MUNDO Y RELIGIÓN - M&R |
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"¿Alcanzarás tú el rastro de Dios? ¿Llegarás tú a la perfección del Todopoderoso? Es más alto que los cielos: ¿qué harás? Es más profundo que el infierno: ¿cómo lo conocerás?"
(Job 11:7-8)
Si bien la palabra Trinidad no aparece en la Biblia, la mayoría de los cristianos cree en la Trinidad. Sin embargo, algunas confesiones minoritarias dentro de los cristianos, como las iglesias unitarias, los adherentes a la Sociedad WatchTower, los evangélicos unitarios y algunas corrientes menores dentro de los adventistas, rechazan esta creencia y no creen que exista una Trinidad. En hecho, algunas corrientes ven en la creencia en la Trinidad una clara vinculación con doctrinas paganas y babilónicas. Los mormones por su parte, afirman creer en la Trinidad pero tienen una interpretación específica y radicalmente diferente de la creencia mayoritariamente aceptada.
La doctrina de la Trinidad, enseña que Dios es una entidad única que existe y se manifiesta como tres personas: Padre, Hijo y Espíritu Santo quienes comparten una misma esencia y naturaleza y existen en perfecta unidad . En particular, en el cristianismo se enseña que existe un Dios único y manifestado en tres personas distintas, individuales e inconfundibles, pero, cada una de ellas poseedora de una misma esencia y naturaleza inmaterial, divina y eterna.
El Padre, corresponde a la primera persona de la Trinidad. Jesús, el Verbo, corresponde a la segunda persona de la Trinidad y el Espíritu Santo corresponde a la tercera persona de la Trinidad en una unión en que las tres personas constituyen el único Dios, siendo más allá de su individualidad uno en esencia y naturaleza.
La unión de esencia y naturaleza, impide decir que haya tres dioses, sino sólo un Dios. Esta única esencia y naturaleza para las tres personas divinas constituye tres realidades que no se superponen ni se confunden con la unión, sino que, mantienen cada una su consistencia personal y dinámica, constituyendo la unidad de Dios. Por tanto, los cristianos no creen en tres dioses sino en tres personas divinas, que comparten una misma esencia y naturaleza y que constituyen en su unidad el único Dios. La enseñanza de la Trinidad en gran medida se encuentra reflejada y postulada en 1 Juan 5:7 y que textualmente dice: "Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo, y el Espíritu Santo: y estos tres son uno." Este texto, que es cuestionado por muchos e incluso es catalogado como una inserción en la primera carta del apóstol Juan para la Iglesia, sin embargo, es citado por Cipriano de Cártago en 250 d.C., lo cual no permite descartarlo plenamente, como pretenden quienes se oponen tenazmente a aceptar la Trinidad.
OBJECIONES A LA DOCTRINA DE LA TRINIDAD
1.- ¿Cómo tres pueden llegar a ser uno?
Se suele fundamentar el rechazo a la doctrina de la Trinidad en la supuesta dificultad que existe para explicarla (cómo tres pueden llegar a ser uno) o en la confusión que generalmente esto provoca. No obstante, ya advertía el apóstol Pedro que en la Biblia hay asuntos fáciles de entender pero también otros que son de difícil comprensión y que pueden derivar en confusión (2 Pedro 3:15-18).
Ante esto, muchas personas suelen preguntar: ¿cómo tres pueden llegar a ser uno? Esta pregunta parece ser inteligente y un argumento de peso frente al postulado que dice que "el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo" son uno. Sin embargo, el razonamiento aludido no es tan inteligente como parece.
En cierta ocasión, el apóstol Pablo dijo: "Porque las cosas invisibles de el (refiriéndose a Dios), su eterna potencia y divinidad, se echan de ver desde la creación del mundo, por medio de las cosas que son hechas, de manera que son inexcusables" (Romanos 1:20). Pues bien, atendiendo a las cosas creadas podemos entender el misterio de cómo tres pueden ser uno.
