MUNDO Y RELIGION - M&R
   
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  ¿Murió Jesús en una cruz?
 


Escena de la crucifixión de Jesús de Nazareth, según Salvador Dalí.

 

"De toda la vida de Jesús el aspecto humanamente más impresionante y el más cargado de consecuencias en sentido histórico es su conclusión trágica: la muerte en la cruz." [Fabris, R. Jesús de Nazaret: historia e interpretación, pág. 227] 


Hace ya casi dos mil años que Jesús de Nazaret fue ejecutado en un lugar ubicado en las afueras de la ciudad de Jerusalén y aunque ha transcurrido ya mucho tiempo, es innegable que la imagen de la crucifixión de Cristo continúa influyendo de manera decisiva en el pensamiento y la conducta de millones de personas en el mundo. 
Es innegable también que los cristianos, nombre con que se llegó a conocer a los seguidores del humilde galileo a partir del año 43 d.C., hicieron de este suceso, la crucifixión de Cristo, la base de su mensaje redencionista y que reconocía en la muerte de Jesús el cumplimiento de todas las profecías que decían relación con el Mesías prometido a Israel.


De ahí en adelante, la imagen de Jesús crucificado, se plasmó en la mente y en el corazón de todos los hombres. De hecho, hoy en día son millones de personas las que aceptan "la cruz" como símbolo de la religión cristiana (Enciclopedia Hispánica).

No obstante, la cultura de cada época visualizó la crucifixión de Jesús de modo distinto y en muchas formas de manera concordante con el pensamiento influyente de cada tiempo. El arte reflejó incesantemente la influencia que la crucifixión de Cristo ejercía no sólo en religiosos, sino también en científicos, filósofos y pensadores de cada generación. Fue a partir del siglo V que se empezó a representar artística o religiosamente, la imagen de Jesús crucificado. Es indudable que este ha sido un tema recreado en innumerables obras de arte a través de todos los tiempos. Sin embargo, es notorio que quienes han querido representar la crucifixión de Jesús no están completamente de acuerdo en cuanto a los detalles de tan horrorosa ejecución. En algunas representaciones los clavos atraviesan las manos; en otras, las muñecas o el antebrazo. Algunos representan a Jesús con las piernas rectas y otros, con las piernas arqueadas. También es habitual encontrar obras en que Jesús, va impecablemente vestido con una túnica, mientras que otros lo describen desnudo, con corona de espinas o sin corona. En fin, son muchos los detalles que se van sumiendo en la nebulosa de la confusión y el desconcierto, por eso, cabe preguntarnos: ¿cómo murió realmente Jesús?

¿MURIÓ JESÚS EN UNA CRUZ?


Puesto que la forma en que murió Jesús ha sido siempre muy debatida e incluso ha dado lugar a serias controversias teológicas, no es extraño que la modalidad de su ejecución haya sido también puesta en duda. Ha habido quienes incluso han imputado la crucifixión y sostenido que Jesús murió verdaderamente en la horca, que era el modo judío de aplicar la pena capital (vea Deuteronomio 21:22-23).

 

Otros han sostenido que Jesús en realidad no murió en una cruz (dos maderos cruzados) sino clavado en una estaca. Todo esto lleva a preguntar: ¿Cuál es la verdad acerca de la muerte de Cristo? 

Como primera cosa, se puede decir que Jesús, como dice el "Credo" católico, murió y "padeció bajo el poder de Poncio Pilato." Esto es, Jesús murió como resultado de una sentencia aplicada por la justicia romana. Siendo así, no es consistente alegar que Jesús muriese "ahorcado" a la usanza judía, toda vez que estando bajo la jurisdicción romana, el pueblo de Israel estaba impedido de aplicar la pena capital en ningún caso. Esto queda claramente establecido en Juan 18:31-32. Por otra parte y de manera previa a la sentencia romana, Jesús fue condenado en el tribunal judío bajo los cargos de blasfemia y esta culpa ameritaba según la ley judía no la horca sino la lapidación (muerte a pedradas) (Juan 10:32-33).


Es claro que, según se desprende de numerosas fuentes y entre los exegetas y demás autores y estudiosos de la Biblia, no existe acuerdo sobre quiénes fueron los responsables del juicio condenatorio y posterior sentencia de muerte de Jesús de Nazareth, sin embargo, se hace claro que si Jesús fue ejecutado al estilo romano es porque el conflicto del nazareno era contra la ley romana y no contra la ley judía. Así piensan muchos autores, entre los que se puede citar a Zeitlin (The crucifixion of Jesus reexamined), H. Mantel (Studies in the Story of the Sanhedrin), P. Winter (On the trial of Jesus), J. Carmichael (The death of Jesus), D. Flusser, J. Isaac, H. Cohn, W. R. Wilson, Catchpole, entre otros.


