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  ¿Cómo murió Jesús? Recordando la crucifixión
 


¿POR QUÉ RECORDAR LA MUERTE DE JESÚS EN SEMANA SANTA?

 


Jesús de Nazaret
 es sin duda la figura central del cristianismo. Para la mayoría de las denominaciones cristianas, Jesús es el Hijo de Dios y, por extensión, la encarnación misma de Dios que habitó con nosotros.  [Juan 1:1; 1:14]
 


La importancia de Jesús de Nazaret para los cristianos estriba en la creencia de que, con su muerte y posterior resurrección, redimió al género humano.
 


Jesús de Nazaret
es sin duda el personaje histórico que ha ejercido una mayor influencia en la cultura humana, resultando en que la historia contemporánea se escriba hoy con una división fundamental, antes y después de Cristo.
 


Según la opinión mayoritariamente aceptada en medios académicos, basada en una lectura crítica de los textos bíblicos sobre su figura, Jesús de Nazaret fue un predicador judío que vivió a comienzos del Siglo I en las regiones de Galilea y Judea y que fue crucificado  en Jerusalén aproximadamente en el año 31 de nuestra era.
 


Lo que se conoce de Jesús de Nazaret depende casi absolutamente de la tradición cristiana, especialmente de la utilizada para la composición de los evangelios, redactados, según opinión mayoritaria, unos 30 ó 40 años después de su muerte. 

¿CÓMO MURIÓ JESÚS?


"De toda la vida de Jesús el aspecto humanamente más impresionante y el más cargado de consecuencias en sentido histórico es su conclusión trágica: la muerte en la cruz. El habernos habituado a este símbolo religioso, transfigurado por la fe y la piedad cristiana, hace que nos olvidemos fácilmente del impacto escandaloso que los contemporáneos y los primeros predicadores cristianos percibían aún en toda su crudeza. " [Fabris, R. Jesús de Nazaret: historia e interpretación, pág. 227]
 


Hace ya casi dos mil años que Jesús de Nazaret fue ejecutado en un lugar ubicado en las afueras de la ciudad de Jerusalén y aunque ha transcurrido ya mucho tiempo, es innegable que la imagen de la crucifixión de Cristo continúa influyendo de manera decisiva en el pensamiento y la conducta de millones de personas en el mundo.

 

Es innegable también que los cristianos, nombre con que se llegó a conocer a los seguidores del humilde galileo a partir del año 43 d.C., hicieron de este suceso, la crucifixión de Cristo, la base de su mensaje redencionista y que reconocía en la muerte de Jesús el cumplimiento de todas las profecías que decían relación con el Mesías prometido a Israel.


De ahí en adelante, la imagen de Jesús crucificado, se plasmó en la mente y en el corazón de todos los hombres. La cultura de cada época visualizó la crucifixión de Jesús de modo distinto y en muchas formas de manera concordante con el pensamiento influyente de cada tiempo. El arte reflejó incesantemente la influencia que la crucifixión de Cristo ejercía no sólo en religiosos, sino también en científicos, filósofos y pensadores de cada generación. Fue a partir del siglo V que se empezó a representar artística o religiosamente, la imagen de Jesús crucificado. Es indudable que este ha sido un tema recreado en innumerables obras de arte a través de todos los tiempos. Sin embargo, es notorio que quienes han querido representar la crucifixión de Jesús no están completamente de acuerdo en cuanto a los detalles de tan horrorosa ejecución. En algunas representaciones los clavos atraviesan las manos; en otras, las muñecas o el antebrazo. Algunos representan a Jesús con las piernas rectas y otros, con las piernas arqueadas. También es habitual encontrar obras en que Jesús, va impecablemente vestido con una túnica, mientras que otros lo describen desnudo, con corona de espinas o sin corona. En fin, son muchos los detalles que se van sumiendo en la nebulosa de la confusión y el desconcierto, por eso, cabe preguntarnos: ¿cómo murió realmente Jesús?

¿MURIÓ JESÚS EN UNA CRUZ?


