MUNDO Y RELIGION - M&R
   
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  ¿Existieron realmente los gigantes en el pasado?
 
Hace muchos años atrás, aproximadamente 1986. En medio de un debate religioso en la Plaza de Armas de Santiago de Chile, se acercó un hombre que dijo ser peruano y que medía aproximadamente 2,20 m. de estatura. Su estatura era impresionante y al lado de él, todos los que participaban del animado debate parecíamos enanos. El hombre poseía unas manos enormes, que fácilmente podían contener en una sola mano una cabeza humana normal. Poseía una cabeza enorme, probablemente el doble de tamaño de un hombre adulto normal, con unos pómulos muy pronunciados y una quijada muy fuerte. Su piel era morena. Cuando se le preguntó por qué era tan grande, pensándose que podía padecer alguna enfermedad congénita como la acromegalia, comentó que venía de un pueblo en Perú, donde él no era el único de gran estatura. Conversó animadamente con los presentes y luego se retiró. 

Lo anterior, llevó a investigar y descubrir que en Perú, efectivamente se reporta la existencia de hombres de gran esatura o gigantes desde aproximadamente el Siglo XVI. A fines del Siglo XIX e inicios del Siglo XX, la presencia de gigantes en algunas zonas de Perú fueron atribuidas a razones raciales y formaban parte de noticias curiosas o pintorescas.

Una de los primeros informes de los gigantes peruanos es la historia del conquistador Pedro Cieza de León, que se describe en el folio Comentarios Reales de los Incas, Volumen 1, escrito por el literato peruano inca Garcilaso de la Vega. Si bien Cieza de León aparentemente no vio a los gigantes con sus propios ojos, si habló con quienes dijeron haberlos visto. 

En Huancané, Departamento de Puno, fue encontrado en 1893 un gigante que tenía 35 años de edad y se hizo gestiones para llevarlo a Lima, capital del país. En la ciudad, fue tratado como una curiosidad y exhibido en la Plaza de Desamparados de Lima. Sólo se sabe que se apellidaba Mamani y fue apodado el “gigante de Huancané”. (El Comercio, Febrero 4, 1893)

EL GIGANTE DE PARURO


El Gigante de Paruro o Llusco, Perú


El Gigante de Paruro posando junto a un hombre normal

Este hombre conocido como El Gigante de Paruro fue fotografiado por el fotógrafo Martín Chambi en 1917. Medía 2.10 metros de estatura. En Chumbivilcas (Cuzco), la población aseguraba que este gigante había nacido allí y no en Paruro (Puno). Finalmente, en el 2009 gracias a una investigación del fotógrafo Herman Schwarz que revisó el periódico La Crónica pudo hallar la identidad misteriosa de este gran hombre, llamado Juan de la Cruz Siwana, nacido alrededor de 1875 en Llusco, Provincia de Chumbivilcas, Departamento de Cuzco. Medía 2 metros y 10 centímetros de estatura, pesaba aproximadamente 135 kilos y tenía aproximadamente 50 años. Su fotografía apareció en el Diario Variedades el 4 de octubre de 1925. El pueblo de Llusco se sintió muy orgulloso de haber sido el lugar de nacimiento de este hombre de estatura impresionante y esto llevó a que en el año 2009 en una ceremonia local se develó una copia de la fotografía realizada por Martín Chambi de tamaño natural del “gigante de Chumbivilscas”. La prensa local y nacional decía que el gigante había regresado a su hogar.

GIGANTES EN LA BIBLIA 

El relato sagrado no está exento de relatos que nos hablan de la existencia de gigantes en el pasado.  De hecho, en el libro de Génesis 6:4 se menciona que en la época en que Dios anunció un Diluvio sobre el mundo había gigantes en la Tierra. Al parecer, la presencia de esta raza de gigantes no era provocada por alguna enfermedad como la acromegalia, responsable del gigantismo de algunas personas en la actualidad. Los gigantes antediluvianos, eran una raza de gigantes. Lo más probable es que Noé también era un hombre de gran estatura, posiblemente un gigante. 

Una autora señala lo siguiente sobre el tiempo antes del Diluvio: "Había muchos gigantes, hombres de gran estatura y fuerza, renombrados por su sabiduría, hábiles para proyectar las más sutiles y maravillosas obras; pero la culpa en que incurrieron al dar rienda suelta a la iniquidad fue proporcional a su pericia y habilidad mentales." (PP 54).   

Con relación a la preparación del arca se indica: "A pesar de la gran fuerza que poseían los hombres de aquel entonces, debido al gran tamaño de los árboles y la naturaleza de la madera, se necesitaba mucho más tiempo que ahora para prepararla." (PP 54)

Al parecer en los tiempos de Noé, los hombres en general eran de gran estatura y de porte muy superior al que hoy en día observamos en los seres humanos. Si observamos el tamaño de Gilgamesh, destacado en una obra sumeria de hace miles de años atrás, aunque pueda estar exagerada, deja ver un hombre de grande estatura ya que en sus brazos carga a un león adulto.



Imagen de Gilgamesh rescatando a un animal durante el diluvio
Recuperada del Palacio de Sargón II
Conservada en el Museo Del Louvre


Posteriormente y habiendo transcurrido muchos siglos después del Diluvio, cuando los israelitas abandonaron Egipto y llegaron a Canaán, se envió a espías para que inspeccionaran la tierra antes de entrar en ella y ellos informaron diciendo: "vimos hombres de grande estatura", "vimos allí gigantes, hijos de Anac, raza de los gigantes" (Números 13:29-34). Los investigadores piensan que la estatura promedio de los "hijos de Anac" era de aproximadamente 2,13 m.

Igualmente, se informa que la región de Hebrón, antiguamente se llamaba Chiriat-Arba, en honor a Arba el padre de Anac según Josué 15:13 y 21:11 quien fue un hombre grande de estatura en los anaceos, o hijos de Anac (Josué 14:15). 

Cuando los israelitas entraron en Canaán, informaron de la existencia de una raza de gigantes y mencionaron a Og Rey de Basán "de los gigantes que quedaron" y cuya cama era de 4 m. de largo por 2 m. de ancho aproximadamente (Deuteronomio 3:11). De hecho, Basán era llamada "la tierra de los gigantes" (Deuteronomio 3:13). La existencia de gigantes de diversas tribus era documentada para esa región de la tierra prometida a quienes llamaban "emimeos" y "anaceos" o "los hijos de Anac"(Deuteronomio 2:10-11).


Og fue de los últimos representantes de la raza de gigantes, los raphaitas o rephaim y su fama duró por muchos siglos (Salmo 135:11; 136:20) como un poderoso rey amorreo de Basán (1 Reyes 4:19).

¿De dónde surgió este linaje de gigantes? Veamos. Asumiendo que Noé era uno de los gigantes del tiempo antediluviano, lo mismo que sus hijos Sem, Cam y Japhet, podemos concluir que tras la separación de Cam, quien se fue a la región que más tarde sería llamada Canaán, en honor de uno de los descendientes de Cam (Génesis 10:6-20), sería el antepasado de los gigantes que más tarde los israelitas encontraron en la tierra prometida de Canaán tras su éxodo de Egipto. De hecho, el encuentro entre estos dos linajes, los descendientes de Sem y Japhet, con los descendientes de Cam, los cananeos o hijos de Canaán, comenzó a dar cumplimiento a lo anunciado por Dios en Génesis 9:18-29.

