
La Superintendencia de Educación dependiente del Ministerio de Educación de Chile sancionó a un colegio de Santiago por obligar a un alumno a participar de la clase de religión, a pesar que los padres del niño habían expresado su voluntad de que su hijo no participara de dicha clase. El establecimiento educacional, fue sancionado por obligar a un alumno de segundo básico que estaba eximido de las clases de religión a permanecer en la sala donde se impartía religión sin darle alternativas académicas, y además de ser acosado y discriminado por los profesores del establecimiento.
Si bien, desde 1983, mediante Decreto Ley N° 924, se establece que los colegios en Chile deben impartir dos horas de clases de religión, los padres pueden optar a eximir a sus hijos de dicha disposición y en cambio, por normativa de la Superintendencia de Educación, los alumnos eximidos deben contar con una alternativa académica durante el tiempo en que otros alumnos están en clases de religión.
El problema del rechazo de los padres, y también de los alumnos respecto al rechazo de la instruccion en religión no es nuevo y se viene manifestando de manera progresiva desde hace años no sólo en Chile sino en el mundo entero. Por ejemplo, en Chile y en la comuna de Providencia que es sólo una de las comunas de Santiago, hay 3.500 estudiantes eximidos del curso de religión, que representan un 41% del total de los estudiantes de colegios municipales de la comuna.
Lo anterior, deja ver que es creciente la falta de interés de las personas por la religión, asignándosele a dicha instrucción una importancia relativa y dando a entender que las personas piensan que la religión no resulta significante o trascendente en la vida humana. La religión parece ser poco importante para el éxito de las personas.
Frente a esta situación, cabe preguntar algunas cosas:
1.- ¿Es importante la religión en la vida de las personas?
2.- ¿Es posible vivir una vida plena sin religión?
3.- ¿Por qué el ser humano debe buscar la religión?
Indudablemente, estas preguntas requieren una respuesta un poco más compleja de lo que pudiera pensar una reflexión simplista y que pudiera contestar con un rotundo no a cada una de las anteriores tres preguntas. Hay personas que piensan que la religión no es importante en la vida de las personas, que el hombre puede vivir una vida plena siendo ateo y que en realidad si bien es una opción, no es importante que el hombre busque la religión.
No son pocas las personas que piensan definitivamente que acercarse a la religión es abandonarse a una forma de pensamiento místico y fantástico en que la razón y la inteligencia parecen abandonarse a una suerte de pensamieto mágico y que ve la explicación de todo en los milagros y los hechos sobrenaturales, en vez de buscar una "explicación científica" y basada en la inteligencia y la razón. En verdad muchas personas piensan que ser religioso es sinónimo de ser ignorante. Pero, ¿por qué piensan eso?
Bueno, tenemos que decir que en gran parte las propias personas que practican la religión son responsables de eso. Por una parte, las personas que profesan una religión, dentro del contexto del cristianismo fundamentalmente, no son mejores que aquellas que no confiesan ninguna preocupación religiosa o que se declaran simplemente ateos. Los profesos cristianos (católicos, protestantes y otros), son deshonestos, mentirosos, viciosos, sinverguenzas y corruptos como cualquier otra persona. La evidencia de ello, es que los delitos de homicidio, robo, estafa, asaltos, etc. se dejan ver de manera predominante en países que se declaran cristianos y en donde según los censos y encuestas, el 70% de la población o más, se declaran cristianos o se identifican con alguna corriente dentro del cristianismo. Países altamente religiosos, en Latinoamérica por ejemplo, se debaten en la corrupción generalizada y en la lucha contra el robo, los secuestros y la drogadicción y el contrabando de drogas.
¿De qué le ha servido a esos países la religión? La respuesta pareciera ser que en nada.
Por una parte, la sociedad quiere imponer que las personas se instruyan en religión, pero la misma sociedad no quiere vivir a la altura de la religión. En occidente, se vive en una "sociedad cristiana" y sin embargo, la sociedad está llena de injusticia, deshonestidad, fraude, sinverguenzura, asesinato, mentira y estafa. Esto ocurre especialmente en los países que se definen como más religiosos.
