La mayoría de los profesos cristianos no guarda el sábado y no siente ninguna aprensión por la observancia del séptimo día. Católicos y protestantes en general sienten que no están en obligación moral de guardar el sábado y por tanto no manifiestan preocupación por el día sagrado de Jehová.
Aún dentro de las personas que profesan el cristianismo, se observa paradójicamente que no existe preocupación alguna respecto a la observancia del sábado, como si esto fuera absolutamente intrascendente, aunque es claro que la observancia del día de reposo está indicada en el cuarto de los Diez Mandamientos. ¿Por qué sucede esto? Sencillamente porque en su mayoría, las personas no entienden el propósito de Dios al darnos su santa ley.
Hay personas que sostienen que los Diez Mandamientos sólo eran de obligación moral para los israelitas o judíos literales y que de ningún modo personas no judías estaban llamadas a observarlos. Lo anterior, resulta ser un argumento inconsistente, toda vez que matar, mentir, robar o cometer adulterio no sólo vienen a ser actos reprensibles para los judíos sino para cualquier persona que viva en nuestro mundo indistintamente del tiempo y lugar en que lo haga. Pensar lo contrario, a más de ser totalmente irrazonable, resulta inconsecuente con lo enseñado en la Biblia que nos muestra al Dios de todos los hombres y no sólo de una nación o casta en especial.

Que los Diez Mandamientos son una ley de obligación universal se hace claro en las palabras del apóstol Pablo en Romanos 3:9 y 19, en que el apóstol sostiene que el pecado, afecta a judíos y a gentiles indistintamente y en que sostiene que el propósito de la ley de Dios es mantener en sujeción a todo el mundo y no sólo a una nación en particular.
La Ley de Dios fue fada para beneficio del hombre y todos sus mandamientos, incluido el mandamiento que ordena la santificación y observancia del sábado está indicada para bien de la humanidad (Marcos 2:27). "La ley de Dios es la expresión de su naturaleza, es el súmmun del gran principio del amor, y por lo tanto la base de su gobierno en el cielo y en la tierra" (El Camino a Cristo, página 42).
"Los primeros cuatro mandamientos del Decálogo están resumidos en el primer gran precepto: ‘Amarás al Señor tu Dios de todo tu corazón.’ Los últimos seis están incluidos en el otro: ‘Amarás a tu prójimo como a ti mismo.’ Estos dos mandamientos son la expresión del principio del amor. No se puede guardar el primero y violar el segundo, ni se puede guardar el segundo y violar el primero."
"Y puesto que todos los mandamientos están resumidos en el amor a Dios y al prójimo, se sigue que ningún precepto puede quebrantarse sin violar este principio." (El Deseado de Todas las Gentes, página 559)
Toda persona "cristiana" en su cabal juicio, enseña que no debemos tener un Dios distinto a Jehová. Igualmente se enseña en contra del uso de imágenes en la adoración y del debido respeto al nombre sagrado de Dios. Todos en conjunto están de acuerdo en requerir el necesario respeto a los padres, la fidelidad matrimonial, la honestidad, la fidelidad de nuestras palabras y un corazón ajeno de toda codicia, tal y como prescriben en hecho los Diez Mandamientos. No obstante lo anterior, las mismas personas que enseñan esto, insisten en que los Diez Mandamientos están abrogados.
Lo anterior es tremendamente inconsecuente. ¿Por qué el error? Sencillamente porque no todas las llamadas "iglesias cristianas" se sienten conformes con la observancia del sábado, requerida en el cuarto de los Diez Mandamientos. Lo anterior, a más de ser un capricho y un notable error bíblico, priva al hombre del merecido descanso que le ha sido concedido después del correspondiente trabajo.
EL EJEMPLO DE JESÚS
Es claro sin embargo, que la enseñanza de los cristianos debe ser consecuente con la enseñanza de Cristo y que está consignada claramente en la Biblia: "No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas: no he venido para abrogar sino a cumplir. Porque de cierto os digo, que hasta que perezca el cielo y la tierra, ni una jota ni un tilde perecerá de la ley, hasta que todas las cosas sean hechas. De manera que cualquiera que infringiere uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñare a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos: mas cualquiera que los hiciere y enseñare, éste será llamado grande en el reino de los cielos." (Mateo 5:17-19)
"En la vida del Salvador quedaron perfectamente ejemplificados los principios de la ley de Dios: el amor a Dios y al hombre." (El Camino a Cristo, página 16)

Jesús guardó la Ley de Dios y enseñó que ésta es eterna y que debemos guardarla
En desmedro de la mayoría de las "iglesias cristianas" que hoy consideran los Diez Mandamientos como una ley sin validez ni importancia alguna, el Señor Jesús declaró que su misión y ejemplo en este mundo no consistían en anular o debilitar en el más mínimo punto los preceptos de dicha ley, sino que por el contrario vino para darle pleno y cabal cumplimiento a cada uno de sus requerimientos. Jesús también afirmó que los Diez Mandamientos constituyen una ley eterna y más duradera aún que los cielos y la tierra, confirmándola además como la única e infalible regla de la moral y santidad por la cual ha de ser juzgado el carácter y experiencia espiritual de todos los hombres.