Puesto que la forma en que murió Jesús ha sido siempre muy debatida e incluso ha dado lugar a serias controversias teológicas, no es extraño que la modalidad de su ejecución haya sido también puesta en duda. Ha habido quienes incluso han imputado la crucifixión y sostenido que Jesús murió verdaderamente en la horca, que era el modo judío de aplicar la pena capital (vea Deuteronomio 21:22-23).

 

Otros han sostenido que Jesús en realidad no murió en una cruz (dos maderos cruzados) sino clavado en una estaca. Todo esto lleva a preguntar: ¿Cuál es la verdad acerca de la muerte de Cristo? 

 

Como primera cosa, se puede decir que Jesús, como dice el "Credo" católico, murió y "padeció bajo el poder de Poncio Pilato." Esto es, Jesús murió como resultado de una sentencia aplicada por la justicia romana. Siendo así, no es consistente alegar que Jesús muriese "ahorcado" a la usanza judía, toda vez que estando bajo la jurisdicción romana, el pueblo de Israel estaba impedido de aplicar la pena capital en ningún caso. Esto queda claramente establecido en Juan 18:31-32. Por otra parte y de manera previa a la sentencia romana, Jesús fue condenado en el tribunal judío bajo los cargos de blasfemia y esta culpa ameritaba según la ley judía no la horca sino la lapidación (muerte a pedradas).

Notemos el siguiente comentario presentado en el apéndice de un afamado libro sobre la vida de Cristo: "También de acuerdo con la providencia de Dios, Cristo vino cuando dominaba el poder romano. Los judíos, por haberse apartado de Dios, habían caído bajo el dominio de una nación pagana. Aunque ejercía cierta medida de autoridad, el Sanedrín no podía pronunciar juicio en un caso que entrañase la pena capital. Dominados por el fanatismo y la tradición, los judíos eran muy crueles e inexorables. Su odio hacia Cristo era intenso. Si hubiesen poseído el poder supremo, los celosos sacerdotes y príncipes se habrían librado muy pronto del que consideraban como rival. La obra del Salvador entre los hombres se habría abreviado, y nada se habría registrado en cuanto a su vida y su ministerio. No se habría levantado la cruz de Cristo en el Calvario. La crucifixión era un método romano de castigo. Si los judíos hubiesen ejercido un dominio independiente, habrían muerto a Cristo apedreándole por la falsa acusación de violar la ley de Dios. Esto no habría cumplido la profecía de que como la serpiente había sido alzada en el desierto había de ser levantado el Hijo de Dios.

Además, si la venida de Cristo hubiese tardado aun más, los judíos no podrían haber logrado su muerte por la crucifixión. Su poder iba declinando constantemente, y no habrían tenido suficiente influencia ante las autoridades romanas para obtener su condenación.

El poder romano fue, en las manos de Dios, el instrumento para impedir que la luz del mundo se apagase en las tinieblas. De acuerdo con el plan de Dios, la cruz debía de ser levantada a la vista de todas las naciones, lenguas y pueblos, y llamar la atención al Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. 


"Poco después de la crucifixión de Cristo, cesó el empleo de la cruz en Judea." [White, E. El Deseado de Todas las Gentes, págs. 781-782] 




Por otra parte y respecto a que Jesús murió clavado en una estaca, lo cierto es que tal modalidad de ejecución no era usada por los romanos, sino que ellos usaban la cruz. No se sabe con certeza cuál fue el origen de este horrible martirio, pero existen fuentes asirias, egipcias, persas, griegas y cartaginesas que hablan de él. Desde luego lo que si es claro que no fue una invención romana. En Palestina, por ejemplo, las primeras noticias sobre la práctica de la crucifixión se remontan a los tiempos de la dominación siria. Según cuenta el historiador judío Flavio Josefo, nacido en el año 73 a.C., el rey sirio Antíoco IV Epífanes, en su persecución a los judíos durante los años 174 a 164 a.C. colgó a muchos de ellos clavándolos a una cruz.  