Veamos lo siguiente en relación a un episodio de la vida de Cristo:

"Jesús fue llevado ante el Sanedrín para responder a la acusación de haber violado el sábado. Si en ese tiempo los judíos hubiesen sido una nación independiente, esta acusación habría servido sus fines de darle muerte. Pero la sujeción a los romanos lo impedía. Los judíos no tenían facultad de inflingir la pena capital, y las acusaciones presentadas contra Cristo no tendrían peso en un tribunal romano." (E. G. de White, El Deseado de Todas las Gentes, pág. 174).

Recordemos que ante el Sanedrín Jesús fue condenado a muerte por blasfemía (Mateo 26:65-66), sin embargo y puesto que el 
Sanedrin, podía juzgar, pero no aplicar y ejecutar la pena máxima, ellos debieron acudir ante Poncio Pilato para que confirmase la sentencia y dado que la blasfemia no representaba ninguna ofensa a la ley romana, cuando los judíos lo presentan ante Pilato para obtener su sentencia de muerte, la acusación fue cambiada a sedición (Mateo 27:1-2; Lucas 23:1-2). En el juicio que realizó Pilato y sabiendo "que por envidia le habían entregado" (Mateo 27:18; Marcos 15:10), el determinó diciendo: "ninguna culpa hallo en este hombre" (Lucas 23:4, 14-16, 22) y finalmente, como "ellos instaban a grandes voces, pidiendo que fuese crucificado. Y las voces de ellos y de los príncipes de los sacerdotes crecían. Entonces Pilato juzgó que se hiciese lo que ellos pedía." (Lucas 23:-24).


"Bajo el gobierno romano, el Sanedrín no podía ejecutar la sentencia de muerte. Podía tan sólo examinar a un preso y dar su fallo, que debía ser ratificado por las autoridades romanas. Era, pues, necesario presentar contra Cristo acusaciones que fuesen consideradas como criminales por los romanos. También debía hallarse una acusación que le condenase ante los judíos." (El Deseado de Todas las Gentes, pág. 647)

Notemos el siguiente comentario presentado en el apéndice de un afamado libro sobre la vida de Cristo: "También de acuerdo con la providencia de Dios, Cristo vino cuando dominaba el poder romano. Los judíos, por haberse apartado de Dios, habían caído bajo el dominio de una nación pagana. Aunque ejercía cierta medida de autoridad, el Sanedrín no podía pronunciar juicio en un caso que entrañase la pena capital. Dominados por el fanatismo y la tradición, los judíos eran muy crueles e inexorables. Su odio hacia Cristo era intenso. Si hubiesen poseído el poder supremo, los celosos sacerdotes y príncipes se habrían librado muy pronto del que consideraban como rival. La obra del Salvador entre los hombres se habría abreviado, y nada se habría registrado en cuanto a su vida y su ministerio. No se habría levantado la cruz de Cristo en el Calvario. La crucifixión era un método romano de castigo. Si los judíos hubiesen ejercido un dominio independiente, habrían muerto a Cristo apedreándole por la falsa acusación de violar la ley de Dios. Esto no habría cumplido la profecía de que como la serpiente había sido alzada en el desierto había de ser levantado el Hijo de Dios.

Además, si la venida de Cristo hubiese tardado aun más, los judíos no podrían haber logrado su muerte por la crucifixión. Su poder iba declinando constantemente, y no habrían tenido suficiente influencia ante las autoridades romanas para obtener su condenación.

El poder romano fue, en las manos de Dios, el instrumento para impedir que la luz del mundo se apagase en las tinieblas. De acuerdo con el plan de Dios, la cruz debía de ser levantada a la vista de todas las naciones, lenguas y pueblos, y llamar la atención al Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. 