Cuando Dios creó a la primera pareja humana, les dijo fructificad y multiplicad y llenen la Tierra. El propósito de Dios era que el hombre y la mujer en matrimonio formaran una familia y de esa manera llenaran la Tierra. Dirigiéndose a ellos dijo: "Dejará el hombre a su padre y a su madre y se allegará a su mujer, y serán los dos una sola carne" (Génesis 2:214). Note, que según este texto de la propia Biblia, dos pueden llegar a ser uno. Luego, el propósito de Dios era que estas dos personas, llegando a ser una sola carne, pudieran llegar a tener al menos un hijo y dieran lugar a la familia. Por tanto, de acuerdo a este plan, el padre, la madre y el hijo, llegarían a ser una familia. Tres personas, el padre, la madre y el hijo que llegan a ser uno. Cada uno tiene su individualidad y es persona diferente, pero unidos en una misma familia. Tres que son una sola familia. Cada uno de ellos es familia, pero no son tres familias, sino una sola familia. Cada uno de ellos juega un rol en la familia, todos importantes y necesarios, pero una sola familia.
De hecho, en el idioma hebreo en que fue escrito el libro del Génesis originalmente, la palabra "una" de Génesis 2:24 es "ekad" y que corresponde a un uno plural. "Ekad" designa a una singularidad plural, ya que son una carne, pero compuesta por dos personas.
De manera muy interesante, esa misma expresión "ekad" se utiliza en Deuteronomio 6:4 en que dice: "Jehová nuestro Dios, Jehová uno es." ¿Por qué se usa la expresión "ekad" que designa pluralidad en la unidad para Deuteronomio 6:4? De alguna manera, esto explica por qué Dios habla de sí mismo en plural en Génesis 1:26, 3:22 y 11:7?
Por otra parte: ¿es un razonamiento bíblico que varios puedan llegar a ser uno? Claro que sí. Lea Romanos 12:5 "Así muchos somos un cuerpo en Cristo, más todos miembros los unos de los otros". Y otra vez en 1 Corintios 12:12 y 20: "Porque de la manera que el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, empero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un cuerpo, así también en Cristo". "Más ahora muchos miembros son a la verdad, empero un cuerpo." ¿Pueden tres llegar a ser uno? Claro que sí.
¿Dice la Biblia que el Padre y el Hijo, es decir, dos personas, sean uno solo? Claro que sí. Vea Juan 10:30 "Yo y el Padre, una cosa somos". Lea Juan 17:11, 21-22; ¿Cómo puede ser esto? Jesús dice: "Tu, oh Padre, en mí, y yo en tí" ¿Cómo es esto? El mismo Jesús explica en Juan 14:8-11 diciendo: "yo soy en el Padre y el Padre en mí", "el Padre que está en mí, él hace las obras" "Yo soy en el Padre, y el Padre en mí". Luego, algunos dicen que en esos textos se habla de dos que son uno, pero no de tres que son uno. Sin embargo, este desesperado argumento se desmorona por sí solo.
"Desde los días de la eternidad, el Señor Jesucristo era uno con el Padre; era 'la imagen de Dios', la imagen de su grandeza y majestad, 'el resplandor de su gloria'." (DTG 11)
"El Señor Jesucristo, el divino Hijo de Dios, existió desde la eternidad como una persona distinta, y sin embargo era uno con el Padre." (1 MS 290-291)
"Jesús rechazó el cargo de blasfemia. Mi autoridad, dijo él, por hacer la obra de la cual me acusáis, es que soy el Hijo de Dios, uno con él en naturaleza, voluntad y propósito." (DTG 178)
Sabemos que el Padre y el Hijo estuvieron involucrados en la creación del mundo tal como dice Juan 1:1-3. Pero: ¿estuvo el Espíritu Santo también involucrado en la creación del mundo? Claro que sí. Lea Génesis 1:1-2. Compare Génesis 2:7 con Job 33:4.
