MUNDO Y RELIGION - M&R
   
  MUNDO Y RELIGIÓN - M & R
  ¿Jesús o Barrabás?
 
"Y respondiendo el presidente les dijo: ¿Cuál de los dos queréis que os suelte? Y ellos dijeron: A Barrabás. Pilato les dijo: ¿Que pues haré de Jesús que se dice el Cristo? Dícenle todos: Sea crucificado." (Mateo 27:21-22)  


Imagen tomada de la película "La Pasión de Cristo" de Mel Gibson

El 29 - 31 de marzo de 2024, se conmemora un año más la vida, pasión y muerte de Jesús de Nazaret, ¿Quién fue Jesús de Nazaret? ¿Qué lo motivó a dar su vida por personas que ni siquiera lo reconocieron? ¿Por qué después de casi 2 mil años aún continuamos recordándolo y continuamos hablando de él y de su dramática muerte?

Muchas de estas preguntas seguramente hallarán diversas y distintas respuestas en cada uno de nuestros corazones. Sin embargo, más allá de lo que cada uno de nosotros pueda responderse a sí mismo sobre este triste y lamentable suceso, se hace patente lo injusto de lo ocurrido en aquel momento.

Lo ocurrido aquella mañana del viernes 14 de Nissán del año 31 e.C. corresponde a una de las mayores injusticias cometidas por el género humano durante toda nuestra historia.

¿Quién era Jesús de Nazaret? Las personas que lo conocieron dijeron de él:

"El cual no hizo pecado, ni fue hallado engaño en su boca" (1 Pedro 2:21)

"Varones israelitas, oid estas palabras: Jesús Nazareno, varón aprobado de Dios entre vosotros en maravillas y prodigios y señales, que Dios hizo por él en medio de vosotros, como también vosotros sabéis." (Hechos 2:22)

"Cuanto  a Jesús de Nazaret, como le ungió Dios de Espíritu Santo y de potencia, el cual anduvo haciendo bienes, y sanando a todos los oprimidos del diablo, porque Dios era con él." (Hechos 10:38)

¿Quién era Barrabás? 

"Un preso famoso que se llamaba Barrabás" (Mateo 27:16)

"Y había uno, que se llamaba Barrabás, preso con sus compañeros de motín que habían hecho muerte de una revuelta." (Marcos 15:7)

"El cual había sido echado en la cárcel por una sedición hecha en la ciudad, y una muerte." (Lucas 23:19)

"Y Barrabás era ladrón." (Juan 18:40)

Barrabás, era un caudillo. Juan, el evangelista, se refiere a él como "un preso famoso", ya que había logrado notoriedad entre la gente como activista contra el imperio romano, actividad que lo había llevado a estar "preso con sus compañeros de motín que habían hecho muerte de una revuelta" y "había sido echado en la cárcel por una sedición hecha en la ciudad, y una muerte". La Biblia lo define como un bandolero, definición de la palabra  
λῃστής que se usa en Juan 18:40 y que según el Diccionario Manual Griego Vox significa: "ladrón, bandido, pirata, corsario, escaramuzador" y no refiere a quien hurta pasivamente, sino a alguien que roba con violencia y apoyo de otras personas. El Léxico Girego - Español del Nuevo Testamento de A. Tuggy 1996 da la acepción de "salteador, insurrecto" dejando ver que este tipo de delincuentes era de carácter y connotación violenta.

Frente a esta realidad y encarando al pueblo, Pilato, el presidente, preguntó: "¿Cuál de los dos queréis que os suelte?" La respuesta era de simple lógica. El gobernador esperaba que se diera esa lógica.

"Al ofrecer al pueblo que eligiese entre este hombre y el Salvador inocente, Pilato pensó despertar en él un sentido de justicia. Esperaba suscitar su simpatía por Jesús en oposición a los sacerdotes y príncipes. Así que volviéndose a la muchedumbre, dijo con gran fervor: “¿Cuál queréis que os suelte? ¿a Barrabás, o a Jesús que se dice el Cristo?” (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 719)

Sin embargo, la respuesta de la turba enardecida no guardó ninguna relación con la lógica esperada por Pilato. A una la turba gritó enardecida: "
A Barrabás".

"Como el rugido de las fieras, vino la respuesta de la turba: Suéltanos a Barrabás. E iba en aumento el clamor: ¡Barrabás! ¡Barrabás! Pensando que el pueblo no había comprendido su pregunta, Pilato preguntó: “¿Queréis que os suelte al Rey de los judíos?” Pero volvieron a clamar: “Quita a éste, y suéltanos a Barrabás.” (Idem ant.)