Poco después de la crucifixión de Cristo, cesó el empleo de la cruz en Judea." [White, E. El Deseado de Todas las Gentes, págs. 781-782] 

 

Por otra parte y respecto a que Jesús murió clavado en una estaca, lo cierto es que tal modalidad de ejecución no era usada por los romanos, sino que ellos usaban la cruz. No se sabe con certeza cuál fue el origen de este horrible martirio, pero existen fuentes asirias, egipcias, persas, griegas y cartaginesas que hablan de él. Desde luego lo que si es claro es que la crucifixión no fue una invención romana. En Palestina, por ejemplo, las primeras noticias sobre la práctica de la crucifixión se remontan a los tiempos de la dominación siria. Según cuenta el historiador judío Flavio Josefo, nacido en el año 73 a.C., el rey sirio Antíoco IV Epífanes, en su persecución a los judíos durante los años 174 a 164 a.C. colgó a muchos de ellos clavándolos a una cruz.

Los historiadores indican que en Roma se crucificó en una ocasión a seis mil personas como parte de una celebración triunfal en uno de los caminos que salen de la ciudad, lo cual da una idea de cuán difundido era este sistema de tortura, muerte y ejecución. De hecho, la misma historia confirma que cientos de miles de personas fueron crucificadas en un período de a lo menos 500 años bajo sentencia del Imperio Romano. Las crucifixiones se realizaban en todo el mundo antiguo subyugado por el Imperio Romano, a saber, Europa, Norte África, Asia Occidental, Gran Bretaña, etc. 

Aún hay quienes argumentan que en el Nuevo Testamento se refiere al instrumento en que se ejecutó a Jesús con las palabras griegas 
ξυλος  y  σταυρος y que ambos términos refieren en realidad a un madero, una estaca, y no a una cruz. Lo anterior, no es totalmente exacto, ya que si bien el primer término significa literalmente "madero", esto no contradice que Jesús haya muerto efectivamente clavado a una cruz que en sí es un madero. Por otro lado, el segundo término significa en el griego koiné de los tiempos de Cristo "una cruz" y no una estaca como se ha pretendido sostener. En hecho el propio término griego  σταυρος  lleva implícito el concepto antiguo de cruz y que los griegos conocían como "tau"
                                                                
El "Nuevo Diccionario Bíblico" por J.D. Douglas y N. Hillyer editorial Certeza, páginas 326 y 327 dice con relación a la crucifixión: "En el verano de 1968 un equipo arqueológico dirigido por V. Tzaferis descubrió cuatro tumbas judaicas en Givatha-Mivtar (Ras el-Masaref), cerca de Jerusalén, en las que se encontró un osario que contenía los únicos huesos existentes de un hombre (joven) que fue crucificado, y que datan probablemente de entre el 7 y el 66 d.C., [.] Los brazos (no las manos) del joven fueron clavados al patibulum, la viga transversal lo que podría indicar que en Lc. 24:39; Jn. 20:20, 25, 27 debería traducirse "brazos" [.] Un clavo de hierro (que todavía permanece en su lugar) atravesaba ambos talones, con el pie derecho encima del izquierdo. Un fragmento indica que la cruz era de madera de olivo. Ambas piernas habían sido quebradas, presumiblemente por un fuerte golpe, como lo que se hizo con los dos que murieron con Jesús en Juan. 19:32". La página 326 muestra el siguiente gráfico y texto: "Dibujo que indica la posición del cuerpo durante la crucifixión, basado en el esqueleto encontrado cerca de Jerusalén". 

                                       

Es cierto que algunos estudiosos del griego, como por ejemplo el helenista William E. Vine, indican que el término  σταυρος  “denota, primariamente, un palo o estaca derecha (Diccionario expositivo de palabras del Antiguo y del Nuevo Testamento exhaustivo) al igual que Raymond E. Brown, en su libro "La muerte del Mesías" quien hace esta precisión: “ni la voz griega stauros ni la latina crux [de la que se deriva la española cruz] tienen necesariamente ese significado; ambas se refieren a una estaca o poste al que una persona podía ser fijada de varios modos: empalándola, colgándola, clavándola o atándola”. Aún, en el diccionario A Critical Lexicon and Concordance to the English and Greek New Testament se entrega este comentario sobre el significado fundamental de ξυλος  y  σταυρος : “Ninguno de estos dos términos concuerda con la idea que tenemos actualmente de una cruz y con la cual nos hemos familiarizado a través de las ilustraciones”.

De acuerdo a estas interpretaciones, Jesús habría muerto clavado a un poste o estaca y con un letrero sobre sus manos que indicaba un relato de su causa.

                                                                

Sin embargo, Joseph A. Fitzmyer en su comentario sobre El Evangelio según Lucas, señala: “En ámbitos cristianos suele traducirse la palabra griega
  σταυρος  por ‘cruz’, aunque en realidad el significado primario es ‘poste’”. ¿Por qué la palabra  σταυρος se traduce cruz si en realidad significa poste o estaca?