Las tres personas de la divinidad estuvieron comprometidas en el bautismo de Jesús según Mateo 3:16-17. Y están también comprometidos en la obra de salvación de todos los hombres según Mateo 28:19-20. Siendo así, es lógico concordar con la declaración de 1 Juan 5:7, aunque muchos impugnen este texto.
2.- La palabra Trinidad no aparece en la Biblia.
Se dice que la palabra "Trinidad" no aparece en la Biblia por tanto en opinión de algunos no puede constituir una doctrina propia de la Biblia. Sin embargo, las mismas personas que alegan esto se esfuerzan por restringir entre sus miembros el uso del tabaco o del cigarro, aunque ninguna de estas dos palabras aparece en la Biblia. De ahí entendemos, que no todas las cosas que los cristianos aceptan como parte de su fe y práctica, aparece explicítamente detallado en la Biblia, sin embargo, se encuentran implícitas en ella, como el cuidado que los cristianos deben observar de su salud y por tanto debieran, por entendimiento, abstenerse de fumar y perjudicar su salud o la de otras personas.
Igualmente, se puede decir que la doctrina de la Trinidad no se encuentra explícitamente detallada en la Biblia, sin embargo, por una serie de razonamientos, se infiere que dicha enseñanza está implícita en las Sagradas Escrituras y es por esto, que la aceptan la mayoría de los cristianos.
Dado que la palabra "Trinidad" no aparece en la Biblia, algunas personas sienten recelo de mencionar dicha palabra y de asociarla a Dios, en cambio prefieren utilizar la palabra "Divinidad", entonces hablan de las tres personas en la Divinidad y no en la Trinidad, bueno, se respeta dicha forma de pensar, pero recordemos que la palabra "Trinidad" significa "Tri - unidad" y alude justamente al concepto que se desea expresar cuando hablamos del Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
RASTREANDO LA TRINIDAD EN LAS SANTA ESCRITURAS
Exodo 3:15
Conviene preguntarse: ¿La Biblia da a entender que realmente existan tres personas que constituyen el único Dios? Frente a esto, cabe señalar que ya desde el inicio del relato bíblico nos encontramos con situaciones y hechos que llaman la atención y que parecen apuntar a lo que conocemos como la Doctrina de la Trinidad.
En el primer versículo de la Biblia, Génesis 1: 1 y que dice textualmente: "En el principio creó Dios los cielos y la tierra", la palabra hebrea que se traduce al español como Dios es "Elohim" que significa literalmente "dioses" en plural y no "dios" en singular. Esta palabra hebrea va sin embargo precedida del artículo definido singular, dando a entender singularidad y no pluralidad, de donde la traducción de esta palabra en toda la Biblia, salvo excepciones de mal traducción, se vierte como "Dios" en singular y no "dioses" en plural.
¿Por qué pasa esto ya en el primer versículo de la Biblia? Los detractores de la naturaleza tripersonal de Dios manifiestan que Elohim significa "dioses" y no "personas" de donde argumentan que esta palabra no apoya la idea de una trinidad. Huelga decir sin embargo, que no tiene sentido usar una palabra plural en conjunción con un artículo singular si no se quiere llamar necesariamente la atención sobre algo o un asunto en particular. Nadie escribe una carta con la inconsistencia de decir: "el señores Martínez" y sin embargo, la Biblia, especialmente el Antiguo Testamento está lleno de textos que usan la expresión "Elohim Jehová" que literalmente significa "Dioses Jehová" y que va precedida del artículo definido singular "el", de donde en toda la Biblia tal expresión se traduce como "Dios Jehová" o "Jehová Dios".
En parte, este problema de traducción al español se deja ver también en Génesis 3:5 en que la serpiente asegura a la mujer que por comer del árbol de ciencia del bien y del mal llegarán a ser "como Dios" conociendo el bien y el mal, aunque otras traducciones indican "como dioses". ¿Por qué pasa esto? Sencillamente porque en ese texto se utiliza la palabra "Elohim" que literalmente significa "dioses" y que sin embargo, se aplica al "único Dios verdadero", Jehová de las Santas Escrituras.