El presidente, dado que la respuesta no evidenciaba ninguna lógica y pensando que el pueblo no había entendido la propuesta, preguntó desconcertadamente: "¿Qué pues haré de Jesús que se dice el Cristo?" La respuesta fue más ilógica y abrumadora que la anterior, e incluso cruel: "Sea crucificado".

"Pilato estaba turbado. No había pensado obtener tal resultado. Le repugnaba entregar un hombre inocente a la muerte más ignominiosa y cruel que se pudiese infligir. Cuando hubo cesado el tumulto de las voces, volvió a hablar al pueblo diciendo: “Pues ¿qué mal ha hecho?” Pero era demasiado tarde para argüir. No eran pruebas de la inocencia de Cristo lo que querían, sino su condena. Pilato se esforzó todavía por salvarlo. “Les dijo la tercera vez: ¿Pues qué mal ha hecho éste? Ninguna culpa de
muerte he hallado en él: le castigaré, pues, y le soltaré.” Pero la sola mención de su liberación decuplicaba el frenesí del pueblo. “Crucifícale, crucifícale,” clamaban. La tempestad que la indecisión de Pilato había provocado rugía cada vez más." (Idem ant.)

¡Qué injusto! Hace ya casi 2 mil años el mundo rechazó categóricamente a Jesús. 

"Aquel era la luz verdadera, que alumbra a todo hombre que viene a este mundo. En el mundo estaba, y el mundo fue hecho por él, y el mundo no le conoció. A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron." (Juan 1:9-11).

Ciertamente, la mayoría de nosotros conoce los pormenores de esta historia y cada año o cada vez que alguien nos la recuerda, comentamos cómo puede haber sucedido tal cosa. Cómo puede haber ocurrido algo tan injusto. Con esa reflexión parecemos concluir que si nosotros hubiésemos estado ahí, no habríamos participado de una decisión tan lamentable. La verdad es que nos gusta pensar que de haber estado ahí, nosotros habríamos actuado de manera diferente a la multitud que pidió a voces la crucifixión de Jesús.

Pero: ¿Si Ud. hubiése estado ahí habría actuado diferente? ¿Si yo hubiése estado ahí habría actuado diferente? Nuestra conciencia, nuestro corazón nos impulsa a pensar que sí, que hubiésemos actuado diferente, pero en verdad: ¿Hubiésemos actuado diferente? Finalmente, acallamos nuestros pensamientos y nos justificamos diciendo que nunca sabremos la respuesta porque no estuvimos ahí. 

Sin embargo, hoy en día: ¿cuál es la actitud del mundo frente a Jesús?¿Está el mundo haciendo algo diferente a lo que ocurrió hace dos mil años atrás? ¿Esta la gente escogiendo a Jesús en su vida y conduciéndose por un camino distinto al mundo de antaño? Es triste decirlo, pero la verdad es que no. El mundo de hoy no es muy distinto del mundo de antaño.

Muchas personas durante los días de Semana Santa se van de paseo y dedican esos días a descansar placenteramente en algún lugar cercano a la playa o donde puedan tomar un aire distinto a la ciudad y sin embargo, Jesús es una persona ausente en sus vidas. Otros se forjan planes y se abstraen del significado de "La Semana Santa" manifestando con esta actitud que nos les interesa lo concerniente a la vida, pasión y muerte de Jesús de Nazaret. Muchos hacen de este día un día de negocio, incrementando las ventas de sus productos y esperando sacar buenas cuentas, haciendo del dinero el verdadero dios de sus vidas. Miles de personas creen, equivocadamente, que comiendo pescado y absteniéndose de comer carne en estos días, se hacen menos culpables de su indiferencia ante la muerte del justo por los injustos. No faltan los que de manera excepcional, y aunque no lo hacen en el resto del año, en estos días participan de cultos religiosos o se acercan a un lugar de adoración.  

No faltan, igualmente, los que en estos días hacen gala de su ateísmo, un ateísmo que los asusta y que es necesario reforzar cada vez que pueden por miedo a estar equívocados ante la realidad de un Dios que existe y está cerca de cada uno de nosotros. En Chile, desde hace años, las Sociedades Ateas, se concuerdan para realizar el llamado "asado ateo" que irreflexivamente consumen en actitud de desafio al Dios en que no creen y que se esfuerzan en convencer a quien quiera que no existe y del que paradójicamente pasan hablando todo el año. 

¡Que pena! La humanidad no ha cambiado nada. Si Jesús de Nazaret estuviese hoy con nosotros, sería crucificado tan seguramente como lo hicieron aquellas personas hace 2 mil años atrás.