Muy simple, porque si bien en el griego clásico la palabra
  σταυρος  significaba "poste" o "estaca", ya en los días de Jesús, en que se hablaba el griego koiné y no el griego clásico, la palabra  σταυρος había llegado a significar "cruz", para referir al sistema romano de ejecución o aplicación de la pena de muerte. De hecho, la palabra  σταυρος   es traducida como "cruz" en todos los traductores modernos, sin que éstos tengan alguna relación con la religión, el catolicismo o el cristianismo posterior al tiempo de Jesús.


Resulta elocuente que  σταυρος conserva en medio de ella misma la palabra “tau”, que es el nombre que tiene la letra “T” en las tres lenguas bíblicas (hebreo, arameo y griego).  Y esta letra, tanto en el hebreo antiguo como en el arameo arcaico tenía precisamente la forma de una cruz (“X”). En griego, la “te” o "tau", es igual a nuestra “T”, que es otra forma de cruz. Entonces en las lenguas bíblicas la tau, ha sido siempre una cruz, un signo de “dos palos”.

Mucho antes de los romanos, los antiguos persas, fenicios, griegos y hebreos usaban una estaca o madero vertical para ejecutar a los condenados a muerte. Este procedimiento de ejecución fue costumbre en estos pueblos por mucho tiempo. Los romanos y griegos, mucho tiempo antes del nacimiento de Jesús, agregaron a la estaca el madero horizontal o el patibulum. Siendo así, en el tiempo de Jesús, la palabra griega  σταυρος  había llegado a significar igualmente "palo" o "cruz", según el país y la época. El estudio de las costumbres romanas de la época indica que Jesús murió en una cruz signada con la palabra  σταυρος


Que una palabra con el tiempo puede llegar a variar en su significado, se hace claro a partir de lo señalado en el Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado, Samuel Vila y Santiago, página 222 que con relación al término "crucifixión" detalla: "Pena capital ejecutada mediante la fijación del reo a una cruz. Se ataba las manos y los pies o, de manera más cruel, se usaban clavos, traspasando manos y pies. Numerosas naciones de la antigüedad practicaban la crucifixión o un suplicio análogo. Primitivamente se empleaba un solo madero (de empalizada o de fortificación), o un palo aguzado en su parte superior. Bien conocido por los asirios, persas, cartaginenses y egipcios. Los israelitas sabían bien lo que era "colgar [a alguien] de un madero" (Num. 25:4; Josué 8:29; 2 Samuel 21:9). Los griegos y romanos modificaron a su tiempo el primitivo madero, añadiéndole un madero transversal (patibulum). Es de ellos que los judíos aprendieron la crucifixión propiamente dicha." 

Por su parte, la Enciclopedia Francesa Larousse indica: "Este género de suplicio, desconocido entre los hebreos, fue introducido en Palestina cuando ésta fue convertida en provincia romana; y se aplicaba frecuentemente a los ladrones y malhechores que no poseían la calidad de ciudadanos romanos. Entre los antiguos romanos, los criminales y los esclavos eran atados a una horca o palo vertical; más tarde, se le agrego un madero transversal, y se fijaba al condenado con clavos o bien se lo ligaban con cuerdas."


El Nuevo Diccionario Internacional de la Teología del Nuevo Testamento entrega la siguiente explicación sobre la ejecución en la cruz: "...La crucifixión romana fue así: El condenado tuvo que arrastrar su propio stauros (el patíbulo - Juan 19:17) al lugar del castigo donde el otro stauros estaba hundido en la tierra. Los brazos de la víctima eran extendidos en el patíbulo que él llevó al lugar y un clavo era metido en cada mano [...] La viga transversal (el patíbulo) era levantada, con el cuerpo sujeto, a la viga vertical y era sujeto con un clavo largo. Finalmente, los pies del condenado eran clavados a la viga vertical." (New International Dictionary of New Testament Theology, Vol. I, p.39) 


Existe evidencia arqueológica que sustenta la imagen de Jesús crucificado, como por ejemplo  la que se conserva en el Museo de las Termas, en Roma, un “graffiti” que se encontró en la pared de la escuela de pajes del palacio de Nerón. Ahí aparece un hombre orando ante la figura de un crucificado con cabeza de asno, y por entre las dos figuras se leen unas toscas letras griegas: “¡Alexameno adora a su dios”!  Aunque es evidente que este “graffiti” se trata de un dibujo para ridiculizar la fe cristiana, lo interesante es que aquí se muestra cómo murió el Señor: en una cruz, no en una estaca. 