Si bien, algunos estudiosos del hebreo sostienen que la expresión Elohim constituye un plural mayestático, en que un individuo habla en primera persona del plural con la intención de recalcar su poder y su grandeza respecto del oyente, lo cierto es que éste parece no ser el caso en cuanto a la expresión Elohim, ya que según se desprende de otros textos y de otros argumentos, Dios generalmente se refiere a sí mismo en plural.
¿Es Dios una o más personas? En el mismo capítulo 1 de Génesis encontramos otro detalle interesante. En el versículo 26 se detalla que Dios toma la decisión de crear al hombre y el texto dice: "Y dijo Dios (Elohim), hágamos pues al hombre a nuestra semejanza, y señoreé en los peces de la mar y en las aves de los cielos y en todas las bestias que andan sobre la tierra." (Génesis 1:26).
¿Por qué Dios habla de sí mismo en plural? Si Dios fuera una sola persona, como enseñan algunas minorias cristianas, el texto debiera decir "Y Dijo Dios (Eloha), haré al hombre conforme a mi semejanza". Sin embargo, Dios (Elohim) dice "hágamos pues al hombre a nuestra semejanza". ¿A quién está hablando Dios? ¿A los ángeles? Decididamente no, porque los ángeles al igual que el hombre están hechos a semejanza de Dios, pero no hacen parte de su esencia y naturaleza. ¿A quién puede decir Dios hágamos al hombre conforme a nuestra semejanza? Sólo a alguien que comparta su ensencia y naturaleza, sólo a alguien que sea semejante a él en su dividinad. La misma Biblia enseña que una de estas personas era el Hijo, por medio de quien fueron hechas todas las cosas (Juan 1:1; Colosenses 1:16).
La Biblia dice que Dios hizo todas las cosas. Otras porciones de la Biblia dicen que el Hijo hizo todas las cosas. ¿Quién hizo todas las cosas? Dios, cuya esencia se manifiesta en el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Otros párrafos de la Biblia dejan ver que Dios habla de sí mismo en plural:
- "El hombre ha llegado a ser como uno de nosotros en el conocimiento del bien y del mal." (Génesis 3:22)
- "Y dijo Jehová: Todos forman un solo pueblo y tienen una misma lengua. Esta obra es solo el comienzo, y desde ahora nada les hará desistir de lo que piensen hacer. Pues bien, bajemos y confundamos ahí mismo su lengua, de modo que no se entiendan los unos a los otros”" (Génesis 11:6-7)
- "Yo oí la voz del Señor que decía: ¿A quién enviaré y quién irá por nosotros?. Yo respondí: ¡Aquí estoy: envíame!" (Isaías 6:8).
LA TRINIDAD EN LOS PRIMEROS SIGLOS
Muchos detractores de la enseñanza de la Trinidad se adelantan a decir que esta doctrina surgió en el Concilio de Nicea celebrado en el año 325 d.C. y que por tanto, la doctrina en sí es resultado de la unión del paganismo con el cristianismo. Sin embargo, los hechos dejan ver que esto no es así y que referencias a las tres personas divinas ya se registraban siglos antes del Concilio de Nicea.
A lo menos dos siglos antes del Concilio de Nicea, ya se hablaba de las tres personas divinas:
"Son tres personas no por la cualidad, sino por el orden; no por la substancia, sino por la forma; no por el poder, sino por el aspecto, pues los tres tienen una sola substancia, una sola naturaleza, un solo poder, porque no hay más que un solo Dios. Más por razón de su rango, de su forma y de su aspecto, se les designa con los nombres Padre, Hijo y espíritu Santo." (Tertuliano, que nació en Cartago el año 155 d.C.)
"Hay una Trinidad perfecta, en gloria y eternidad y majestad, que no está dividida ni separada. No hay, por consiguiente, nada creado ni esclavo en la Trinidad, ni tampoco nada sobreañadido, como si no hubiera existido en un período anterior, y hubiera sido introducido más tarde. Y así, ni al Padre le faltó nunca el Hijo, ni el Espíritu Santo al Hijo, sino que, sin variación ni mudanza, la misma Trinidad ha existido siempre. " (Gregorio el Taumaturgo, nacido en Neocesarea del Ponto el año 213 d.C.)
