MUNDO Y RELIGIÓN - M&R |
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1 Reyes 17:4-6 ¿Cuervos o árabes? |
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"Beberás del arroyo; y yo he mandado a los cuervos que te den allí de comer. Y él fue e hizo conforme a la palabra del Señor; pues se fue y vivió junto al arroyo de Querit, que está frente al Jordán. Y los cuervos le traían pan y carne por la mañana, y pan y carne por la tarde; y bebía del arroyo."
1 Reyes 17:4-6
La Biblia relata que durante un gran período de sequía ocurrido en la tierra de Israel, Dios prometió a Elías que los cuervos le traerían alimento para sustentarlo. Este relato se encuentra en 1 Reyes 17:4-6. De inmediato surge la pregunta: ¿Cómo es posible que las aves trajeran alimento al profeta?
Como resultado de lo anterior, muchos investigadores sostienen que es posible que la versión original en hebreo haya sido "árabes" y no "cuervos", ya que los textos de las Sagradas Escrituras que se copiaban incesamente, sólo contenían consonantes, sin vocales y con frecuencia esto originaba problemas de traducción y conservación de lo escrito. Por otra parte, había continuamente problemas de calidad y puntuacion, donde un punto o acento podría ser un rasguño y o defecto en el material y obviamente, lo cual podría dar lugar a que un acento, una letra, un espacio, esté en una posición incorrecta.
Siendo así, tenemos entonces varias posiciones frente al texto de 1 Reyes 17:4-6, a saber:
1.- Que el texto se refiere a cuervos literales, aves que habían de traer pan y carne al profeta.
2.- Que el texto dice "cuervos" pero en realidad se refiere a los árabes, beduinos comerciantes que traían pan y carne al profeta.
3.- Que el texto dice "cuervos" pero corresponde a un error de copia y traducción de un texto que originalmente decía "árabes" y que con el tiempo se tomó como "cuervos", quedando así hasta el día de hoy.
4.- Que el texto corresponde definitivamente a "árabes" que fueron los responsables de llevar pan y carne al profeta.
SE INICIA EL DEBATE
¿QUIÉN ALIMENTÓ A ELÍAS?
Cuervos o Árabes
Considerando que el texto permite, ambas interpretaciones, es claro que la respuesta no se haya en un análisis puramente textual. Es necesario analizar los diferentes argumentos antes de poder llegar a una conclusión.
1.- CUERVOS LITERALES.
De manera general, se afirma que si alguien sostiene que en 1 Reyes 17:4-6 la palabra es “árabes” y no “cuervos”, es porque a su parecer es difícil creer que Dios pueda usar un animal inmundo y abominable (según Levítico 11), para alimentar al profeta. Esto se considera una falta de fe y una manifiesta duda sobre el poder de Dios.
Por otra parte, prácticamente ninguna de las versiones de la Biblia disponibles hoy en día (aproximadamente 200 versiones) han traducido esta palabra como "árabes" y sí como "cuervos".
Muchos investigadores prefieren creer que fueron los cuervos quienes alimentaron al profeta. Entre quienes se mantienen de parte de la traducción "cuervos" está el señor Mathew Henry, quien dice: "Los cuervos fueron designados para traerle la carne, y así lo hicieron." (1 Reyes 17 Comentario de Mathew Henry traducido del inglés)
Igualmente Frederick Delitzsch señala: "Se admite generalmente que עֹרְבִ֗ים no significa árabes… sino cuervos. Mediante este milagro, que los no creyentes rechazan, porque no reconocen a un Dios viviente, ante el cual, como el Creador y Señor de todas las criaturas, incluso los voraces cuervos se hacen sirvientes a sus planes de Salvación. Elías no solo fue aislado de contacto con hombres, que podrían haber delatado su lugar de escondite al rey, sino que fue poderosamente fortalecido mediante la confianza inspirada en la todopoderosa ayuda de su Dios".(C. F. Keil, I & II Kings, I & II Chronicles, Ezra, Nehemiah, Esther. Commentary on the Old Testament in Ten Volumes 3 (Grand Rapids, MI: Eerdmans, 1986), 236-237.)
La gran mayoría de comentadores e intérpretes de 1 Reyes 17:4-6, han llegado a la conclusión de que la lectura más probable del texto es, simplemente, “cuervos". Esta fue también la postura de los masoretas durante la Edad Media.
No obstante, existe evidencia mucho más antigua que respalda la traducción "cuervos". La Septuaginta (s. II a.C.) utiliza la palabra κόραξιν, que significa “cuervos”. La Peshita siríaca (s. II d.C.) y la Vulgata latina (s. IV d.C.) también presentan la traducción cuervos.
Algunos comentadores judíos también interpretaban el versículo como "cuervos". Por ejemplo, el comentario midráshico de Salmo 8:4-9 que se encuentra en Midrash Tehillim 8,7 señala que Elías recibió carne y pan de los cuervos. Lo mismo encontramos en el libro 2 Baruc 77:24 (s. I d.C.) dejando ver que los judíos en tiempos de Jesús mantenían la misma interpretación diciendo: "los cuervos proveyeron a Elías cuando le trajeron comida, como se les había mandado."