Si bien miles de personas hoy en día se consideran y autocalifican como creyentes, asisten a iglesias y con frecuencia esgrimen la Biblia, la verdad es que con la indiferencia que muestran hacia Dios y el prójimo, viviendo una poco afortunada vida religiosa, pareciera resonar nuevamente y después de casi dos mil años el grito: ¡Barrabás! ¡Barrabás! ¡Barrabás! 

SI bien es cierto hoy en día, rebosan de multitudes las iglesias, los líderes del mundo se autodenominan como cristianos mientras mienten y defraudan al pueblo que los eligió y los grandes empresarios hacen alarde de religiosidad mientras se nutren de la vida de los pobres,  la Biblia es clara en decir que: "todo el mundo está puesto en maldad." (1 Juan 5:19).

Con nuestra actitud de cada día hacemos patente la verdad firme como un monolito dicha por el apóstol: 


"Porque es imposible que los que una vez fueron iluminados y gustaron el don celestial, y fueron hechos participes del Espíritu Santo. Y asimismo gustaron la buena palabra de Dios, y las virtudes del siglo venidero, y recayeron, sean otra vez renovados para arrepentimiento, crucificando de nuevo para sí mismos al Hijo de Dios, y exponiéndole a vituperio. Porque la tierra que embebe el agua que muchas veces vino sobre ella, y produce hierva provechosa a aquellos de los cuales es labrada, recibe bendición de Dios, mas la que produce espinas y abrojos, es reprobada, y cercana de maldición, cuyo fin será el ser abrazada." (Hebreos 6:4-8) 

NUESTRA DECISIÓN HOY DÍA

La decisión que el mundo tomó hace casi dos mil años atrás al rechazar a Jesús y elegir deliberadamente a Barrabás no es sino una determinada decisión escogiendo el mal en rechazo del bien. Hoy en día, millones de personas hacen exactamente lo mismo cuando eligen el mal y rechazan el bien. Cuando optan por la mentira y menosprecian la verdad. Cuando eligen odiar antes que amar. Cuando escogen la traición antes que la lealtdad. Cuando optan por destruir antes que construir. Cuando eligen el orgullo y menosprecian la humildad. Todo esto y mucho más, es elegir a Barrabás y rechazar a Jesús.

RECONOCIENDO NUESTRA PARTE
EN LA ELECCIÓN DEL BIEN Y DEL MAL

¡Sí! Queramos reconocerlo o no, la decisión injusta y equivocada que tomaron las personas que crucificaron a Jesús de Nazaret hace ya casi 2 mil años atrás, se mantienen viva y continúa reviviendo cada día en nuestras vidas, cuando escogemos deliberadamente el mal en lugar del bien. Cuando preferimos la mentira a la verdad. Cuando participamos voluntariamente de la injusticia y con ello despreciamos la justicia. Cuando hacemos del dinero nuestro único y supremo objetivo en la vida. Cuando escondemos nuestro corazón al pobre y sin embargo estamos prontos a atender al rico, al poderoso o al que pensamos puede favorecernos. Cuando hacemos oídos sordos a las verdades de la Biblia para servir con una conciencia acallada a una iglesia que sabemos a todas luces que no es la iglesia de Cristo. Cuando sabiendo que Jesucristo no está presente en la iglesia en que participamos y no obstante, decidimos cerrar la puerta de nuestro corazón y no poner oído al llamado de Jesús que dice: "He aquí yo estoy a la puerta y llamo" (Apocalipsis 3:20).



"He aquí, yo estoy a la puerta y llamo: si alguno oyere mi voz y abriere la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo." (Apocalipsis 3:20)

Abramos nuestro corazón a Jesús. No le neguemos un lugar en nuestra vida. Demos una respuesta distinta a aquella que dio la gente hace 2 mil años atrás. Vivamos una vida consecuente con lo que él nos enseñó y sigamos cada día el ejemplo que él nos dejó a través de su propia vida y enseñanza. En cualquier denominación religiosa en que Ud. participe viva la experiencia cristiana de manera genuina y honesta amando de verdad a Dios y al prójimo. En esta Semana Santa 2018, dediquese a reflexionar y anhele con fervor que cada día nuestro corazón sincera y honestamente grite con fuerza y decisión inspiradora: ¡Jesús! ¡Jesús! ¡Jesús!
 
  Hoy habia 26 visitantes (34 clics a subpáginas) ¡Aqui en esta página!  
 
Este sitio web fue creado de forma gratuita con PaginaWebGratis.es. ¿Quieres también tu sitio web propio?
Registrarse gratis