Estos mismos gigantes, que posteriormente dieron origen a los filisteos, jebuseos y amorrehos, así como también a los cananeos, serían los antepasados de los hijos de Anac, y de los hijos de Gath, de donde surgieron más tarde Goliath y el linaje de gigantes que describe la Biblia en los tiempos de David. 
De hecho, los amorrehos son mencionados en la Biblia como gigantes cuya altura era como los cedros (Amós 2:9-10).

Es interesante notar que relatos egipcios de aquella época llamaban a los habitantes de Canaán como "shasu", mención que aparece en un antiguo escrito egipcio de 1250 a.C.y en que dice que los habitantes de "Shasu" tenían 4 o 5 codos de nariz a pie, con caras salvajes (
Hallo, W. W. ed. 2003. The Context of Scripture, 3 vols. 3.9. Leiden: Brill. Cited in Billington, Clyde E. Goliath and the Exodus Giants: How Tall Were They? Journal of the Evangelical Theological Society 50, no. 3:487–508). Un codo egipcio equivalía aproximadamente a 52 cms. de donde 5 codos equivalían a 2,60 m.  

¿Cómo fue que la estirpe de gigantes conservó su estatura después del Diluvio? Probablemente, como efecto de la alimentación y el ambiente benigno de lo que más tarde sería llamado la tierra prometida o la media luna fértil.

En efecto, Palestina en los días de Noé y tiempos posteriores, formó parte de una zona de condiciones especialmente favorables, conocida como la media luna fértil. Se trata de una región que, como indica su nombre, tiene forma aproximada de media luna. Su parte este es lo que podríamos llamar Canaán.

La región llamada la media luna fértil es bañada por los ríos Nilo, Jordán, Orontes, Tigris y Éufrates y su superficie es de unos 500 000 km². La región se extiende desde el valle del Nilo y la orilla oriental del Mediterráneo hasta el norte del desierto de Siria, y desde el norte de Arabia, toda la Mesopotamia, hasta el golfo Pérsico.

En la actualidad, la Media Luna Fértil es una región en el Medio Oriente , que abarca lo que hoy es Irak, Siria , Líbano , Palestina , Israel , Jordania y Egipto , junto con la región sureste de Turquía y la franja occidental de Irán.

En todo momento, la Biblia deja ver que la estirpe de gigantes que vivía en la Media Luna Fértil, tanto en los tiempos de Moisés, como en los tiempos de David, eran un linaje en vías de extinción ya que refieren a ellos como "los gigantes que quedaron" (Deuteronomio 3:11) y en la Biblia se habla de zonas en que en el pasado habitaron gigantes (Deuteronomio 2:18-20).

Josué peleó varias batallas contra los anaceos y los amorreos. Finalmente, “destruyó a los anaceos de los montes: de Hebrón, de Debir, de Anab, de todos los montes de Judá y de todos los montes de Israel; Josué los destruyó a ellos y a sus ciudades. Ninguno de los anaceos quedó en la tierra de los hijos de Israel; solamente quedaron en Gaza, en Gat y en Asdod” (Josué 11:21-22). Estos hechos dan cuenta de por qué en los tiempos de David todavía quedaban gigantes en Gath por ejemplo, explicando la existencia de los gigantes posteriores como Goliat en tiempos de David.

Célebre es el encuentro entre David y Goliath. 
Se estima que Goliath media aproximadamente 2,97 m. Su cota de malla pesaba aproximadamente 57 kilos y su lanza 6,8 kilos (1 Samuel 17:4-7). Muchos piensan que Goliat era una anomalía en cuanto a su estatura, pero lo cierto es que Goliat pertenecía a una estirpe de gigantes o más bien como llama la Biblia a un "linaje de los gigantes", ya que el texto menciona a otros gigantes, como "Sippai, del linaje de los gigantes" y a "Lahmi, hermano de Goliath", "cuya lanza era como un enjullo de tejedores". Igualmente, se informa la existencia de un hombre de grande estatura, que tenía seis dedos en cada mano y seis dedos en cada pie, y que era de los hijos de Rapha (1 Crónicas 20:4-8).

El libro 2 Samuel 21:15-22 igualmente se informa sobre los descendientes de Gath, estirpe de gigantes y los 4 hermanos de Goliath, Isbi-benob, Saph (llamado Sippai en 1 Crónicas 20:4), Lahmi y otro gigante del cual se desconoce su nombre y sólo se da a conocer su gran estatura y que tenía 6 dedos en cada mano y pie (1 Crónicas 20:6) todos ellos hijos de Rapha (1 Crónicas 20:8).

Cabe mencionar que los Raphaitas, o hijos de Rapha eran mencionados de esa manera porque la palabra "rephaim" significa "gigantes" y corresponden a un grupo de habitantes originales de Canaán en la Transjordania, mencionados por primera vez en tiempos de Abraham (Génesis 14:5; 15:20). Igual cabe notar que en Génesis 14:5, aparte de los "raphaita" se menciona a los "Zuzitas en Ham, y a los Emitas en Shave -Kiriataim", y estos grupos aparecen nombrados como gigantes en Deuteronomio 2:20, ya que los Zuzitas eran llamados por los Ammonitas como "Zomzommeos" que es el sinónimo o equivalente de Zuzitas. Por su parte, los "emitas" eran aquellos a quienes los moabitas llamaban "emimeos" también gigantes y a quienes se solía también llamar como "los hijos de Anac" en Deuteronomio 2:10-11, 20-21.

Josué 12:4 y 13:12 confirma que Og rey de Basán, era descendiente de los raphaitas y cuando en Deuteronomio 3:11 dice que era "de los gigantes que quedaron", se refería a que era uno de los descendientes de Rapha, a quienes se llamaba "raphaitas" o "rapheos" que significa gigantes. Josué 12:4 dice que Og rey de Basán "había quedado de los rapheos" y en Josué 13:12 dice que "había quedado del residuo de los rapheos", es decir, era "de los gigantes que quedaron".

Un reporte más o menos similar entrega 2 Samuel 21:16-22 en que se menciona una serie de batallas de los israelitas contra los filisteos en los tiempos de David en que "Isbi-benob, el cual era de los hijos del gigante, y el peso de cuya lanza era de trescientos siclos de metal" fue muerto por Abisai hijo de Sarvia. "Sibechai Husathita hirió a Saph, que era de los hijos del gigante."

En el mismo relato se indica que hubo otra batalla contra los filisteos, "en la cual Elhanan, hijo de Jaaere-oregim, hirió a Goliath Getheo, el asta de cuya lanza era como un enjullo de telar."  


Continúa el relato diciendo: "Después hubo otra guerra en Gath, donde hubo un hombre de grande altura, el cual tenía doce dedos en las manos, y otros doce en los pies, veinticuatro en todos; y también era de los hijos del gigante. Este desafió a Israel, y matólo Jonathan, hijo de Sima hermano de David. Estos cuatros le habían nacido al gigante en Gath, los cuales cayeron por la mano de David, y por la mano de sus siervos."  Como se puede ver, había más de un gigante y por lo descrito componían una raza de gigantes.