Aún hay quienes argumentan que en el Nuevo Testamento se refiere al instrumento en que se ejecutó a Jesús con las palabras griegas
xulon  y stauron  y que ambos términos refieren en realidad a un madero, una estaca, y no a una cruz. Lo anterior, no es totalmente exacto, ya que si bien el primer término significa literalmente "madero", esto no contradice que Jesús haya muerto efectivamente clavado a una cruz que en sí es un madero. Por otro lado, el segundo término significa en el griego koiné de los tiempos de Cristo "una cruz" y no una estaca como se ha pretendido sostener. En hecho el propio término griego stauron  lleva implícito el concepto antiguo de cruz y que los griegos conocían como "tau"

 


Sin embargo, y si vamos aún más allá de la controversia filológica y que pretende buscar significados diversos a las palabras originales en que se escribió la Biblia, es claro que el acto redentor de Cristo al dar su vida por el mundo, no pierde ningún mérito ni validez indistintamente si él fue clavado o no a una cruz literal con dos maderos cruzados o una estaca como desea afirmar cierta corriente dentro del cristianismo. 

 

¿CÓMO ERA UNA EJECUCIÓN EN LA CRUZ?

Los Evangelios nos ilustran dramáticamente y de manera muy clara lo que en el Siglo I implicaba morir en la cruz.

La crucifixión consistía en todo un ritual cruel y despiadado. La ejecución en sí, cuidada en todos sus detalles procuraba alargar al máximo el martirio y los sufrimientos de los condenados, muchos de los cuales tardaban incluso días en rendir la vida, todo en medio de indecibles torturas y dolores.

 

Sigamos los pasos que debía recorrer un condenado a la crucifixión y que en sí fueron los pasos que siguió el Señor Jesús por amor de todos nosotros:

1) EL FLAGRUM (Mateo 27:26; Marcos 15:15; Juan 19:1): Previo a la crucifixión misma se aplicaba la "flagelación". "La flagelación era una forma de tortura y de castigo preliminar a la crucifixión. El condenado, despojado de sus vestidos, queda atado a un palo y golpeado hasta derramar sangre con el "flagelo" de mango corto, provisto de dos correas de cuero anchas y sólidas, que llevan en la extremidad dos bolas de plomo o unos huesecillos. 

"La flagelación, limitada a 39 golpes entre los judíos, provocaba profundas heridas en la piel y en los músculos con hemorragias que debilitaban el organismo. No era infrecuente el caso del fallecimiento de un condenado bajo los golpes del flagelo." (Fabris, R. Jesús de Nazaret, historia e interpretación, páginas 253-254)

2) LA CARGA DEL PATIBULUM (Juan 19:17) : El condenado era obligado a llevar por sí mismo el instrumento de castigo a lo largo de todo el camino y hasta llegar al lugar de la ejecución.

Aunque muchos representan a Cristo llevando una cruz literal durante el trayecto al monte Gólgota, lo cierto es que el reo debía cargar sólo con el madero transversal. Este madero transversal, que era cargado sobre los hombros del condenado se denominaba patibulum y generalmente no media más de dos metros de longitud. No obstante, la carga emocional de ser obligado a cargar con el instrumento destinado para su muerte era algo que estaba premeditado quizás con malvada intención. 
Note que el condenado era obligado a cargar con el instrumento de su suplicio después de haber sido duramente azotado, lo cual evidentemente no los dejaba con las fuerzas necesarias para cargar con semejante instrumento. Todo esto era parte del castigo mismo. El relato evangélico señala claramente que el Señor Jesús no pudo sostener por más tiempo el patibulum sobre sus hombres y cayendo en tierra desfalleciente, tuvo que ser ayudado por un hombre llamado Simón, natural de la región de Cirene, quien cargó el madero durante el último trayecto al monte Calvario. (Mateo 27:32; Marcos 15:21; Lucas 23:26)

3) LA FIJACIÓN AL PATIBULUM (Juan 19:16-18) : Una vez que el reo llegaba al lugar de la ejecución, era desnudado, amarrado fuertemente por los antebrazos al patibulum y sus manos eran fijadas al madero por enormes clavos que con intencionada violencia y falta de cuidado eran clavados por los ejecutores de la sentencia a los culpables.

Generalmente en estas instancias los reos luchaban con todas sus fuerzas para no ser fijados al madero ejecutor y no pocas veces tenían que ser sometidos por varios soldados en medios de golpes e insultos que agravaban más todo lo que ocurría. Finalmente y sin poder evitar tal castigo, los ejecutados veían con horror como los gruesos clavos atravesaban sin compasión las carnes vivas de sus manos. 