Lo mismo se encuentra en los escritos de Josefo, también contemporáneo de Jesús, quien declaró que “[Elías] hizo su hogar junto a un arroyo que también le daba agua para beber; y, acerca de su alimento, los cuervos se lo traían cada día” (Antigüedades judías, 8.319).
En definitiva, la postura tradicional "cuervos" cuenta con el apoyo de la mayoría de los comentadores e investigadores, indicándose que el relato parece destacar la soberanía universal de Dios y cómo puede utilizar a cualquier cosa para ayudar sus fieles, en este caso, Dios utiliza la naturaleza, los cuervos y el arroyo.
2.- NO FUERON CUERVOS.
Hay quienes impugnan el hecho de que estas aves sean precisamente cuervos, ya que los cuervos son declarados y considerados como aves inmundas según las leyes levíticas (vea Levítico 11:13-19).
Quienes se oponen a la traducción "cuervos" sostienen que si los cuervos hubieran alimentado a Elías, tal vez le hubieran llevado carne que no era ritualmente pura. Esto se debe a que son animales carroñeros y la carne que le hubieran llevado posiblemente hubiera sido de animales muertos en el campo. La ley mosaica prohibía que se comiese esa carne (Éxodo 22:31).
Por otra parte, la Biblia enseña que cuando algo limpio se mezcla con algo inmundo, lo limpio se hace inmundo (Vea Haggeo 2:11-13). Esta misma enseñanza se deja ver en Hechos 10: 9-14. En este último pasaje, se le muestra a Pedro animales de todas clases, limpios e imundos, pero en un sólo lienzo, mezclados unos con otros. Una voz del cielo le dice: "Pedro, mata y come". Según la ley levítica, Pedro pudiera haber escogido los animales limpios del lienzo, sin embargo, él dijo: "Señor, ninguna cosa común o inmunda he comido jamás". Con esto, reconoció el principio que dice que si algo limpio, en este caso, los animales limpios, se mezclan con lo inmundo,en este caso los animales inmundo, entonces todo llega a ser inmundo. Por tanto, en la práctica, todos los animales que se le mostraba en el lienzo, resultaban ser inmundos y no se podían comer.
Luego, la carne o el pan que probablemente hayan llevado los cuervos a Elías, por el sólo hecho de estar en contacto con un animal inmundo, se habría hecho un alimento inmundo y el profeta no pudiera haberlo comido. Por tanto, dentro de la hermenéutica bíblica asumir que fueron cuervos literales los que alimentaron al profeta nos enfrenta a una contradicción fundamental desde el punto de vista bíblico.
Ahora, sólo desde el punto de vista de la lógica humana: ¿pudieran los cuervos saber qué tipo de carne consumía Elías o que el profeta se alimentaba de pan? Por otra parte, puesto que los cuervos son aves de pequeño tamaño: ¿cuánta carne o pan pudieran haber llevado en sus picos al profeta? ¿Cuántos cuervos se hubiera necesitado para alimentar a una persona? ¿todos estos cuervos sabían qué alimento debían llevar al profeta?
3.- ÁRABES.
La historia de Elías y cómo fue alimentado por cuervos causa admiración e interés. Sin embargo, algunos eruditos afirman que no fueron cuervos quienes le llevaron comida al profeta, sino beduinos del desierto, los árabes.
Según el relato bíblico, el alimento proporcionado al profeta consistía en carne y pan. Esta era la dieta típica de los beduinos del desierto, quienes puesto que eran comerciantes eran a su vez famosos por su hospitalidad.
Otro punto a tener en cuenta es la ubicación geográfica en que se encontraba Elías al momento de ser alimentado. Aunque no se conoce la ubicación exacta del arroyo Querit, lo más probable es que se encontrara al lado este del Jordán, no muy lejos del reino de Amón y limitando con las tierras de las tribus árabes. La expresión עַל־פְּנֵ֥י הַיַּרְדֵּֽן (1 Reyes 17:3) puede significar “al este del Jordán” o “al frente del Jordán”. Si bien queda claro que el arroyo desembocaba en el rio Jordán, su ubicación precisa no parece ser determinada por el texto, no obstante es claro que Elías haya estado lejos de la jurisdicción de Acab y cerca de los pueblos beduinos. Por lo tanto, tiene sentido que estas tribus lo hayan alimentado. Elías estaba efectivamente en territorio de árabes o beduinos comerciantes, que como se dijo, se destacaban por ser muy hospitalarios y servir de refugio y oportunidad de vida a muchas personas que deambulan perdidos por el desierto.
4.- CUERVOS COMO ÁRABES.
