MUNDO Y RELIGIÓN - M&R |
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¿Existe realmente el infierno? |
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Hoy en día muchas personas que se confiesan cristianas viven en el temor de que producto de sus malos actos vayan a dar finalmente al infierno. En hecho, a medida que las personas se acercan a la ancianidad o cuando ya se encuentran siendo ancianos, viven constantemente en el temor de no haber sido suficientemente "buenos cristianos" y que su destino finalmente sea el "infierno". En realidad, muchas personas hoy en día temen ir a parar al infierno. Ante esto cabe preguntar, en el concepto popular: ¿qué es el infierno?
Una definición sencilla que aparece en la web es: "En algunas religiones, lugar al que van las almas de las personas que mueren en pecado, sin haberse arrepentido de sus faltas, para sufrir toda clase de penalidades."
Sin embargo, en el mismo sitio que entrega la definición anterior, se reconoce que el infierno es: "En algunas religiones de la Antigüedad, lugar o morada donde residen los muertos."
Una definición dice que el infierno es el lugar "al que van las almas de las personas que mueren en pecado", mientras que en la otra definición dice que es el "lugar o morada donde residen los muertos", indistintamente si éstos murieron o no en pecado.
¿Se da cuenta que hay dos definiciones para infierno y dos creencias opuestas para definir qué clase de lugar es ese lugar? Ahora bien, ante esta clara disyuntiva surge la clara pregunta: ¿Qué enseña la Biblia sobre el infierno?
Primero, debemos decir que en la Biblia no se enseña que las almas de las personas que mueren en pecado vayan al infierno. Mas bien la Biblia dice enfáticamente que "la paga del pecado es muerte" (Romanos 6:23). ¿Hay alguna cita en la Biblia que diga textualmente que "la paga del pecado es el infierno"? La verdad es que no la hay. No existe un versículo tal. La Biblia una y otra vez dice que la paga del pecado es muerte. En otro lugar, la Biblia dice: "el alma que pecare, esa alma morirá" (Ezequiel 33:8-20). En ese texto no dice que el alma que muere en pecado irá al infierno, sino más bien "el alma que pecare, esa alma morirá". Esto confirma nuevamente que la paga del pecado es la muerte y no un castigo eterno de tortura y dolor como el que se imagina la mayoría de las personas. De hecho, cuando Dios advirtió al hombre en el Edén acerca de las consecuencias del pecado, le dijo respecto del fruto del árbol de ciencia del bien y del mal: "el día que de el comieres, de cierto morirás" (Génesis 2). Una vez más podemos ver que en la Biblia se enseña que la paga del pecado no es el infierno de tortura y dolor eterno, sino la muerte.
¿Por qué entonces las personas piensan que la paga del pecado es el infierno de tortura y dolor eternos? Probablemente, porque la mayoría de las personas, influidas por el catolicismo y el protestantismo, alberga un concepto equivocado del término "infierno" así como también del concepto de "alma", asumiendo que el alma es una sustancia éterea que vive dentro de cada persona y que al momento de la muerte va a algún lugar dependiendo de si la persona ha sido buena o mala en su vida.
Es necesario aclarar que en la Biblia, la palabra "alma" designa a la persona y no a una sustancia etérea que mora dentro de ella. La Biblia enseña que las personas son un alma y no que tienen un alma. (Vea el apartado ¿Qué es el alma? en este mismo sitio web).
En la enseñanza judeo - cristiana inspirada en la Biblia, se enseña que los muertos nada saben y que hasta sus recuerdos perecen con ellos (Salmo 146:3; Ecclesiastés 10:5, 9-10). Ahora bien: ¿si los muertos no están conscientes cómo es que algunas corrientes dentro del cristianismo los muestran como pagando por sus pecados en el infierno y tomando conciencia de sus faltas por las cuales sufren el castigo eterno?
Esto es porque el cristianismo actual, que es una derivación del cristianismo católico, heredó doctrinas que eran propias del paganismo y según las cuales el infierno es un lugar al que van las almas de las personas que mueren en pecado, sin haberse arrepentido de sus faltas, para sufrir toda clase de penalidades. Debemos recordar, que el catolicismo es romano y la religión de los romanos, era una derivación de la religión de los griegos que enseñaban que el Hades o infierno era un lugar de castigo de los malvados.
En la teología católica, el infierno es el castigo por el pecado. El Catecismo de la Iglesia católica afirma su existencia y su eternidad como lugar adonde van las almas de los que mueren en estado de pecado mortal y descienden inmediatamente después de la muerte para sufrir las penas o el "fuego eterno". Recientemente, el máximo lider del catolicismo Francisco y algunos teólogos no lo consideran un lugar literal o real sino más bien un estado de sufrimiento. Esto último, deja ver que el concepto de infierno va variando con el tiempo.