Un detalle que llama la atención es que dentro de las crónicas de las batallas de Israel se dice que Benaías venció "a un egipcio, hombre de cinco codos de estatura: y el egipcio traía una lanza como un enjullo de tejedor" (1 Crónicas 1122-23) esto es como 2,25 m. de estatura, relato que es mencionado también 2 Samuel 23:20-21 en que se menciona al egipcio como "hombre de grande estatura", pero no se le menciona como gigante, lo cual deja ver que cuando estos relatores hablaban de gigantes, se referían a hombres de estatura mucho mayor, como Goliath que media seis codos y un palmo, es decir aproximadamente 2,97 m.

Al parecer, los gigantes que se menciona en los tiempos de David, fueron ya los últimos de su linaje en aquella región y puesto que probablemente se reproducían entre ellos sin tener en cuenta los lazos consanguíneos, algunos de ellos nacían con anomalías congénitas, como por ejemplo una polidactlia en manos y pies.

¿RECONOCE LA CIENCIA LA EXISTENCIA
DE GIGANTES EN EL PASADO?

Evidentemente, la ciencia, especialmente la biología, no reconoce la veracidad de la Biblia en cuanto al reporte de la existencia de gigantes en el pasado. Sin embargo, de esto no debemos concluir que los reportes de la Biblia sean falsos o bien que deben ser considerados como fábulas o mitos, ya que no sólo la Biblia menciona la existencia de gigantes en el pasado, ya que existen relatos de muchos testigos a lo largo de siglos que reportan la existencia de gigantes en distintos puntos del mundo.

Una autora señala lo siguiente: "Pero sin la historia bíblica, la geología no puede probar nada. Los que razonan con tanta seguridad acerca de sus descubrimientos, no tienen una noción adecuada del tamaño de los hombres, los animales y los árboles antediluvianos, ni de los grandes cambios que ocurrieron en aquel entonces." (Patriarcas y Profetas, pág. 103-104)

Sin embargo, la ciencia se ha visto obligada a reconocer la existencia de gigantes en el pasado, aunque en otro contexto. Los paleontólogos y arqueólogos, han exhumado restos de seres humanos de tamaño mucho mayor a los hombres actuales. Se piensa que estos restos corresponden a linajes humanos anteriores al Homo sapiens o bien linajes que fueron contemporáneos en los inicios de la aparición del linaje humano actual. 

En un interesante relato aparecido en el libro "A la caza del hombre fósil" de André Senet (1957) se indica que un geólogo holándes, von Koenigswald recorriendo las farmacias de Hong Kong entre 1934 y 1939: "pudo recoger tres dientes bastante humanos en su contextura, pero de una talla insólita: son dos veces más grandes que los dientes humanos actuales. El ser que los hubiera poseído tenía que ser un mono o un hombre gigantesco, de una talla de 2'50 a 3 metros." "Más tarde, en 1941, en Java esta vez, von Koenigswald descubrió, uno tras otro, dos trozos de mandíbula de gran tamaño, poseyendo aún algunos dientes humanos. Eran los restos del hombre - mono gigante, el Megántropo, que debió alcanzar los 2'25 metros. A consecuencia de estos descubrimientos, Weidenreich y von Koenigswald, han concluído que la Humanidad ha pasado, en sus comienzos, por formas gigantescas que, poco a poco, han dado lugar a formas menos grandes. El paleontólogo inglés Broom sostiene con vigor las mismas opiniones..." (pág. 65)

En 1991, en una capa de sedimentos de 1,8 - 1,7 millones de años de antiguedad de Dmanisi, República de Georgia, se reportó el hallazgo de fósiles correspondientes a seis individuos. Según los investigadores probablemente estos restos óseos corresponden a una misma especie designada como Homo georgicus, aunque el tamaño de los individuos varía considerablemente. Llama la atención una mandíbula que en un informe de la Revista National Geographic de agosto de 2002 indica que "su tamaño va de lo ciclópeo" hasta otros relativamente pequeños. Según los diccionarios, el término "ciclópeo" indica algo de gran tamaño o gigante. ¿Por qué los comentadores usan el término ciclópeo para referirse a una de las mandíbulas encontradas en Dmanisi? Sencillamente, porque su tamaño indica que pertenecía a un individuo de más de 2 m. de altura. 

A partir del hallazgo del cráneo 5 de Dmanisi seriado como D2600, se originó un amplio debate científico y que aún no concluye. Diciéndose en un principio que todos los cráneos reportados en Dmanisi correspondían a una misma población o especie, lo distinto del tamaño del cráneo 5 ha motivado un natural desacuerdo y que ha generado numerosos artículos, explicaciones y notas, pero sigue estando en pie la pregunta de por qué este cráneo da cuenta de la existencia de hombres de gran estatura en el pasado y que al decir de no pocos científicos, corresponde a una raza o variedad humana aparte de la normalmente encontrada en los sitios fosilíferos.



Mandíbula 2600 o cráneo 5 de Dmanisi, República de Georgia
corresponde a un individuo de más de 2 m. de estatura



Observe el tamaño de la mandíbula D2600
en comparación con las otras mandíbulas
encontradas en el sitio de Dmanisi

Igualmente, llama la atención un resto fósil denominado "la mandíbula de Mauer" asignada a la especie Homo heidelbergensis (Schoetensack, 1908) que fue dada a conocer en 1908, constituyendo un reporte de homínidos europeos anteriores al hombre de Neandertal y que vivieron hace ± 700 mil años atrás durante el Pleistoceno Medio en lo que hoy es Alemania. 


Mandíbula de Mauer   
        holotipo de Homo heidelbergensis
(Tomado de: Wagner et al., 2010)

Lo más notable de esta mandíbula es su tamaño, robustez y que es excepcionalmente masisa. Esta impresionante mandíbula fue encontrada en depósitos de arena en una zona fluvial del río Neckar, ubicada aproximadamente a 10 km. de Heidelberg, Alemania. El fósil constituye un documento importante que ayuda a comprender la ocupación humana temprana de Europa al norte de Los Alpes y cuya asociación con material fósil de diversa fauna de mamíferos  y en relación al contexto geológico en que fue reportado el hallazgo,   ha sido asignada a una etapa temprana del Pleistoceno Medio, aunque dicha asignación está basada en datos bioestratigráficos y no en una datación absoluta con base en datos radiométricos.

La mandíbula de Mauer evidencia un tamaño mucho mayor que el de un adulto normal actual. Su conformación general es notablemente robusta, destacando de manera inmediata la gran amplitud de la rama mandibular con una disposición casi horizontal de la escotadura sigmoidea que separa el proceso coronoides del cóndilo articular. 



 Vista lateral derecha de la mandíbula de Mauer. Tomado de Czarnetzki (2003).

En general, los comentarios relacionados con la mandíbula de Mauer coinciden con lo que dice el libro "El hombre, su pasado, su presente, su futuro" de Gustav Schenk (1963) quien señala que la mandíbula encontrada en Heidelberg es "anormalmente grande" y que en su libro compara con la mandíbula de un europeo y un hombre africano y resalta la gran diferencia de tamaño. Llama poderosamente la atención las dimensiones de esta mandíbula y que comparada biométricamente con una mandíbula de un hombre actual, nos indica que perteneció a un ser humano de más de 2,2 m. de altura.

La mandíbula de Mauer comparada con un hombre moderno de Europa y Africa
Imagen tomada del libro de Gustav Schenk (1963)
¿Qué estatura piensa Ud. que tendría el hombre de Mauer?