 


2) EL STIPES:
Una vez amarrado y fijado al madero y estando el reo casi inconsciente por el dolor de sus manos traspasadas, el patibulum era alzado violentamente por medio de un sistema de cuerdas y fijado fuertemente al madero vertical, llamado "stipes". Este madero que se alzaba como una estaca en el lugar de ejecución, generalmente iba sobrepuesto en la roca o terreno donde se ubicaba y era fijado al piso por medio de cuños de manera que no se moviese o perdiese estabilidad con el peso del condenado.


Una vez que el patibulum estaba asegurado con relación al stipes, venía la segunda etapa de fijación y que consistía en que los dos pies del condenado eran puestos uno sobre el otro y fijado por medio de un gran clavo al stipes. Nuevamente el dolor acometía al condenado, quien no habiéndose todavía repuesto del dolor de sus manos traspasadas, ahora tenía que experimentar el dolor de sus pies lacerados y de los finos huesecillos de sus pies destrozados por el avance del clavo de hierro que se habría paso por sus carnes vivas hasta alcanzar el madero. El dolor era tan intenso e insoportable que los crucificados ya no siquiera articulaban palabras sino que todo se fundía en un desgarrador grito de agonía.


La agonía del crucificado era atroz. El traspasado, estaba obligado, una vez alzada la cruz, a pemanecer durante interminables horas e incluso días en una posición absolutamente antinatural. Las hemorragias provocadas por las heridas se detenían de pronto y tardaban mucho en ser mortales, aunque en ocasiones se producía una infección tetánica y el condenado moría agraciadamente con mayor rapidez.

3) EL TITULUM [Mateo 27:37;Marcos 15:26;Lucas 23:38;Juan 19:19] Una vez que el condenado era fijado al madero vertical, sobre su cabeza y más precisamente en el stipes se ubicaba una tablilla con la causa de su condena en breves palabras. Esta tablilla recibía el nombre de "titulum" y generalmente era escrito en los idiomas propios de cada región. En este caso, por ser Jerusalén una ciudad importante y visitada por gentes de todas las nacionalidades, el "titulum" de Jesús fue escrito en hebreo, griego y latín. 



4) EL SEDILE: El stipes o palo vertical, tenía hacía la mitad un pequeño saliente o madero clavado llamado "sedile" sobre el que a duras penas podía apoyarse el condenado.

Este diminuto elemento no pretendía en ningún momento permitir comodidad al crucificado, sino que tenía como finalidad alargar el período de sufrimiento ya que si el condenado, en un desesperado intento por aminorar el dolor se apoyaba a ratos en el diminuto "sedile", la sangre volvía a subir a la parte alta del cuerpo y el colapso desaparecía . El suplicio se hacía de esta manera intermitente y la agonía, que de no ser por este elemento duraría tan sólo una horas, se prolongaba interminablemente y la agonía se repetía para desdicha del culpable una y otra vez.


"La persona que quedaba clavada en las condiciones indicadas sobre dos palos cruzados empezaba así una lenta agonía dolorosísima entre espasmos musculares y síntomas de ahogo. La muerte solía venir por asfixia, cuando el crucificado no tenía ya fuerzas para levantarse apoyado en los pies clavados." [Fabris, R.  Jesús de Nazaret: imagen e interpretación, pág. 257]

5) EL VINO MIRRADO [Mateo 27:48; Marcos 15:23, 36; Juan 19:29-30] Como parte de la ejecución misma, se acostumbraba ofrecer al condenado un brebaje compuesto principalmente de un vino intensamente aromatizado, una bebida tranquilizante y adormecedora que se ofrecía más que nada como un acto de piedad. En Jerusalén existen indicios históricos que señalan que las mujeres eran exclusivamente encargadas de aliviar con este tipo de vino los sufrimientos de los infelices convictos. El compuesto era en sí un narcótico que tenía como función lograr una cierta insensibilización a fin de aplacar en alguna medida los intensos dolores de la crucifixión y siendo así, eran muchos los condenados que a viva voz y entre gemidos pedían que se les administrase el signo de la piedad. El vino mirrado también fue ofrecido a Jesús, pero él lo rehusó. [Marcos 15:23]