El ejemplo y enseñanza de Jesús fueron de conformidad a la Ley de Dios. En hecho, él enseñó que para alcanzar la vida eterna es necesario, de todo punto de vista, la observancia de sus mandamientos. (Mateo 19:16-17; Lucas 10:25-28)
¿Sabía Ud., por ejemplo, que Jesús de conformidad a los Diez Mandamientos, guardó el sábado como día de reposo y no el domingo como hacen la casi totalidad de las iglesias cristianas de hoy? El registro bíblico dice lo siguiente sobre la vida de Jesús: "Y vino a Nazareth, donde había sido criado, y entró conforme a su costumbre, el día del sábado en la sinagoga, y se levantó a leer." [Lucas 4:16]
Jesús durante toda su vida y "conforme a su costumbre", guardó el sábado bíblico como día de reposo, de conformidad al cuarto mandamiento de la ley de Dios que ordena reposar el séptimo día. Siendo así, cualquiera iglesia que profese seguir el ejemplo de Jesús, debe consecuentemente seguir la enseñanza que él nos dejó. ¿Están las iglesias modernas siguiendo el ejemplo de Jesús respecto a la observancia del sábado? Definitivamente no. La concluyente realidad es que las iglesias no están siguiendo en modo alguno el ejemplo de Cristo en cuanto a la observancia del sábado y muy por el contrario insisten en la observancia de un día, el domingo, que él nunca santificó.

Jesús guardó el sábado y por su ejemplo enseñó que debemos guardarlo
Es claro que Jesús observaba el sábado tan fielmente que, aunque muchos espías procuraban encontrar alguna falta en él respecto a este mandamiento, nunca pudieron acusarlo de nada.[Marcos 3:2; Lucas 6:7]
Jesús mismo declaró que él había venido al mundo no para debilitar o menoscabar los Diez Mandamientos sino para cumplirlos fielmente. [Vea Mateo 5:17-19]
Los que sostienen que Cristo abolió la ley, enseñan que violó el sábado y justificó a sus discípulos en lo mismo. Así están asumiendo la misma actitud que los cavilosos judíos. En esto contradicen el testimonio de Cristo mismo, quien declaró: ‘Yo también he guardado los mandamientos de mi Padre, y estoy en su amor.’ Ni el Salvador ni sus discípulos violaron la ley del sábado. Cristo fue el representante vivo de la ley. En su vida no se halló ninguna violación de sus santos preceptos. Frente a una nación de testigos que buscaban ocasión de condenarle, pudo decir sin que se le contradijera: ‘¿Quién de vosotros me convence de pecado?’" (El Deseado de Todas las Gentes, página 254)
¿Cuál debería ser nuestra actitud como cristianos respecto al ejemplo de Jesús? Es fácilmente deducible que como cristianos estamos llamados a seguir el ejemplo de Jesús, incluso en la observancia del sábado. Así nos estaremos asegurando de seguir fielmente sus pisadas. (1 Pedro 2:21; 1 Juan 2:6)
Si Ud. desea practicar en su vida el verdadero cristianismo debe estudiar concienzudamente la vida y las enseñanzas de Jesús y seguir su decidido y buen ejemplo. De esta manera, estará siguiendo los pasos de quien está señalado como el "Autor y Consumador" de la fe cristiana (Lea Hebreos 12:2; Mateo 10:25 pp.)
ERRORES DE COMPRENSIÓN BÍBLICA RESPECTO DEL SÁBADO
1.- MUCHOS CRISTIANOS ENSEÑAN QUE LOS DIEZ MANDAMIENTOS Y EL SÁBADO ERAN SÓLO PARA EL PUEBLO JUDÍO.