 



Imagen tomada del libro
"El hombre a la busca de sus antepasados" de André Senet (1957) pág. 130

Hoy en día la comunidad científica se pregunta si esta mandíbula corresponde en realidad a Homo heildebergensis y en muchos casos, la respuesta que resuena a través de las publicaciones científicas es que no. ¿Pero es la mandíbula de Mauer un caso aislado en paleontología? No, se han encontrado otras mandíbulas y restos craneales correspondientes a hombres de gran estatura que vivieron en el pasado.

Por otra parte, es bien sabido que el hallazgo de restos fósiles de animales, plantas o incluso seres humanos o especies emparentadas, es un evento por demás significante, porque indica que el individuo encontrado perteneció en el pasado a una población o linaje al que representa. Es muy poco probable, que un individuo constituya una excepción en su época de vida y precisamente fosilice y además sea encontrado por los científicos especializados. Eso no ocurre y es por esto, que los hallazgos fósiles son considerados representativos de los linajes de su tiempo.

Siendo así: ¿podemos decir que la mandíbula de Mauer representa un caso excepcional de fosilización de un único individuo de gran estatura que vivió en el pasado? Por supuesto que no. El hombre de Mauer representa obviamente un linaje que vivió en el pasado y que destacaba por una gran estatura y complexión corporal. 

En el año 2010, en una cueva en Desinova, Siberia (Rusia) se reportó el hallazgo de un molar de homínido en muchos aspectos semejante al de un hombre actual, pero de un tamaño muy diferente.

Este molar, inicialmente considerado de un oso de las cavernas debido a su tamaño y la robustez y morfología de las raíces, se reconsideró posteriormente y se planteó como un diente humano de un individuo que vivió hace unos 40.000 años, lo cual fue confirmado por el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva a través del estudio de su ADN: este fósil resultó ser el tercer resto de denisovano conocido (Denisova 8). 



¿Qué estatura piensa Ud. que pudiera haber tenido el dueño del molar de Desinova?

Si bien los científicos argumentan que un molar no es suficiente para determinar la estatura de un individuo: ¿cree Ud. que el molar de la fotografía pertenecía a un hombre de estatura normal?

Consultado un afamado científico especialista en evolución humana respecto a la estatura que pudiera llegar a tener el individuo que aportó el molar signado como Denisovan 8, manifestó que extrapolar el tamaño del molar a una estatura aproximada, pudiera arrojar un resultado sorprendente.

Ahora bien, se podría decir que el hallazgo de un molar de proporciones inusuales no es prueba suficiente de la existencia en el pasado de hombres de gran estatura, sin embargo, los hallazgos corresponden a mucho más que eso.

Hasta aquí, los restos reportados de Homo georgicus, Homo heilderbergensis y de aquellos denominados "desinovanos" nos muestran la existencia de hombres de gran estatura y que no encajan en el modelo evolutivo que indica que el hombre ha ido alcanzando cada vez mayor estatura en su proceso evolutivo hasta alcanzar la estatura de hoy.



Reconstrucción del cráneo de un ser humano moderno, un hombre de Neanderthal y un denisovano
compare el tamaño de los cráneos y calcule cuánto pudiera haber sido la estatura del denisovano

LA CIENCIA Y EL PROBLEMA DE LOS GIGANTES

¿Por qué la ciencia se resiste a aceptar la existencia de gigantes en el pasado? ¿Cuál es el problema que representa la aceptación de esta realidad de la historia humana para la ciencia?

La ciencia actual, especialmente la Biología, funda su visión de la vida y del desarrollo de ella en la Tierra a la luz de la teoría de la evolución propuesta oficialmente por Darwin en 1859 en su libro El Origen de las Especies. Esta propuesta, dicho de manera muy sencilla, enseña que el ser humano es resultado de una infinidad de cambios y adaptaciones sucedidas a lo largo de millones de años, desde que la vida apareció en la Tierra, hasta alcanzar el grado de desarrollo que le conocemos en la actualidad.

Dicho así, el ser humano actual no es sino el resultado de un lento proceso evolutivo a partir de organismos y seres menos desarrollados que nosotros. La evolución ha ido de organismos menos desarrollados, a organismos más desarrollados y mejor adaptados a su medioambiente. Siendo así, el hombre procede de primates, su grupo filonegenéticamente más cercano y que es mucho menos desarrollado que nosotros. Ese es el modelo y la ciencia se esfuerza por reforzar el modelo con cada descubrimiento. 

El modelo evolutivo, indica que los primates evolucionaron de animales insectívoros de pequeño tamaño que vivían en los árboles y que por imposiciones del medioambiente descendieron de los árboles, se fueron adaptando y adquiriendo novedades morfológicas que finalmente condujeron dentro de este grupo biológico a la aparición del hombre. Siendo así, y habiendo evolucionado inicialmente como primates parecidos a los chimpancés de la actualidad, los primeros seres parecidos a hombres podrían encontrarse como fósiles en sedimentos de hace unos 7 millones de años atrás y la ciencia entonces menciona a Saelanthropus tchadensis, Ardipithecus ramidis, etc. Animales muy semejantes a chimpancés pero que habrían dado origen a primates más derivados como los australopithecus y los paranthropus, que ya caminaban erguidos y alcanzaban una estatura promedio de 1,4 m. de altura. No eran muy altos. 

De los australopitecos, de 1,4 m. aproximados, desciende el Homo habilis más o menos de la misma estatura y posteriormente el Homo erectus, Homo ergaster y otros que ya alcanzaban 1,50 m y un poco más.  De aquí, provendrían el Homo neanderthalensis, un poco más alto, aunque más robusto y finalmente el Homo sapiens u hombre moderno que alcanzaría en principio 1,65 m. hasta su mayor desarrollo en el día de hoy en que algunas personas alcanzan en promedio 1,9 m. y algunos incluso 2 metros.

Según este modelo, el género humano ha ido alcanzando cada vez mayor estatura en un proceso evolutivo que va mejorando nuestras capacidades físicas de adaptación a un medioambiente influenciado además por la propia actividad humana. 

Como dice un afamado autor:
 "Según las leyes generales de la evolución paleontológica, las formas especializadas son generalmente las mayores." (Los hombres prehistóricos, G.H.R von Koenigswald, 1967, pág. 65)  

Sin embargo, el mismo autor, señala que la evidencia contradice el modelo, ya que: "Entre los Antropomorfos vivientes en la actualidad, el orangután es indudablemente el más especializado, pero el gorila es mayor. Pues bien, los hallazgos de China hacen muy verosímil que el primitivo orangután de China fuese más grande que su actual descendiente indonésico." 
(Los hombres prehistóricos, G.H.R von Koenigswald, 1967, pág. 65)  

El propio Koenigswald propone: "Una de las escasas leyes paleontológicas es la de que las formas primitivas antiguas son en general menores que sus descendientes especializados. Pues bien, si admitimos que la dentición de los hombres actuales es primitiva, entonces la del hombre fósil debería ser análoga y todavía menor."  (Los hombres prehistóricos, G.H.R von Koenigswald, 1967, pág. 120)

Siendo así: "Muchos antropólogos, adheridos a dicha opinión, quisieron admitir también que el tipo humano más primitivo sería el de los actuales pigmeos, y esperaban que el hombre fósil hubiese sido también más o menos un pigmeo." 
(Los hombres prehistóricos, G.H.R von Koenigswald, 1967, pág. 120)   