Es claro que la religión no es sólo una aceptación intelectual de un conjunto de dogmas o creencias particulares sino más bien una experiencia de vida, que basada en el amor a Dios y al prójimo es capaz de cambiar verdaderamente a una persona y hacer de ella un mejor ser humano, una mejor persona. Pero eso no se observa en las personas que profesan el cristianismo: ¿Por qué?
La respuesta podemos encontrarla en las palabras de Jesús: "Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la peña. Y descendió lluvía, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y combatieron aquella casa, y no cayó: porque estaba fundada sobre la peña. Y cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena. Y descendió lluvía, y vinieron ríos, y soplaron vientos, e hicieron ímpetu en aquella casa, y cayó, y fue grande su ruina." (Mateo 7:24-27)
Precisamente, porque las personas no permiten que el cristianismo impregne sus vidas por la práctica diaria de las enseñanzas de Jesús, es que el mundo está lleno de profesos cristianos pero no de verdaderos cristianos. Estas personas gustan de asistir a cultos religiosos, decir que son cristianos cada vez que pueden, andan circulando por las calles con signos cristianos como cruces, chapitas temáticas, escuchan música cristiana en sus casas, en sus equipos de reproducción musical en las calles o en el tren subterráneo, etc. pero no se deciden a ser cristianos de verdad. No se deciden a prácticar de verdad las enseñanzas de Cristo. No se deciden a "Oir y Hacer" de acuerdo al Evangelio en sus profesas vidas cristianas.
Si Ud. dice que es cristiano, pregúntese a sí mismo y respóndase con honestidad:
¿Cuántas veces ha mentido durante estos últimos siete días? ¿Cuántas veces ha tenido malos pensamientos que desean el mal a los demás? ¿Cuántas veces se ha encontrado a sí mismo siendo deshonesto con los demás? ¿Cuántas veces se ha encontrado a sí mismo siendo desatento con los demás en la calle, en el tren subterráneo, en el almacén de la esquina? ¿Cómo se lleva con quiénes le rodean? ¿Qué opinión tienen de Ud. las personas que le conocen?
La mayoría de las personas que confiesan ser cristiana, mienten constantemente. Le mienten a su pareja, le mienten a sus hijos, a sus compañeros de trabajo, etc. Quizás algunos digan que mienten en pequeñas cosas, pero esa conducta regular, muestra que la mentira está incorporada profundamente en sus vidas. En este caso aplica un principio: "El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel: y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto." (Lucas 16:10).
En todo tiempo las personas se autoengañan respecto a su práctica religiosa. En los días de Cristo no era diferente. "Los fariseos se llamaban hijos de Abrahán y se jactaban de poseer los oráculos de Dios; pero estas ventajas no los preservaban del egoísmo, la malicia, la codicia de ganancias y la más baja hipocresía. Pensaban ser los mayores religiosos del mundo, pero su así llamada ortodoxia los condujo a crucificar al Señor de Gloría."
"Aún subsiste el mismo peligro. Muchos dan por sentado que son cristianos simplemente porque aceptan ciertos dogmas teológicos. Pero no han hecho penetrar la verdad en la vida práctica. No la han creído ni amado; por lo tanto no han recibido el poder y la gracia que provienen de la santificacion de la verdad. Los hombres pueden profesar creer en la verdad; pero esto no los hace sinceros, bondadosos, pacientes y tolerantes, ni les da aspiraciones celestiales; es una maldicion paara sus poseedores, y porla influencia de ellos es una maldición para el mundo." (Elena G. de White, DTG, 275-276)
Muchas veces ocurre que iglesias completas que aseguran adorar a Dios en realidad están conformadas por personas que sólo se adoran a sí mismas, el amor al yo es el dios que esas iglesias adoran. Bien lo ilustró Jesús cuando dijo: "Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías diciendo: Este pueblo de labios me honra: Mas su corazón lejos está de mí. Mas en vano me honran, enseñando doctrinas y mandamientos de hombres." (Mateo 15:7-9).
En verdad, muchas personas viven una religión sólo de apariencia y en parte lo hacen para ganarse el respeto de las personas que les rodean, pero no aman a Dios y tampoco a sus semejantes.