Muchos profesos cristianos enseñan que la observancia del sábado era sólo requerida al pueblo judío y que personas no judías de ningún modo fueron llamadas a observarlo. Este argumento, no guarda ninguna relación con la fecha de establecimiento del sábado, ya que éste fue establecido en el Génesis mucho antes de que existiera cualquier judío o cualquier diferencia de nacionalidades. Las escrituras de los antiguos profetas dejan ver que la observancia del sábado no se restringía a una nación en particular sino que personas de distintas nacionalidades fueron llamadas a observarlo. (Vea Isaías 56:2-7)
"El sábado fué confiado y entregado a Adán, padre y representante de toda la familia humana. Su observancia había de ser un acto de agradecido reconocimiento de parte de todos los que habitasen la tierra, de que Dios era su Creador y su legítimo soberano, de que ellos eran la obra de sus manos y los súbditos de su autoridad. De esa manera la institución del sábado era enteramente conmemorativa, y fue dada para toda la humanidad. No había nada en ella que fuese obscuro o que limitase su observancia a un solo pueblo." (Patriarcas y Profetas, páginas 28-29)
"El sábado no era para Israel solamente, sino para el mundo entero. Había sido dado a conocer al hombre en el Edén, y como los demás preceptos del Decálogo, es de obligación imperecedera." (El Deseado de Todas las Gentes, páginas 249-250)
El sábado no fue establecido para ninguna nación o pueblo en especial sino para la humanidad sin distinción de ningún tipo. A mas de todo esto, es claro que el debido descanso no puede ni debe ser privilegio de un pueblo en particular sino que es inherente a todo ser humano que trabaja. Siendo así, el sábado no guarda ninguna relación con una religión o congregación en particular sino con la invariable naturaleza humana, siendo claro que el descanso humano que sigue al trabajo, no es prerrogativa de los judíos o de alguna clase particular de cristianos, sino el derecho natural de todos los hombres que trabajan. [Vea Marcos 2:27]
"'El sábado por causa del hombre es hecho, no el hombre por causa del sábado,' dijo Jesús. Las instituciones que Dios estableció son para beneficio de la humanidad." (El Deseado de Todas las Gentes, páginas 254)
"El sábado fue creado para que toda la humanidad recibiese beneficio." (Joyas de los Testimonios, tomo 1, página 276)

2.- MUCHOS CRISTIANOS ENSEÑAN QUE JESÚS TERMINÓ CON LA LEY DE DIOS Y EL SÁBADO.
Muchas organizaciones que se autodefinen como "cristianas" tergiversan el sentido de las Santas Escrituras enseñando de manera errónea el siguiente enunciado: "Cristo es el fin de la ley" (Romanos 10:4). Tergiversando este versículo bíblico, enseñan que Jesús dio por terminada la ley, o que Jesús es el fin, término o conclusión de la ley, enseñando entonces que "la ley“ de Dios, los Diez Mandamientos, ya no está en vigencia. Con esto igualmente enseñan que la observancia del sábado, consignada en el cuarto de los Diez Mandamientos tamposo está en vigencia.
¿Resulta sensato concluir que Jesús terminó con la ley o le puso fin a los Diez Mandamientos para darnos amplia libertad de robar, matar, deshonrar a nuestros padres o incurrir en cualquier acto que deshonre a Dios o a nuestros semejantes? Indudablemente que no. El ejemplo y la enseñanza de Jesús siempre buscó que el ser humano respetara y obedeciera la ley de Dios.
La sentencia o el enunciado de Romanos 10:4 no significa que Jesús terminó con la ley de Dios. La palabra "fin" en el griego bíblico, en que se escribió en su mayoría el Nuevo Testamento, aportaba dos acepciones para la palabra "fin" (
en griego). Una de estas acepciones es: "termino" o "conclusión". Sin embargo, hay otra acepción, la de “propósito”, “objetivo” o “meta”.
¿Cuál de estas acepciones es correcto usar en Romanos 10:4? La de "propósito", "objetivo" o "meta", ya que el apóstol Pablo, quien escribió estas palabras más allá de decir que el fin de la ley es Cristo, indica que esto es para justicia a todo aquel que cree. En otras palabras, el propósito de la ley es llevarnos a Cristo, para que el que cree en él, alcance justicia.
El fin de la ley, como propósito, es que el hombre reconozca sus pecados, ya que "el pecado es transgresión de la ley" (1 Juan 3:4) y que una vez que reconozca sus pecados, alcance el arrepentimiento. Una vez arrepentido, la persona sincera buscará a Cristo para perdón de sus pecados y para alcanzar la justificación y santificación en Cristo, la justicia de Cristo. De esta manera, "el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree" (Romanos 10:4).