Sin embargo, en el libro "A la caza del hombre fósil" de André Senet, pág. 65 se informa que: "Weidenreich y von Koenigswald, han concluído que la Humanidad ha pasado, en sus comienzos, por formas gigantescas que, poco a poco, han dado lugar a formas menos grandes. El paleontólogo inglés Broom sostiene con vigor las mismas opiniones..." (pág. 65)

Lo mismo deja ver el registro fósil, en que a lo menos ha habido dos primates de gran estatura anteriores al hombre. Uno de ellos es el llamado Meganthropus (von Koenigswald, 1950) que se determinó correpondía a un simio homínido pero no humano, aunque el nombre Meganthropus significa literalmente "hombre gigante". Este simio habría vivido en el Pleistoceno de Indonesia. El nombre del simio sumado a un trozo de mandíbula con unos cuantos dientes que parecen muy humanos, aunque finalmente se determinó que pertenecían a un simio, deja ver que primates muy cercanos a los humanos podían llegar a alcanzar una gran estatura.

El hallazgo de Meganthropus, se suma al hallazgo de otro simio de grandes proporciones informado anteriormente por el mismo von Koenisgwald y al que se denominó Gigantopithecus (von Koenisgwald, 1935) y que corresponde a un simio que alcanzaba los 2,7 o 3 metros de altura también del Pleistoceno de Asia y que en algún momento se consideró un primate hominino y muy cercano al ser humano, aunque actualmente se le considera más cercano al orangután.

Con relación a este hallazgo, von Koenigswald señala: "Formando parte de la primera serie de dientes de mono que compramos en las farmacias de Hong Kong se encontraba un tercer molar inferior, de tamaño mucho mayor que los de orangután, de los que asimismo se diferenciaba claramente por el relieve más tosco de la corona. El diente era también mayor que las piezas correspondientes del gorila y debió haber pertenecido a algún primate gigantesto. Desgraciadamente, la pieza estaba muy usada. La describí dándole el nombre de Gigantopithecus blacki, el mono gigante de Black." 
(Los hombres prehistóricos, G.H.R von Koenigswald, 1967, pág. 66)  

¿Era Gigantopithecus un primate de gigantesto tamaño? Vea lo que dice quien lo descubrió: "Es indudable que los gigantescos dientes de Gigantopithecus debieron implantarse en una mandíbula de considerable tamaño. ¿Debió por ello ser realmente un gigante? Se ha querido sostener que no tenía que ser forzosamente así, pero en contra de esta afirmación puede arguirse que en todos los Primates actuales existe una relación armónica entre el tamaño de la dentadura y su estatura, por lo que resulta bastante probable que realmente Gigantopithecus fuese una forma gigantesca." 
(Los hombres prehistóricos, G.H.R von Koenigswald, 1967, pág. 66)

Como se puede ver, el registro fósil no concuerda plenamente con lo que proponen los evolucionistas. 
Tal es el caso de la mandíbula de Mauer mencionada anteriormente, que sí corresponde indudablemente a un ser humano y que ha estado por mucho tiempo bajo discusión ya que inicialmente se pensó que podría ser el ancestro común de Homo sapiens y el Homo neanderthalensis, no obstante, hoy en día este punto de vista es fuertemente debatido. Por una parte, la mandíbula sugiere características compartidas con el hombre de Neanderthal, en cuanto a su masividad y ausencia de mentón, sin embargo y a pesar que los hombres de Neanderthal eran bastante corpulentos, la mandíbula encontrada en Heildelberg es mucho más grande que la de cualquier neanderthal y por supuesto, mucho mayor que la de cualquier hombre moderno. Dicho esto, se tendría que asumir que el hombre alcanzó una mayor estatura y corpulencia hace ± 700.000 años atrás, para decrecer posteriormente hasta el día de hoy. Esto no concuerda con el paradigma evolutivo.

Respecto a estos hallazgo de seres humanos primitivos propiamente tales y en cuanto al modelo evolutivo que señala que las formas antiguas son menores en tamaño que las formas más derivadas, Koenigswald opina: "Los nuevos hallazgos no concordaban en absoluto con esta concepción teórica. Los neanderthalenses tienen los dientes grandes y complicados, y el hombre de Heidelberg [la mandíbula de Mauer], si bien poseyó una dentición que en realidad no se diferencia de la del hombre actual, su mandíbula fue, en cambio, muy grande y maciza."  (Los hombres prehistóricos, G.H.R von Koenigswald, 1967, pág. 121)

Lo mismo, se puede decir de algunos restos fósiles asignados a denisovanos, como el molar Desinova 8 que resulta considerablemente más grande que cualquier molar moderno. Esto se ve incrementado por el Cráneo 5 o D2600 de Homo georgicus, que nos habla de hombres de gran estatura en tiempos incluso muy anteriores.

Sin embargo, la existencia de gigantes en el pasado, trasluce un modelo explicativo distinto en que el ser humano no ha ido mejorando sus capacidades físicas, sino más bien decreciendo con el tiempo y haciéndose cada vez menos semejantes a los seres poderosos del pasado.

Según enseña la Biblia, el hombre no ha ido mejorando sus capacidades físicas y morales, sino más bien perdiendo cada vez más dichas capacidades que le hacían ser a "imagen y semejanza" de Dios. Según la Biblia el hombre ha ido decreciendo y degradándose a medida que se aleja de la perfección que Dios le había imprimido en el día de su creación.

Mientras, la ciencia biológica propone todo lo contrario, el ser humano va adquiriendo cada vez mayor capacidad y alcanzando niveles de desarrollo muy superiores en todo sentido a sus parientes primates de los cuales desciende por evolución. ¿Se da cuenta del problema y de la contradicción que la ciencia impone a la enseñanza de la Biblia? Esta contradicción en mucho resulta semejante a la propuesta en Génesis 3:1-6.

Según algunos autores, cuando Dios creó al hombre, éste era de mucho mayor estatura que los hombres de la actualidad, diciendo que Adán era: "de soberbia altura y formas majestuosas.... Presentaba un contraste notable con los hombres de las generaciones posteriores; en este respecto se nota la gran degeneración de la raza humana." (El Conflicto de los Siglos, pág. 702).

"Cuando el hombre salió de las manos de su Creador, era de elevada estatura y perfecta simetría. Su semblante llevaba el tinte rosado de la salud y brillaba con la luz y el regocijo de la vida. La estatura de Adán era mucho mayor que la de los hombres que habitan la tierra en la actualidad. Eva era algo más baja de estatura que Adán; no obstante, su forma era noble y plena de belleza." (Patriarcas y profetas pág. 26)

Con relación a Adán, se dice: "Era más que el doble de alto que los hombres que ahora viven en la tierra, y era bien proporcionado. Sus rasgos eran perfectos y hermosos. Su complexión no era blanca ni amarillenta, sino vigorosa, resplandeciente con el rico tinte de la salud. Eva no era tan alta como Adán. Su cabeza llegaba un poco por encima de los hombros de su compañero. Ella también era noble, perfecta en simetría y muy hermosa." (Eventos de los últimos días pág. 295)

Los hijos de Adán eran gigantes. Lo mismo que sus descendientes hasta Noé. Hombres que alcanzaban 2,5 a 3 metros de estatura. 