En el año 215 d. C., es decir más de 100 años antes del Concilio de Nicea, Tertuliano fue el primero en usar el término "Trinidad". El mismo Tertuliano señala en sus escritos que "los tres son uno, por el hecho de que los tres proceden de uno, por unidad de substancia." Anteriormente, Teófilo de Antioquía ya había usado la palabra griega τριάς (tríada) en su obra A Autólico (c. 180) para referirse a Dios.
De lo anterior, vemos que la fe en las tres personas divinas es muy anterior al Concilio de Nicea.
Consecuentemente, el cristianismo no confiesa tres dioses sino un solo Dios en tres personas. Un solo Dios por naturaleza. Cada una de las tres personas es esta realidad en sustancia, esencia y naturaleza divina.Tal como enseña 1 Juan 5:7, aunque valga decir que este texto no aparece en los manuscritos más antiguos del Nuevo Testamento y que proceden de Alejandría, una región del mundo antiguo donde se originó el arrianismo y muchas otras doctrinas ajenas al cristianismo como el gnosticismo.
¿CUAL FUE LA ENSEÑANZA APOSTÓLICA EN RELACIÓN A JÉSUS?
Juan 1:1; Romanos 9:5; Tito 2:13; 2 Pedro 1:1
Un consejo a tener en cuenta como algo importante al momento de estudiar acerca de la naturaleza de Dios y la encarnación de Cristo en las Santas Escrituras:
"'Quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tu éstas, tierra santa es'. Debemos llegar al estudio de este tema (la humanidad de Cristo) con la humildad de un principiante, con corazón contrito. Y el estudio de la encarnación de Cristo es un terreno fructífero, y recompensará al que busca profundamente la verdad escondida." (7 CBSAD 905)
"El Verbo existía como un ser divino, como el eterno Hijo de Dios, en unión y unidad con su Padre. Desde la eternidad era el Mediador del Pacto, aquel en quien todas las naciones de la tierra, tanto judíos como gentiles, habían de ser benditas si lo aceptaban. 'El Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios' (Juan 1:1). Antes de que fueran creados los hombres o los ángeles, el Verbo era con Dios y el Verbo era Dios.
El mundo fue hecho por él, 'y sin él nada lo que ha sido hecho, fue hecho' (Juan 1:3). Si Cristo hizo todas las cosas, existió antes de todas las cosas. Las palabras pronunciadas acerca de esto son tan decisivas, que nadie debe quedar en la duda. Cristo era esencialmente Dios y en el sentido más elevado. Era Dios desde toda la eternidad, Dios sobre todo, bendito para siempre.
El Señor Jesucristo, el divino Hijo de Dios, existió desde la eternidad como una persona distinta, y sin embargo era uno con el Padre. Era la excelsa gloria del cielo. Era el Comandante de las inteligencias celestiales, y el homenaje de adoración de los ángeles era recibido por él con todo derecho." (1 MS 290-291)
¿Cómo podemos conciliar la divinidad y la humanidad de Jesús? (Juan 1:1 y 14). "La Majestad del Cielo se hizo cargo de la causa del hombre y con la misma ayuda que puede obtener el hombre resistió las tentaciones de Satanás así como el hombre debe resistirlas. Esta fue la única forma en la cual el hombre caído pudo convertirse en participante de la naturaleza divina. Al tomar la naturaleza humana, Cristo fue hecho idóneo para comprender las pruebas y dolores del hombre y todas las tentaciones con las que es acosado. Los ángeles no estaban familiarizados con el pecado, no podían simpatizar con el hombre en sus pruebas peculiares. Cristo condescendió en tomar la naturaleza humana y fue tentado en todo punto como nosotros para que pudiera saber cómo socorrer a todos los que fueran tentados.
