Proverbios 11:14 up.]
Mantengámonos unidos en la diversidad dando así testimonio al mundo de que somos verdaderamente discípulos de Cristo y continuemos con ánimo estudiando y participando con entusiasmo de los temas y lecciones en ella propuestos y aprendiendo diligentemente del más fascinante e intrincado libro de la Biblia, el Apocalipsis.