Los hijos de Noé también eran de la raza de los gigantes y al separarse Cam de su padre y de sus hermanos Sem y Japhet se produjo el cambio físico. Por una parte, Cam habitó lo que se conoce como la Media Luna Fértil más tarde nombrada como Canaán en honor a uno de sus descendientes y que producto de su esplendidez y condición fructífera, permitió a los descendientes de Cam conservar en gran parte la estatura de sus ancestros dando origen a los cananeos, amorrheos, filisteos, rapheos, anaceos, getheos, etc. precisamente reconocidos más tarde como los descendientes de los gigantes o la raza de gigantes. Mientras, los descendientes de los otros hijos de Noé, Sem y Japhet al no contar con las mismas ventajas del medioambiente en que les correspondió vivir, fueron decreciendo en vigor, fuerza y estatura.

¿Cuál de estas dos historia confirma la ciencia? Es claro que la ciencia busca validar el modelo evolucionista, pero ahí están los restos de gigantes en el pasado que oscurecen la claridad de dicho mensaje. ¿Qué se hace entonces? No dar luz al hallazgo de restos óseos correspondientes a hombres que en el pasado alcanzaban gran estatura o median más de 2 metros porque eso no ayuda al modelo. 
 
¿Por qué la ciencia nunca se ha espaciado o hablado definidamente de la mandíbula de Mauer y de su poseedor que ciertamente medía más de 2,2 metros de estatura en una época en que se supone que los hombres eran más bajos según la ciencia?

¿Por qué se evita el debate científico sobre la mandíbula D 2600 o cráneo número 5 de Dmanisi que nos presenta a un individuo de por lo menos 2,2 m.? ¿Por qué nunca se ha emitido un informe que dé cuenta del tamaño de la mandíbula de Mauer y la evidencia de que en el pasado hubo hombres de grande estatura?

Note, que según el paradigma evolutivo la secuencia geocronológica indica que el Homo georgicus vivió hace 1,7 - 1,8 millones de años posiblemente como descendencia de Homo erectus. Más tarde, vivió el Homo heidelbergensis, hace ± 700 mil años en el pasado y aún el hombre de Desinova o desinovanos vivió hace unos 40.000 años atrás. Sin embargo, todos ellos aportan evidencia fósil de que en cada una de esas épocas determinadas vivieron hombres de gran estatura y que en mucho superaban al hombre actual. La ciencia dice basarse en evidencia, y los fósiles son evidencia, pero al parecer cuando la evidencia contradice el modelo, es mejor echarla al baúl de las cosas olvidadas. 

Tal es el caso de los restos de una tumba neolítica reportados en 1890 y conocidos como El Gigante de Castelnau y publicados por el antropólogo Georges Vacher de Lapouge en la Revista La Nature, vol. 18, 1890, número 888 y que da cuenta de restos óseos correspondientes a un hombre de 3,5 m. La revista existe, está conservada su publicación, pero ningún científico comenta nada al respecto. ¿Por qué?


Imagen de los restos del Gigante de Castelnau
aparecidos en la Revista La Nature de 1890
Aquí puede encontrar la revista y su publicación

http://cnum.cnam.fr/CGI/fpage.cgi?4KY28.35/15/70/536/0/0

  

A la izquierda comparación de los restos del húmero
del Gigante de Castelnau con un hombre normal (al centro)
y a la derecha reconstrucción del tamaño real del húmero encontrado

¿Será que la ciencia no desea que nos enteremos que en el pasado existieron gigantes y que el modelo evolutivo no es lo suficientemente acertado al momento de explicar nuestros orígenes y existencia? ¿Será que los científicos son capaces de mentir, desvirtuar, tergiversar o simplemente ocultar evidencia en contra de la verdad? Bueno, sólo puede revisar para muestra el caso del fósil de Piltdown y ahí tendrá en parte una respuesta.

DOS MODELOS EXPLICATIVOS

Ya dijimos que en la actualidad existen fundamentalmente dos modelos que buscan explicar la existencia del hombre sobre la Tierra, el modelo creacionista y más antiguo y el modelo evolucionista que existe a partir del Siglo XIX.

Aunque de manera general, los partidarios de un modelo suelen adoptar una posición excluyente del otro, lo cierto es que ninguna de las dos interpretaciones está en lo correcto de manera absoluta al momento de explicar la existencia del hombre y su desarrollo en la Tierra.

Hablamos de "interpretaciones" porque la gente que lee la Biblia, la interpreta de acuerdo a una serie de prejuicios o ideas preconcebidas que tienen que ver con la cultura, ciencia y conocimiento de su época, tal como sucedía con la teoría geocéntrica de la Edad Media y que interpretaba, a partir de la Biblia, que la Tierra era el centro del universo hasta que se demostró que en realidad la Tierra es sólo un planeta más que tiene como centro a nuestro Sol y que este Sistema Solar forma parte de una de millones de galaxias en el universo.

En este contexto, los fósiles son un hecho científico, indiscutible y que no se puede ignorar. Sin embargo, la interpretación de estos fósiles y las conclusiones a las que muchas veces llegan los científicos suelen estar equívocadas en cuanto a tiempo y aplicación filogenética.

Efectivamente, se ha visto en numerosas ocasiones, que las interpretaciones obtenidas por los científicos a partir de los fósiles, estaba equívocada en cuanto a secuencia, tiempo y cronología respecto a temas tan renombrados como el origen y clasificación de los dinosaurios, la evolución y tiempo de aparición del hombre y de sus variadas formas,evolución del caballo, etc. en que los científicos reconocen en sus publicaciones que no habían reparado en cierto o tal detalle que cambia totalmente el paradigma explicativo que habían armado a partir de sus interpretaciones iniciales.

Igualmente ha ocurrido con las hipótesis del poblamiento americano, que se pensaba comenzó por migraciones de poblaciones humanas que habrían llegado a Norteamérica a través del Estrecho de Bering hace ± 12.000 años atrás, sin embargo, se han encontrado evidencias de ocupación aún más temprana en el Sur de Chile y que datan de ± 16.000 años en el pasado.

Está claro que la interpretación que la ciencia hace de los hechos, no constituye la verdad sino sólo un paso que finalmente nos conducirá más cerca de la verdad. De manera, que la posición que hoy tenga la ciencia en cuanto a la interpretación de ciertos hechos, como son fósiles por ejemplo, no significa ni puede llevarnos a pensar que sea la verdad definitiva y absoluta sobre la realidad de las cosas sino sólo un intento de conocer la verdad.

Algo parecido ocurre con el modelo creacionista. Mientras los intérpretes del modelo creacionista piensan y enseñan que los seres vivos surgieron de un acto creador y que, por tanto no son producto de la evolución, por otra parte enseñan el "fijismo", es decir, la idea de que Dios creó al conejo, el cerdo, el caballo, el león y todos los animales que hoy conocemos de manera individual y aparte de todos los demás seres vivos, ignorando, que hay evidencia suficiente que conecta indudablemente a todos los seres vivos en cuanto a dominio celular, organización anatómica, fisiología, etc. Lo anterior, deja ver que los seres vivos fueron creados a partir de modelos sencillos que se van complejizando hasta alcanzar el nivel de animales u organismos más complejos, como puede ser un reptil altamente especializado, un mamífero o el propio ser humano que indudablemente es un primate altamente derivado.