Al asumir la forma humana, Cristo tomó la parte de cada ser humano. El era la cabeza de la humanidad. Siendo un ser divino y humano, con su largo brazo humano podía abarcar a la humanidad, mientras que con su brazo divino podía aferrarse del trono del infinito." (1 MS 295-296)
"Jesús fue hecho en todo semejante a sus hermanos. Se hizo carne, como somos carne. Tuvo hambre y sed, y sintió cansancio. Fue sostenido por el alimento y refrigerado por el sueño. Participó de la suerte del hombre, aunque era el inmaculado Hijo de Dios. Era Dios en la carne." (DTG 278)
"Cristo no había dejado de ser Dios cuando se hizo hombre. Aunque se había humillado hasta asumir la humanidad, seguía siendo divino." (DTG 618-619)
EL ESPÍRITU SANTO, UNA PERSONA DIVINA
Si bien algunos, aun dentro del propio cristianismo desconocen la persona del Espíritu Santo, lo cierto es que la Biblia deja ver que el Espíritu Santo es una persona en la misma medida en que el Padre y el Hijo son personas.
Las palabras de Jesús en Juan 16:7-8 y 13-14 dejan ver claramente que el Espíritu Santo, el Consolador, es una persona divina y no tan sólo una manifestación del poder de Dios.
'El os guiará a toda la verdad'.- Jesús atribuye al Espíritu Santo la capacidad de guiar u orientar a la Iglesia en cuanto a la verdad. 'No hablará de sí mismo'. Jesús deja ver que el Espíritu Santo puede hablar, y aún más, le atribuye definidamente una personalidad ya que indica que no hablará de sí mismo, como persona, sino que 'hablará todo lo que oyere'. Jesús continúa diciendo: 'Y os hará saber las cosas que han de venir' 'El me glorificara'.
Con esta apreciación esta de acuerdo la siguiente autora: "El pecado podía ser resistido y vencido únicamente por la poderosa intervención de la tercera persona de la Divinidad, que iba a venir no con energía modificada, sino en la plenitud del poder divino." (Elena G. de White, El Deseado de Todas las Gentes, pág. 625)
¿De qué otra manera Jesús atribuyó una personalidad al Espíritu Santo? Juan 14:16-17, 26. La definición "Consolador" es una traducción del griego παράκλητος que significa "socio", "ayudante", "colaborador", "apoyador". La expresión παράκλητος también es usada en la Biblia con relación al Padre (Isaías 51:12) y al Hijo (1 Juan 2:1) de donde se desprende que la Biblia nos habla de tres personas que son colaboradoras o están asociadas en el plan de la salvación de la humanidad.
Si bien la expresión παράκλητος es traducida generalmente como "consolador", "abogado", "ayudador", etc. La expresión que parece ser más apropiada es "colaborador" y dentro de esta expresión comprender las funciones de consolador, abogado (ya que intercede) y ayudador. Vea Romanos 8:26.
Al decir Jesús que el Padre enviará "otro" Consolador, está reconociendo que este otro Consolador posee la misma esencia y naturaleza que él, y que en definitiva es la misma esencia y naturaleza del Padre. En este párrafo de la Biblia, Jesús asigna al Espíritu Santo su rol como "socio", "colaborador" o "ayudante" en el plan de la redención humana, siendo en consecuencia un tercer "colaborador" en el plan de la salvación del hombre, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, tal como él mismo Jesús expresa en la conocida fórmula bautismal que hoy en día usan todos los cristianos (Mateo 28:19-20).
LA FÓRMULA BAUTISMAL
En la fórmula bautismal (Mateo 28:19-20), se bautiza a los nuevos cristianos "en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo". Si Dios es sólo una persona, el Padre, entonces los cristianos deberían ser bautizados en el nombre de ese sólo Dios, o definidamente en el nombre del Padre. Si como dicen algunas corrientes dentro del cristianismo, Jesús es un "dios menor", entonces los cristianos deberían ser bautizados en el nombre del Padre y del Hijo, pero no del Espíritu Santo, ya que éste no sería una persona, sino como dicen "el poder", "la virtud", o la "fuerza activa" de Dios. La fórmula bautismal dice que el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo tienen un único nombre, y por la autoridad de ese único nombre, son bautizados los cristianos. Razonar desprejuiciadamente sobre este hecho que se observa en la fórmula bautismal, nos lleva a reconocer que hay tres personas que por esencia son el único Dios verdadero y en el nombre de este único Dios verdadero, que comprende al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, son bautizados los nuevos cristianos.
