Jesús dijo una vez: "De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios." (Juan 3:5)
La expresión "nacido de agua" tiene directa relación con lo que la Biblia llama "bautismo", mientras que la expresión "nacido del Espíritu", refiere a ese cambio completo del carácter y la personalidad que se produce en el hombre como resultado de la acción directa del Espíritu Santo en el corazón del hombre.
El bautismo de que habla la Biblia es un acto simbólico, que se traduce en la inmersión de una persona en agua. Mediante este acto se representa la "muerte" y "nuevo nacimiento" de quien es sumergido. El bautismo en agua es visible, exterior, pero simboliza la invisible transformación interior del carácter.
En los días de Cristo, el bautismo como señal de arrepentimiento había cobrado súbito interés. Juan el Bautista llamaba al arrepentimiento junto al río Jordán y las gentes acudían por miles a su bautismo. Era claro que aquel bautismo no tenía un efecto milagroso o misterioso, sino que nada más era el sencillo llamado a una nueva conciencia.
Aunque Jesús no necesitaba un bautismo de arrepentimiento, hizo propia la convocatoria de Juan y concurrió como todos al río Jordán dando con ello un ejemplo de fe y humildad. Siendo nosotros pecadores, estamos llamados a seguir el buen ejemplo de Jesús. (Mateo 3:13)
¿QUÉ PROCESO SE VERIFICA EN EL BAUTISMO?
Lea Lucas 3:21-22. El bautismo constituye la pública aceptación del llamado de Dios. Por medio de ser sumergido en agua, el bautizado, proclama su muerte al mundo y su renuncia al pecado. Cuando una persona se bautiza aceptando a Cristo en su corazón, su relación con el cielo es restaurada y llega a estar en paz con Dios. El Espíritu Santo viene a morar en un nuevo corazón y desde el cielo el Padre le recibe como hijo de Dios.
El bautismo bíblico simboliza nuestra muerte al mundo y el nacimiento espiritual a una nueva vida en Cristo. (Romanos 6:3-4)
"Los votos que asumimos con el bautismo abarcan mucho. En el nombre del Padre, del Hijo y el Espíritu Santo, somos sepultados como en la muerte de Cristo, y levantados a semejanza de su resurrección, y hemos de vivir una vida nueva. Nuestra vida debe quedar ligada con la vida de Cristo. Desde entonces en adelante el creyente debe tener presente que está dedica a Dios, a Cristo y al Espíritu Santo. Debe subordinar a esta nueva relación todas las consideraciones mundanales. Ha declarado públicamente que ya no vive en orgullo y complacencia propia. Ya no ha de vivir en forma descuidada e indiferente. Ha hecho un pacto con Dios. Ha muerto al mundo y debe vivir para Dios y dedicarle toda la capacidad que le confió, sin perder jamás de vista el hecho de que lleva la firma de Dios; es un súbdito del reino de Cristo, participante de la naturaleza divina. Debe entregar a Dios todo lo que es y todo lo que tiene, empleando sus dones para gloria de su nombre." (Joyas de los Testimonios, tomo 2, página 396)
REQUISITOS PARA SER BAUTIZADO
Lea Hechos 2:37-38; 8:36-38. El ejemplo que nos dejaron los primeros cristianos, deja ver que el bautismo es un acto de fe. De lo registrado en el libro Los Hechos de los Apóstoles, se infiere que la persona que solicita el bautismo, primeramente debe estudiar y comprender las Sagradas Escrituras, creyendo y aceptando los medios que Dios ha dispuesto para nuestra salvación.
"El bautismo es un rito muy sagrado e importante, y su significado debe comprenderse cabalmente. Significa arrepentirse del pecado e iniciar una nueva vida en Cristo Jesús." (Joyas de los Testimonios, tomo 2, pág. 391)
EL BAUTISMO NOS UNE AL CUERPO DE CRISTO
Lea Hechos 2:41-47. Los que por la fe reciben el bautismo son unidos al cuerpo místico de Cristo que es la iglesia. El bautismo es un voluntario acto de fe y por medio del cual el creyente desea unirse más plenamente a Jesús y por medio de él a la Iglesia.
"Cristo ha hecho del bautismo la señal de entrada en su reino espiritual. Ha hecho de él una condición positiva que todos deben cumplir si desean ser considerados bajo la autoridad del Padre, del Hijo y el Espíritu Santo." (Joyas de los Testimonios, tomo 2, pág. 389)
IGLESIA Y BAUTISMO
Lea Mateo 28:19-20. Antes de ascender al cielo, el Señor Jesús dejó un último mandato a la Iglesia. "Id y haced discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo".
"La iglesia de Cristo es el agente designado por Dios para la salvación del hombre. Su misión es llevar el Evangelio a todo el mundo. Y la obligación de propagarlo recae sobre todos los cristianos." (El Camino a Cristo, página 57)
"Por el bautismo se renuncia muy solemnemente al mundo. Los que son bautizados en el triple nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, al comienzo mismo de su vida cristiana declaran públicamente que han abandonado el servicio de Satanás y que han llegado a ser miembros de la familia real, hijos del Rey celestial." (Joyas de los Testimonios, tomo 2, pág. 389)