Si bien hoy en día, la mayoría de las personas que profesan el cristianismo se resiste a aceptar que el ser humano sea un primate, lo cierto es que la evidencia no deja lugar a dudas al respecto. Los seres humanos y los primates más cercanos, que son los chimpancés y el bonobo, comparten más del 97% del ADN, indicando que indudablemente pertenecen al mismo grupo biológico. Por otra parte, los primates y el ser humano comparten semejanzas anatómicas muy finas que sólo se dan entre el hombre y los primates y con ningún otro grupo de seres vivos en la Tierra.

Tal es así, que cuando von Koenigswald reportó el hallazgo de más piezas dentales de Gingantopithecus, señaló lo siguiente: 
"Andando el tiempo, tres nuevos dientes de Gigantopithecus vinieron a añadirse  al que ya poseía, igualmente grandes y con la corona toscamente arrugada como aquél. Dos de estos nuevos dientes carecían de desgaste y ofrecían una semejanza sorprendente con los dientes humanos. El Prof. Weidenreich, a quien envié moldes de estas piezas que él describió durante la guerra, creyó también que Gigantopithecus era un hombre gigante." (Los hombres prehistóricos, G.H.R von Koenigswald, 1967, pág. 68)  

El mismo autor agrega: "Probablemente perteneció también al Gigantopithecus un canino superior de mi colección, que tiene una raíz fuerte y completamente recta. En los Antropomorfos, y debido a la constitución del hocico, la raíz del canino está siempre muy curvada y se estrecha a lartir de la punta. La pieza en cuestión se acomodaría mucho mejor a una cara semejante a la del hombre que no a un hocico de mono." (Los hombres prehistóricos, G.H.R von Koenigswald, 1967, pág. 68)  


Por otra parte, al igual que los científicos evolucionistas prefieren ignorar que en el pasado existieron gigantes sobre la Tierra, los creacionistas en general, prefieren no hablar de que en el pasado de la historia de la Tierra existieron dinosaurios, reptiles marinos y aéreos, mamíferos muy distintos a los actuales como los mamuts, tigres dientes de sable, etc. A más de un sin número de otros organismos documentados por el registro fósil y cuyos restos repletan las galerias y estantes de los museos del mundo.


Indudablemente, la interpretación del modelo evolucionista falla garrafalmente al pensar, o insistir en pensar, que la vida aparece espontáneamente en nuestro planeta pasando de una evolución química a una evolución orgánica. Esto a pesar, que la misma ciencia ha probado de manera fehaciente que en un ambiente abiótico, no se puede generar vida. Es decir, la vida no surge de la nada.

Igualmente, la idea general propuesta por Darwin en cuanto a la selección natural, se opone dramáticamente a la teoría de la endosimbiosis propuesta por Lynn Margulis para explicar el fenómeno de la aparición de la vida y el desarrollo de los primeros organismos unicelulares. Según la selección natural, una célula podría haber ido modificándose muy lentamente y compitiendo por una mejor adaptación a su medioambiente para terminar, después de mil quinientos millones de años de evolución, convirtiéndose en una entidad más desarrollada, un protista . En cambio, la teoría de Margulis, sostiene que las células complejas surgieron  no por competencia sino por colaboración y por la unión de las células simples; por lo tanto, defiende la simbiosis y  la cooperación entre especies como motor evolutivo.​ Dicho de otra manera, la vida surge en la Tierra de una manera absolutamente distinta a como finalmente logra su desarrollo en nuestro planeta, lo cual deja en una encrucijada que requiere explicar como la naturaleza utiliza estrategias diametralmente distintas para lograr los ensamblajes que hacen perdurar la vida en nuestro mundo. 

El modelo evolucionista falla al intentar explicar el origen de los organismos complejos. Decimos que falla porque no existe la evidencia fósil que explique de qué manera surgen los organismos complejos, es decir, aquellos compuestos de órganos y sistemas. Esto se puede fácilmente observar al momento de explicar el surgimiento de organismos como los de Burguess Shale en Canadá y Ediacara en China, que son tenidos como los más antiguos del registro fósil y que sin embargo, no cuentan con ningún antecedente probatorio que explique su existencia. Al parecer, y al decir de las pruebas, surgieron de la nada, no permitiendo explicar cómo sistemas tan complejos como el de la visión, o el sistema nervioso, el sistema digestivo, aparecen de la nada, sin antecedentes previos. Eso no tiene sentido. 

Por otra parte, las bases fundamentales de la evolución han ido cayendo a tierra con el transcurso del tiempo y se ha tenido que aceptar modificaciones al modelo a fin de acomodarse a la realidad, la realidad que muestra el registro fósil, que es el documento en que dice fundamentarse la evolución.

El caso es que el registro fósil no permite asumir una evolución gradual de las especies como se ha enseñado tradicionalmente por tanto tiempo, desde 1859, hasta nuestros días. Hoy en día, los científicos que desean ser consecuentes con la evidencia que aporta el registro fósil proponen aceptar una hipótesis de equilibrio punteado o evolución a saltos, también llamada "saltacionismo" que permite aceptar la aparición de especies, grupos de especies y poblaciones completas de especie como surgiendo de la nada, sin antecedentes previos aceptables. El saltacionismo actual en Biología ha reemplazado de manera prácticamente completa al gradualismo propuesto por Darwin y sostenido aún hoy en día, en contra de toda la evidencia, por fanáticos evolucionistas.

Por otra parte, el modelo creacionista o la explicación que los creacionistas aportan de la creación, deja muchos vacíos e interrogantes innecesarias que surgen de una mirada muy limitada de lo que en verdad nos informa la Biblia. 

Católicos, evangélicos y aún los simpatizantes de la WatchTower que siempre le buscan explicación a las cosas, cometen serios errores al explicar el evento de la creación y sucesos posteriores a ella. Estos errores, de interpretación, de cronología, etc. son los que hunden en el descrédito, el relato entregado de manera muy básica en la Biblia, pero que sin embargo, se ajusta a la verdadera historia de la humanidad en la Tierra.

Un ejemplo de ello, es que Ud. nunca verá una ilustración de la creación en que aparezcan dinosaurios, reptiles marinos, pterosaurios volando por el cielo o tigres dientes de sable entre los árboles del Edén. ¿De dónde surgieron esos animales? ¿Creó Dios a esos animales? ¿Por qué encontramos sus huesos hoy en día? 

En esas ilustraciones tampoco aparecen gigantes y sin embargo, los gigantes existieron en el pasado. El hombre en la creación era de estatura mucho mayor a la de los hombres más altos de la actualidad y eso es ignorado por la mayoría de los profesos cristianos. La mayoría de los gigantes murieron en el Diluvio, sin embargo, quedaron poblaciones de gigantes sobrevivientes y perduraron hasta tiempos muy posteriores. Es probable que algunos de esos gigantes, llegarán a América, tanto por el Sur como por el Norte siglos antes de Cristóbal Colón y dieran origen a los muchos relatos de tribus de gigantes relatadas tanto por aborígenes del Sur, Centro y Norteamérica.



Imagen clásica de la Creación conteniendo muchos errores de interpretación

En la imagen clásica de la Creación, tanto de católicos como protestantes, también en las imágenes de los simpatizantes de la WatchTower, aparecen perros, leones, caballos, gallinas, etc. Y los hombres son de estatura similar a la actual.