"Hay tres personas vivientes en el trío celestial; en el nombre de estos tres grandes poderes - el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo - son bautizados los que reciben a Cristo mediante la fe, y esos poderes colaborarán con los súbditos obedientes del cielo en sus esfuerzos por vivir la nueva vida en Cristo." (Elena G. de White, El Evangelismo, 446).
"La obra es trazada frente a cada alma que ha confesado su fe en Jesucristo mediante el bautismo, y se ha convertido en un receptáculo de la promesa que procede de las tres personas de la divinidad: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo." (Elena G. de White, Manuscrito 57 de 1900 publicado en el Comentario Adventista).
"El pecado podía ser resistido y vencido únicamente por la poderosa intervención de la tercera persona de la Divinidad, que iba a venir no con energía modificada, sino en la plenitud del poder divino. El Espíritu es el que hace eficaz lo que ha sido realizado por el Redentor del mundo. Por el Espíritu es purificado el corazón. Por el Espíritu llega a ser el creyente partícipe de la naturaleza divina. Cristo ha dado su Espíritu como poder divino para vencer todas las tendencias hacia el mal, hereditarias y cultivadas, y para grabar su propio carácter en su iglesia." (Elena G. de White, El Deseado de Todas las Gentes, pág. 625)
Los tres poderes del cielo se unieron en el bautismo de Jesucristo. Jesús, como hombre se sometió a los requerimientos de justicia aceptando el bautismo de Juan en el río Jordán. El Espíritu Santo dando una señal de aprobación manifestándose por medio de una paloma que se posa en el hombro de Jesús y la voz del Padre que acepta el bautismo diciendo: "Este es mi Hijo amado en el cual tengo contentamiento." (Mateo 3:16-17).
Como vemos, en varios pasajes de las Santas Escrituras, se deja ver la participación de tres poderes celestiales comprometidos en la obra de la redención del hombre, el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Evidentemente, esto no es casual y debemos darle importancia.
"No es esencial para nosotros ser capaces de definir con precisión qué es el Espíritu Santo. Cristo nos dice que el Espíritu es el Consolador, "el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre." (Juan 15: 26.) Se asevera claramente tocante al Espíritu Santo, que en su obra de guiar a los hombres a toda verdad, "no hablará de sí mismo." (Juan 16: 13 ) La naturaleza del Espíritu Santo es un misterio. Los hombres no pueden explicarla, porque el Señor no se la ha revelado. Los hombres de conceptos fantásticos pueden reunir pasajes de las Escrituras y darles interpretación humana; pero la aceptación de esos conceptos no fortalecerá a la iglesia. En cuanto a estos misterios, demasiado profundos para el entendimiento humano, el silencio es oro." (Elena G. de White, Los Hechos de los Apóstoles, 42-43).
"El Consolador es llamado el "Espíritu de verdad." Su obra consiste en definir y mantener la verdad. Primero mora en el corazón como el Espíritu de verdad, y así llega a ser el Consolador. Hay consuelo y paz en la verdad, pero no se puede hallar verdadera paz ni consuelo en la mentira. Por medio de falsas teorías y tradiciones es como Satanás obtiene su poder sobre la mente. Induciendo a los hombres a adoptar normas falsas, tuerce el carácter. Por medio de las Escrituras, el Espíritu Santo habla a la mente y graba la verdad en el corazón. Así expone el error, y lo expulsa del alma. Por el Espíritu de verdad, obrando por la Palabra de Dios, es como Cristo subyuga a sí mismo a sus escogidos." (DTG 624-625)
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