"La bebida drogada formaba parte de una costumbre palestina, inspirada en Prov 31,6, donde se sugiere ofrecer al moribundo una bebida aromática para embotar su dolor. En la versión de Mateo la bebida aromática que se ofrece es vino mezclado con "hiel", con una alusión explícita al Salmo 69,21." [Fabris, R. Jesús de Nazaret: imagen e interpretación, pág. 258]

6) EL CRURIFRAGIUM [Juan 19:31-33] Existía una forma de acortar el sufrimiento de la crucifixión y apurar la muerte, éste consistía en aplicar el "crurifragium" que no era sino un brutal golpe que se aplicaba por medio de un garrote a las piernas del condenado. Así con las extremidades inferiores rotas el reo era impedido de afirmarse en el "sedile" y de esta manera la muerte sobrevenía rápidamente.

Los Evangelios señalan que al Señor Jesús no le fue aplicado este golpe de gracia toda vez que cuando los soldados fueron ha hacerlo él ya estaba muerto [Juan 19:31-33]. 

7) EL REPARTO DE LOS VESTIDOS [Mateo 27:35; Marcos 15:24; Lucas 23:34: Juan 19:23-24] "El suplicio mayor al que era sometido el crucificado, más allá de los sufrimientos propios de la crucifixión, quizás sea la humillación a que era sometido hasta el final el condenado, ya que previo a la fijación en el madero era desnudado completamente y su intimidad expuesta a todo el mundo y de la peor forma.

El crucificado, convertido en público espectáculo en sus sufrimientos atroces y en su muerte, quedaba incluso privado del último residuo de dignidad y de respeto que se reservaba a un moribundo. En una palabra, la muerte en el madero de la cruz, símbolo de la criminalidad castigada y de la tortura más cruel, es la desacralización más radical de la persona humana." [Fabris, R. Jesús de Nazaret: imagen e interpretación, pág. 257]

Finalmente la ley romana, inspirada en la costumbre, establecía que los soldados encargados de la ejecución de un crucificado se constituían en legítimos dueños de los bienes personales del condenado, en este caso de sus ropas. Conforme a ello, los Evangelios señalan que las vestiduras de Jesús fueron repartidas entre la guardia, culminando así su penosa humillación (Vea Salmo 22:18-19).

LA MUERTE DE JESÚS


Los Evangelios nos narran que tras la muerte de Jesús su cuerpo lacerado fue bajado de la cruz y que manos piadosas lo depositaron en una tumba donde nadie más había sido puesto. Según la fe de la iglesia cristiana, el Señor Jesús estuvo en el sepulcro durante todo el día sábado y resucitó el domingo muy de madrugada.


Es posible que el ánimo con que los cristianos predicaron la resurrección de Cristo de entre los muertos durante los siglos que siguieron, hayan contribuido para que en parte se perdiera de vista los hechos horrorosos que tuvieron que ver con su muerte. Es lógico también que hoy, después de casi dos mil años de que transcurrieron los hechos, no sea fácil concebir en toda su dimensión lo que significó para Jesús morir en la cruz. No obstante, es el propósito de este artículo traer el evento a nuestra mente a fin de que valoricemos un poco más la humillación a que se sometió voluntariamente Jesús por amor de todos nosotros y que de alguna manera esta reflexión contribuya a mejorar significativamente nuestra experiencia cristiana, haciéndonos eco de las siguientes palabras del apóstol Pablo: "Haya pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús. El cual, siendo en forma de Dios, no tuvo por usurpación ser igual a Dios. Sin embargo, se anonadó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; Y hallado en la condición como hombre, se humilló a sí mismo, hecho obediente hasta la muerte, y muerte de cruz." [Filipenses 2:5-8]


"He aquí yo estoy a la puerta y llamo:  Si alguno oyere mi voz y abriere la puerta, yo entraré a él, y cenaré con él, y el conmigo." (Apocalipsis 3:20)
 
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