Jesús indicó que los verdaderos cristianos no se debían dejar llevar por una forma de vida tal, diciendo: "Mirad que no hagáis vuestra justicia delante de los hombres, para ser vistos de ellos, de otra manera no tendréis merced de vuestro Padre que está en los cielos. Cuando pues haces limosna, no hagas tocar trompeta delante de tí, como hacen los hipócritas en las sinagogas y en las plazas, para ser estimados de los hombres. de cierto os digo, que ya tienen su recompensa. Mas cuantu tú haces limosna, no sepa tu izquierda lo que hace tu derecha. Para que sea tu limosna en secreto, y tu Padre que ve en secreto, el te recompensará en público. Y cuando oras, no seas como los hipócritas, porque ellos aman el orar en las sinagogas y en los cantones de las calles en pie, para ser vistos de los hombres: de cierto os digo, que ya tienen su pago. Mas tú, cuando oras, éntrate en tu cámara y cerrada tu puerta, ora a tu Padre que está en secreto, y tu Padre que ve en secreto, te recompesará en público. Y orando, no seáis prolijos, como los Gentiles, que piensan que por su parlería serán oídos. No os hagáis, pues, semejantes a ellos, porque vuestro Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad, antes que vosoros le pidáis." (Mateo 6:1-8)
En otra ocasión, Jesús dio el siguiente consejo a sus discípulos: "Entonces habló Jesús a las gentes y a sus discípulos, diciendo: Sobre la cátedra de Moisés se sentaron los escribas y los fariseos: Así que, todo lo que os dijeren que guardéis, guardadlo y hacedlo, mas no hagáis conforme a sus obras, porque dicen, y no hacen." (Mateo 23:1-3)
Evidentemente Jesús no veía con satisfacción la profesa vida religiosa de esas personas, que por una parte pretendían adorar a Dios y enseñar principios de justicia y misericordia, sin embargo en su realidad personal eran de aquellos que "dicen, y no hacen".
Muchas personas se autoengañan respecto de su profesión de fe. Creen o asumen que son cristianos sencillamente porque asisten a una iglesia, leen circunstancialmente la Biblia o frecuentan un círculo donde se habla de religión. Pareciera que este "autoengaño" es la realidad imperante en la iglesia cristiana del último tiempo. En el mensaje que Jesús escribe a la iglesia de Laodicea (Apocalipsis 3:14-22), se deja ver a una iglesia orgullosa, autosuficiente y que vive indolentemente en la justificación propia mientras profesa ser cristiana. Sin embargo, Jesús denuncia su paupérrima condición espiritual, su equivocada vida religiosa y le invita a aceptarlo verdaderamente como Señor, abriendo la puerta de su corazón. Este singular mensaje a la iglesia de Laodicea, no es sino un mensaje a la profesa iglesia cristiana del último tiempo, que profesa ser cristiana pero en definitiva no está en una condición mejor que el resto del mundo que no cree en Dios.
Ya una vez declaró el apóstol Pablo en su segunda carta a Timoteo diciendo: "Esto también sepas, que en los postrimeros días vendrán tiempos peligrosos. Que habrá hombres amadores de sí mismos, avaros, vanagloriosos, soberbios, detractores, desobedientes a los padres, ingratos, sin santisas, sin afecto, desleales, calumniadores, destemplados, crueles, aborrecedores de lo bueno, traidores, arrebatados, hinchados, amadores de sí mismos más que de Dios, teniendo apariencia de piedad, mas habiendo negado la eficacia de ella: y a éstos evita." (2 Timoteo 3:1-5)
No resulta extraño entonces que muchas personas vean con recelo la religión cristiana y que decididamente no se interesen en ella o decidan ser ateos. En gran medida los propios profesos cristianos son responsables de esto (lea Romanos 2: 17-24).
Más allá de esto, la religión es importante en la vida de las personas. La religión cristiana pone en perspectiva la vida de los hombres, respondiendo las grandes interrogantes de la vida: ¿quiénes somos? ¿de dónde venimos? y ¿hacia dónde vamos?
La religión cristiana aporta en la búsqueda personal de cada uno. La vida del ser humano no consiste sólo en lograr el éxito económico, obtener un buen pasar y luego morir, sin ninguna trascendencia. La vida humana es mucho más que eso, y debe llegar a ser mucho más que eso.