Sin embargo, los cristianos y los judíos anteriores a ellos, creían que el infierno es el sepulcro, es decir: lugar o morada donde residen los muertos.
Esto se deja ver claramente si Ud. compara estos dos textos de la Biblia:
Salmo 16:10: "Porque no dejarás mi alma en el sepulcro, ni permitirás que tu santo vea corrupción".
Hechos 2:27: "Que no dejarás mi alma en el infierno, ni darás a tu santo que vea corrupción".
Estos dos textos refieren a Cristo y señalan que la vida de Cristo (el alma) no sería dejada en el sepulcro, ya que de hecho la muerte no pudo retenerlo y resucitó al tercer días después de la crucifixión. Dos textos que hablan de lo mismo y en que la palabra "infierno" y "sepulcro" se usan como sinónimo, porque significan lo mismo. De este sencillo ejemplo, se desprende que la religión judeo - cristiana enseña positivamente que el infierno es el lugar de residencia de los muertos, ya que todos los muertos, sean éstos buenos o malos, van al infierno o sepulcro.
Pero, ¿no dice el credo católico que Jesús: "fue crucificado, muerto y sepultado, descendió a los infiernos, al tercer día resucitó de entre los muertos"? Si efectivamente, el credo católico dice eso, ya vimos que es porque el concepto católico romano de infierno está influenciado por el concepto pagano heredado de la religión grecoromana. En realidad, cuando Jesús fue crucificado, muerto y sepultado, descendió al sepulcro, de donde resucitó al tercer día.
En la Biblia, el concepto infierno que es también descrito como abismo, señala al lugar de los muertos y no al infierno en el que creen los católicos o los protestantes en general, ya que estos últimos heredaron el concepto de infierno de los católicos.
Note el siguiente pasaje: "Mas la justicia que es por la fe dice así: No digas en tu corazón: ¿Quién subirá al cielo? (esto es, para traer abajo a Cristo:) O, ¿quién descenderá al abismo? (esto es, para volver a traer a Cristo de los muertos.)" (Romanos 10:6-7)
¿Se da cuenta que una vez más la Biblia enseña que el infierno, abismo o hades, es el lugar de residencia de los muertos, es a saber el sepulcro?
En la Biblia la palabra "infierno" señala al "sepulcro" y no a un inframundo donde los pecadores son atormentados eternamente por Satanás el Diablo y sus ángeles malos. La Biblia no enseña que Satanás y los demonios torturarán eternamente a los pecadores o a las personas malas de este mundo. Es más, la Biblia enseña que el propio Satanás será destruido para siempre junto a los pecadores ya que él es el autor del pecado y de la maldad en el universo (Lea Isaías 14:12-15; Ezequiel 28:13-19; Apocalipsis 20:9-10).
Sin embargo, muchas personas, señalan un particular pasaje de los Evangelios (Lucas 16:19-31) en que un mendigo es llevado al "seno de Abraham" después de su muerte y un rico que después de muerto descendió al sepulcro, al infierno. Tras leer este pasaje, muchos concluyen que la Biblia sí enseña que existe un infierno de tormentos. Primero, porque en ese pasaje se dice que el rico después de muerto despertó en el infierno "estando en los tormentos" donde era "atormentado en esta llama".
En este pasaje que evidentemente no se puede tomar en forma literal por varias razones:
1.- En el pasaje, ambos muertos están conscientes, el mendigo y el rico, mientras que la Biblia enseña que la muerte es como un sueño en el que no hay conciencia de nada, ni siquiera de la muerte.
2.- El pasaje deja ver que los que están en el seno de Abraham y los que están en el infierno pueden comunicarse directamente y hablar entre ellos. Si esto fuera real, los pecadores cada día pasarían insultando a quienes estén en el cielo ya que envidiarían su situación de bienestar.
3.- Igualmente, si las personas del infierno pudieran pasar hacia el cielo o quienes están en el cielo pudieran pasar al infierno, no habría barreras entre uno y otro y no tendría sentido hacer tal distinción ya que todas las personas tendrían libre acceso a ambos lugares.
4.- En el diálogo entre Abraham y el rico, éste último le solicita al profeta que permita a alguien ir a sus hermanos de entre los muertos para advertirles sobre la paga del pecado. El rico reconoce que él está "entre los muertos", lo cual es coincidente con lo que ampliamente enseña la Biblia, a saber que el infierno que es el sepulcro es en realidad la región de los muertos.
4.- Cuando la Biblia habla sobre la paga del pecado, dice textualmente: "la paga del pecado es muerte" (Romanos 6:23) y "el alma que pecare esa morirá" (Ezequiel 33:8-20). No se dice en la Biblia que la paga del pecado es la tortura eterna.
Con relación al pasaje de Lucas 19:16-31, se debe decir que es una parábola, es decir, una narración breve y simbólica de una enseñanza moral de modo que se no se debe concluir como literal todo lo que dice la parábola, siendo más bien una enseñanza simbólica de una realidad mucho más concluyente.