Sin embargo, se sabe que el perro (Canis familiaris) es una variedad del lobo (Canis lupus) que es anterior al perro doméstico y que varió en gran medida por su relación con el ser humano. Lo mismo con el caballo de corral, que es una variedad doméstica de los caballos salvajes y que difieren del hermoso caballo blanco de la imagen. Otro tanto ocurre con las aves de corral, como la gallina, que es una variedad inducida por la acción del ser humano en su intervención de aves salvajes un aspecto que está muy bien detallado con antecedentes históricos y científicos.

Si bien es cierto en las representaciones del Edén siempre aparecen leones o tigres, pertenecientes al grupo de los félidos, no aparecen otros félidos y que también han existido como los "macairodontinos" en que se contaba a megantereon, machairodus, homotherium y el famoso Smilodon o tigre dientes de sable. Ninguno de estos aparece en las ilustraciones tradicionales de la Creación. Todo esto, deja ver que desde el punto de vista creacionista, se está dejando de lado, deliberadamente, mucha información que aporta para conocer la verdad y se entrega una interpretación sesgada de acuerdo a lo que cada grupo de moda desea presentarnos o darnos a conocer.

¿Qué debemos hacer? Estudiar la Biblia, con detención y mucha dedicación a fin de conocer cada vez de manera más profunda la verdad de las cosas. ¿Desechar completamente la teoría de la evolución? No, porque algunos de sus postulados resultan ser absolutamente ciertos y verificables por una mente sincera. ¿A dónde nos conducirá esto? A conocer finalmente una realidad distinta a la que nos enseñaron a creer y que sin embargo, resulta mucho más hermosa y racional que la que nos cuentan en la Clase Dominical o en la Escuela Sabática, esto es, la correcta historia del hombre y su desarrollo posterior sobre la Tierra. Esto a su vez, aparte de que nos ayudará a conocer mucho mejor el amor de Dios por todos nosotros, nos dará una luz de ayuda para comprender qué nos depara más concretamente el futuro.

GIGANTES EN LA ACTUALIDAD

Si bien hoy en día, la mayoría de las personas que superan los 2,10 m. de estatura es porque sufren de acromegalia, trastorno hormonal que se padece por disfunción de la glándula pituitaria que produce gran cantidad de la hormona del crecimiento, lo cierto es que igualmente existen personas que no padecen este síndrome y sin embargo, superan incluso los 2,10 m. de estatura.



Robert Wadlow, el hombre más alto según registros llegó a medir 2,72 m.
padecía acromegalia

En 1903 el viajero norteamericano James Ricalton (1844 - 1929) se fotografió junto a dos gigantes de la Tribu de Kashmir en La India. El más alto medía 2,36 m. y el otro 2,29 y la estatura de estos hombres no era atribuída a ninguna enfermedad.



Este es también el caso de Neil Fingleton, un actor inglés y también jugador de baloncesto que llegó a medir 2,32 m. de estatura y no padecía ninguna disfunción de la glándula pituitaria. De hecho, todos los miembros de su familia evidenciaron gran estatura. Su hermana llegó a medir 1,92 m. Su hermano 2,07 m. Su abuelo igualmente llegó a medir 2,07 m. Cuando Neil tenía tan sólo 11 años ya medía 2,13 m. y sólo dejó de crecer a los 18 años alcanzando 2,32 m. de estatura.  

Otro caso notable es el de la joven jugadora de basquétbol de origen chino llamada Zhang Ziyu, que tampoco padece acromegalia y que con sólo 14 años de edad ya alcanza los 2,26 metros de altura convirtiéndose en una verdadera revelación del baloncesto de la NBA en Estados Unidos. La joven basquetbolista es hija de dos ex jugadores de basquetbol y su padre llegó a medir 2,13 m. y su madre 1,98 m.

Si consideramos que en el pasado los seres humanos alcanzaban mayor estatura que en el día de hoy, pudiéramos llegar a pensar que la estatura de algunas personas que sin padecer algún tipo de enfermedad superan los 2,10 m. de estatura estarían expresando un rasgo atávico, concepto que viene del latín atavus (tatarabuelo o también antepasado, ver abuelo y atavismo). Es por eso que el adjetivo atávico se refiere a cualquier rasgo ancestral, en las formas externas, en las costumbres o en la genética de los seres humanos.Siendo así, la estatura sobre los 2 m. puede llegar a considerarse un rasgo atávico respecto a antepasados que eran incluso más altos que eso.

Es importante no confundir el atavismo con la aparición de órganos vestigiales que son estructuras que en opinión de los biólógos persistieron con la evolución aunque perdieron su función original, quedando como un testimonio de una estructura existente en un antepasado cercano. En el atavismo, en cambio, los rasgos atávicos remiten a ascendientes lejanos dando lugar a una recurrencia o reaparición del rasgo en los descendientes. En biologia el atavismo o regresión es la reaparición en un organismo de un carácter ancestral. ¿Podría ser la estatura un carácter ancestral en los seres humanos? Claro que sí. 

Si consideramos que nuestros antepasados antediluvianos podían llegar a medir más de 2,5 m. de estatura, es lógico pensar que sus descendientes pudiera llegar a manifestar una regresión de este rasgo, ya que el atavismo suele atribuirse a la expresión de un gen que habría quedado inactivo en algún momento de la historia propia de una especie. De hecho, en término mendelianos que regulan la ley de la herencia, el atavismo se explica como el resultado y manifestación de la herencia de dos genes recesivos, expresando rasgos o caracteres ancestrales que simplemente reaparecen al cabo de varias generaciones como si hubiesen permanecido en una estado de latencia para manifestarse nuevamente en un tiempo posterior.




Neil Fingleton, actor que llegó a medir 2,32 m. de estatura
Actuó en Games of Thrones
 


Zhang Ziyu, jugadora de basquétbol de origen chino y que con 14 años mide 2,23 m. de altura.

Si bien el rasgo de estatura aún permanece poco investigado, un equipo internacional de científicos publicó en la Revista Nature  hasta 180 variantes genéticas relacionadas con la estatura humana. Según estos investigadores, la estatura humana no es definida por un gen único sino más bien por una combinación genética que debe continuar siendo investigada. Por otra parte, la alimentación también juega un papel importante en relación a la estatura asegura la investigación, ya que la estatura es un rasgo multifactorial en el que influyen tanto las condiciones ambientales como el ADN. Según estudios previos, nuestra estatura está determinada en un 80% por los genes. El otro 20% depende de factores como la nutrición y el medio ambiente.

Más de 200 instituciones de doce países participaron de la investigación que fue nombrada "GIANT" palabra que significa "gigante" pero no obstante corresponde a la sigla de Genetic Investigation of Anthropometric Traits - Investigación Genética de Rasgos Antropométricos - y que se llama gigante no sólo porque busca dilucidar las pistas genéticas de la estatura humana sino porque en el proyecto participan cientos de investigadores de todo el mundo y como se dijo, más de 200 instituciones comprometidas.

NOTICIAS

https://www.ancient-origins.es/noticias-historia-arqueologia/descubiertos-ecuador-esqueletos-gigantes-m%C3%A1s-2-metros-altura-003002?fbclid=IwAR28VnEAp1A_skJc6S3T76oISW45aLDXqDRh53Z8ecEub678BOCajDMyL7o


 
 
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