Siendo así, el objetivo o propósito de la ley es llevarnos a Cristo para alcanzar justicia. Alcanzar la justicia de Cristo no sólo implica alcanzar el perdón de los pecados por medio de su sacrificio (la justificación), sino también por medio de Cristo lograr vivir una vida nueva en justicia y ya no más en el pecado (la santificación) guardando todos los mandamientos de Dios, incluido el sábado.
LOS CRISTIANOS DE LA IGLESIA PRIMITIVA Y EL SÁBADO
¿Cuál fue el ejemplo de los primeros cristianos en cuanto al sábado? Aunque frecuentemente se niega que los discípulos de Jesús guardaban el sábado, lo cierto es que la evidencia bíblica es concluyente al respecto. Los discípulos de Jesús si guardaban el sábado, aún después de la muerte de Cristo. Lucas 23:54-56 es muy claro en este sentido.
El libro de los Hechos de los Apóstoles también nos entrega valiosa información al respecto. En efecto, Hechos 15:21, deja ver claramente que más de 10 años después de la muerte de Cristo, los discípulos de Jesús aún reconocían al séptimo día como "sábado" o día de reposo.
Aunque hay quienes argumentan que los cristianos no acostumbraban reunirse o celebrar culto en sábado, es claro que Hechos 16:13-15 prueba lo contrario, a saber, que los cristianos guardaban el sábado y que se reunían en este día para adorar, orar y estudiar la Palabra de Dios.
Hechos 18:1-4, 11 prueba fehacientemente que el apóstol Pablo guardaba el sábado. El texto establece que el apóstol trabajaba todos los días fabricando tiendas para subsistir, no obstante, señala que los días sábados él no trabajaba sino que se le encontraba invariablemente en la sinagoga enseñando la Palabra de Dios. Lo anterior, no era una actitud circunstancial de Pablo, sino que el texto es claro en señalar que el apóstol hacía esto "todos los sábados" y que esto ocurrió no sólo de manera circunstancial sino por espacio de "un año y seis meses".
El propio apóstol Pablo dio testimonio de sí mismo diciendo: "Ni contra la ley de los judíos, ni contra el templo, ni contra César he pecado en nada." (Hechos 25:8)
Es evidente que Pablo no pudiese haber declarado que en nada había pecado contra la ley de los judíos, los Diez Mandamientos, si en la práctica él no guardaba el sábado. Los judíos celosos de la ley, inmediatamente lo hubiesen acusado de transgresor del sábado para contradecirlo. No obstante, el santo apóstol mantuvo su afirmación sin ser contradicho. Este testimonio, del propio apóstol cristiano, deja ver que él sí guardaba el sábado y que la observancia del día de reposo era para él parte de su experiencia religiosa.
Hechos 22:12 también da testimonio de que los discípulos guardaban el sábado. En este caso Ananías, un varón piadoso de la Iglesia, es señalado como un hombre "conforme a la ley" y que "tenía buen testimonio de todos los judíos" que moraban en Damasco. Es incoherente pensar que Ananías fuese llamado "conforme a la ley" y que tuviese "buen testimonio de todos los judíos" si él en la práctica no observara el sábado. Es evidente que el texto trasluce la observancia sabática de Ananías y declara de él que era un buen hombre.
Aún más, el apóstol Santiago, escribiendo su epístola universal a la Iglesia, establece que la observancia del sábado, así como de todos los mandamientos de Dios, es requerida a los cristianos. (Santiago 2:10-12)
EL SÁBADO SERÁ GUARDADO EN EL REINO DE DIOS
La Biblia enseña claramente que el sábado será observado en el Reino de Dios. Los escritos de los profetas dejan ver que Dios hará nuevas todas las cosas y que el viejo mundo dejará de ser para dar paso a un mundo renovado donde reine eterna la felicidad. En este nuevo mundo, el Reino de Dios, el sábado será observado por los cristianos tan fielmente como lo hicieran durante toda su vida de fe estando aún en esta tierra. [Isaías 65:17; 2 Pedro 3:13; Apocalipsis 21:1-5; Isaías 66:22-23]
"Cuando se produzca ‘la restauración de todas las cosas, de la cual habló Dios por boca de sus santos profetas, que ha habido desde la antigüedad,’ el sábado de la creación, el día en que Cristo descansó en la tumba de José, será todavía un día de reposo y regocijo. El cielo y la tierra se unirán en alabanza mientras que ‘de sábado en sábado,’ las naciones de los salvos adorarán con gozo a Dios y al Cordero." (El Deseado de Todas las Gentes, página 714)