Que el infierno de que habla la Biblia es el sepulcro se deja ver además de una simple comparación de Salmo 19:7 en diversas traducciones de la Biblia:
"Los malos serán trasladados al infierno. Todas las gentes que se olvidan de Dios." (Reina - Valera 1909)
"Los malos serán trasladados al seol. Todas las gentes que se olvidan de Dios." (Reina - Valera 1960)
"Bajan al sepulcro los malvados, todos los paganos que de Dios se olvidan." (Nueva Versión Internacional).
Para el mismo versículo, la Septuaginta, la traducción griega del Antiguo Testamento, utiliza la palabra "hades" dejando ver claramente, que las expresiones infierno, seol (hebreo), sepulcro y hades (griego) son sinóminos y significan los mismo, la tumba, el lugar al que van los muertos indistintamente de si son buenos o malos. Eso explica por qué se dice que Jesús "bajo al infierno" y desde ahí resucitó al tercer día.
El infierno, en la Biblia, es el sepulcro al que van los buenos y los malos, sin diferencia. La diferencia, entre unos y otros se hace no cuando el hombre muere, sino cuando el hombre resucita tal como enseña Jesús y la Biblia en general (Juan 5:25, 28-29; Hechos 24:15).
¿NO EXISTE ENTONCES UN CASTIGO POR EL PECADO?
Ya se dijo que: "la paga del pecado es muerte" (Romanos 6:23). Sin embargo, esta no es la muerte que sufrimos todos. La Biblia deja ver que hay dos tipos de muerte. Una primera muerte y que es la que sufrimos todos, indistintamente de ser buenos o malos (Ecclesiastés 9:5-6, 10). Esta muerte es como un sueño, como quedarse dormido en espera del despertar (Vea Job 14:10-15; Juan 11:11-13; 1 Tesalonicenses 4:14-16).
De esta muerte, todos resucitan, tanto buenos como malos (Hechos 24:15). Sin embargo, la resurrección de esta primera muerte está estrechamente relacionada con el bien y el mal expresado en la vida de cada persona y que tendrán una recompensa o un castigo (Juan 5:25, 28-29). ¿Dónde será provista esta recompensa o castigo? Lea Proverbios 11:31. Sí, el castigo por el bien o el mal será provisto en nuestra propia Tierra. Los que hicieron bien, a resurrección de vida eterna: ¿Dónde? Aquí mismo en la Tierra, una Tierra renovada (Isaías 66:22-23; Apocalipsis 21:1). Lea además Salmo 37:3, 9, 11, 22,29.
¿Qué ocurrirá con los malvados? Ya Jesús dijo que saldrán "a resurrección de condenación". ¿En qué consiste la condenación? Lea 1 Corintios 6:9-10; Gálatas 5:19-21. Sin embargo, tal como se ha dicho: "la paga del pecado es muerte", "los malvados serán trasladados al sepulcro". ¿Cómo será esto? Apocalipsis 21:8. Sí, la muerte segunda es la paga del pecado. De esta muerte nadie resucita y para siempre deja de ser. ¿Dónde será aplicada la muerte segunda? Lea Apocalipsis 20:7-10; Malaquías 4:1.
"Los impíos reciben su recompensa en la tierra. (Proverbios 11: 31.) "Serán estopa; y aquel día que vendrá, los abrasará, ha dicho Jehová de los ejércitos." (Malaquías 4: 1.) Algunos son destruídos como en un momento, mientras otros sufren muchos días. Todos son castigados "conforme a sus hechos." Habiendo sido cargados sobre Satanás los pecados de los justos, tiene éste que sufrir no sólo por su propia rebelión, sino también por todos los pecados que hizo cometer al pueblo de Dios. Su castigo debe ser mucho mayor que el de aquellos a quienes engañó. Después de haber perecido todos los que cayeron por sus seducciones, el diablo tiene que seguir viviendo y sufriendo. En las llamas purificadoras, quedan por fin destruídos los impíos, raíz y rama, —Satanás la raíz, sus secuaces las ramas. La penalidad completa de la ley ha sido aplicada; las exigencias de la justicia han sido satisfechas; y el cielo y la tierra al contemplarlo, proclaman la justicia de Jehová." (CS 539)
La muerte segunda será el sepulcro (infierno) de todos los que se olvidan de Dios. Todos los malvados, Satanás y sus ángeles incluidos, serán destruídos para siempre y para siempre dejarán de ser (Salmos 37:1-2,10, 20, 35-36, 38).
"Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra han pasado." (Apocalipsis 21: 1, V.M.) El fuego que consume a los impíos purifica la tierra. Desaparece todo rastro de la maldición. Ningún infierno que arda eternamente recordará a los redimidos las terribles consecuencias del pecado." (CS 539)
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