Igualmente, escritos de un tiempo inmediatamente posterior al tiempo en que vivió Jesús dan cuenta de que Jesús murió en una cruz:

Diatésaron, del Siglo II, escrito por Taciano, dice "Pilato escribió sobre una tabla la causa de su muerte y la puso sobre el madero de la cruz".

Tertuliano años 160 a 220 d.C. nos dice: “En todos nuestros viajes y movimientos, en todas nuestras salidas y llegadas, al ponernos nuestros zapatos, al tomar un baño, en la mesa, al prender nuestras velas, al acostarnos, al sentarnos, en cualquiera de las tareas en que nos ocupemos, marcamos nuestras frentes con el signo de la cruz.” 

 

¿PUEDE LA BIBLIA AYUDARNOS A SABER CÓMO MURIÓ JESÚS?


La información que nos entrega la Biblia y más específicamente los Evangelios deja ver que Jesús murió de una manera que concuerda con lo que todos entendemos como crucifixión, es decir, clavado en un madero posicionado de manera transversal a otro madero posicionado de manera vertical, en forma de cruz. Las manos y los pies de Jesús fueron traspasados por clavos. Se ubicó un letrero con una inscripción sobre su cabeza, lo cual indica que una parte del madero vertical sobresalía sobre su cabeza. 

Hay quienes sostienen que Jesús murió con los brazos extendidos sobre su cabeza, en una estaca y con un clavo atravesando sus manos. 

                                                                        

No obstante, la Biblia enseña que Jesús murió con las manos atravesadas por "clavos" y no por "un clavo", como lo representaban en principio quienes sostenían esta idea. Por otra parte, si Jesús hubiese muerto con los brazos extendidos sobre su cabeza no se hubiese podido decir: "Y pusieron sobre su cabeza su causa escrita: Este es Jesús el rey de los judíos." (Mateo 27:37). La leyenda con la sentencia sobre Cristo habría quedado sobre "sus manos" y no "sobre su cabeza" tal como informa la Biblia. 

Por otra parte, el discípulo Tomás, quien seguramente presenció directamente la crucifixión de Jesús, estaba tan traumatizado por las escenas que había presenciado, que no podía creer que Jesús estuviese vivo después de eso, aunque sus hermanos cristianos le aseguraban que, después de su crucifixión, Jesús había estado con ellos. El discípulo dijo: "Si no viere en sus manos la señal de los clavos, y metiere mi dedo en el lugar de los clavos, y metiere mi mano en su costado, no creeré" (Juan 20:25).

Aquí el relato bíblico no deja lugar a dudas que las manos de Jesús no fueron atravesadas por un clavo, sino por "los clavos", uno en cada mano, lo cual sólo podía ser si los brazos de Jesús estaban extendidos a los costados y no sobre su cabeza como señalan quienes desvirtúan esta clara enseñanza de la Biblia.




Por otra parte, los mismos que aseguran que Jesús murió clavado a una estaca o poste vertical y con sus manos extendidas sobre su cabeza, con el tiempo han ido variando su posición y han llegado a afirmar que el clavo, traspasó no las manos de Jesús, sino sus muñecas, tal como se aprecia en la ilustración que se muestra arriba. No obstante, esto contradice aún más la enseñanza de la Biblia, ya que la profecía registrada en el libro de los salmos indicaba que el Mesías sería traspado en sus manos y sus pies, no en sus muñecas (Salmo 22:16). 

Todos los escritos evangélicos indican que los clavos traspasaron las manos y no las muñecas de Jesús. De hecho, y frente a la incredulidad de su discípulo Tomás, Jesús le dijo: "Mete tu dedo aquí, y ve mis manos" (Juan 20:27).

Si consideramos honestamente estos textos de los evangelios, concordaremos en que nos entregan las siguientes conclusiones:

1) El texto con la escritura que se ordenó poner sobre Jesús estaba sobre su cabeza y no sobre sus manos, lo cual da a entender que los brazos de Jesús no estaban extendidos sobre su cabeza sino más seguramente a los lados.

2) Se utilizó más de un clavo para fijar las manos de Jesús al madero.

3) Los clavos atravesaron las manos de Jesús y no sus muñecas.

4) La utilización de clavos para fijar a Jesús al madero indica que los brazos no fueron extendidos juntos, como pudiera haber sido sobre su cabeza, sino más bien a los lados, tal como siempre se ha sostenido y creido por los cristianos.


 
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