Por otra parte, no son pocos los investigadores que sostienen que el término "cuervos" no debe precisamente referir a las aves sino que aunque se reconozca el término "cuervos", éste puede referir a una clase de personas, tal como los judíos en el pasado llamaban "perros" a los gentiles o a las personas no judías tal como se deja ver en Mateo 15:21-28. También en Apocalipsis 22:15 se deja ver que a las personas no creyentes se les llama "perros", asociándolos con los hechiceros, idólatras, fornicarios, asesinos, etc. No son perros literales, sino una alusión a quienes determinadamente no aceptan a Dios en sus corazones. La misma aplicación vemos en Mateo 7:6 y Proverbios 26:11. En la cultura judía de los días de Cristo, los judíos llamaban "perros" a los paganos y extranjeros, porque en según la ley eran impuros.
Algunos investigadores sostienen que la traducción "cuervos" puede ser la correcta, aunque esta expresión señalaría a los "árabes". Efectivamente, algunos investigadores sostienen que la expresión "cuervos" utilizada en 1 Reyes 17:4-6 refiere a los árabes, beduinos comerciantes nómadas que vivían en tiendas y que recorrían ampliamente los territorios de Israel. Además, de su tez oscurecida por el sol y sus cabellos naturalmente negros, con frecuencia usaban ropa oscura para protegerse del inclemente sol del desierto, lo cual los mostraba como un conjunto de personas de negro, como si estuvieran de luto permanente, lo cual hacía que los pueblos circundantes los llamaran "cuervos" (Vea esta asociación en Cantares 5:11). Esto sumado, a que, como se dijo, la expresión plural para "cuervos" y "árabes" es prácticamente la misma, con una leve diferencia fonética nada más. Además geográficamente esa zona era ruta de mercaderes árabes y la Sagrada Escritura les atribuye la virtud de ayudar al hambriento y sediento que transitaba desamparado por esas tierras. Según esta posición, los árabes a quienes se llamaba "cuervos" habrían dado pan y carne al profeta Elías (Vea Isaías 21:13-15).
UN PROBLEMA DE TRADUCCIÓN DESDE EL HEBREO
Es claro que el Antiguo Testamento fue escrito originalmente en hebreo y este idioma se escribe usando sólo consonantes. Durante la Edad Media algunos escribas judíos, llamados masoretas, le agregaron vocales al texto del Antiguo Testamento, teniendo como base la pronunciación tradicional que hasta ese tiempo se preservaba. En este proceso, muchas palabras perdieron su original pronunciación.
La palabra hebrea para “cuervos” es עֹרְבִ֗ים y que con las vocales agregadas puede pronunciarse como ‘orebim' o también "orbim". Sin embargo, las mismas consonantes dan origen a la palabra עַרְבִ֔ים, que se pronuncia "arebim" o "arbim" y que significa “árabes” o “beduinos”. Como se aprecia claramente, la diferencia se basa solamente en las vocales, ya que las consonantes son las mismas. Lo anterior, significa que desde el punto de vista de la Escritura, técnicamente, ambas traducciones "cuervos" o "árabe" son posibles, pues el texto puede ser leído de ambas maneras.
En hebreo, la escritura de las palabras "cuervo" y "árabe" en singular es diferente, sin embargo, en la forma plural y sin consonantes, la escritura de estas palabras es exactamente la misma ערבים, aunque con las vocales la palabra cuervos se pronuncia (orbim) y árabes se pronuncia (arbim). Luego, como estas dos palabras en hebreo se escriben exactamente de igual forma, podríamos leerla como cuervos o como árabes indistintamente. No obstante, el texto de la Septuaginta y el texto Masorético coinciden en la traducción de cuervos.
El término hebreo que la traducción bíblica Reina Valera traduce en 1 Reyes 17:4-6 como "cuervos", es ערבים (orebím) Ahora bien, ¿es "orebím" (ערבים) el plural de la palabra "cuervo" - "oréb" (ערב), o el participio masculino plural del verbo "aráb" (ערב) "comerciar"?¿Qué tan parecida es la morfología de la palabra "cuervo" en plural, "orebím" (ערבים), y la morfología del participio masculino plural del verbo "aráb" (ערבים)?
Siendo honestos y responsables, es claramente visible que la morfología del plural de la palabra "cuervo" ערבים (orebím) y la morfología del participio masculino plural del verbo "aráb" ערבים (orebím) , "comerciantes", es la misma, o sea, también ערבים (orebím). Es la misma palabra. Razón por la cual, con mayor fuerza se cree que la asonancia de la palabra "cuervos" y "árabes" o comerciantes en hebreo, sumado a las características de estas gentes, provocaba que a los árabes se les llamara cuervos.
¿Habrá algún pasaje bíblico en que se pueda observar la morfología escritural del participio masculino del verbo "arab" comerciar? Claro que sí, vea Ezequiel 27:27, que en la traducción Reina Valera 1909 dice:“Tus riquezas, y tus mercaderías, y tu negociación, tus remeros, y tus pilotos, los reparadores de tus hendiduras, y los agentes de tus negocios, y todos tus hombres de guerra que hay en ti, con toda tu compañía que en medio de ti se halla, caerán en medio de los mares el día de tu caída." Pues bien, en este texto la traducción "los agentes de tus negocios", es la traducción de la palabra hebrea "orebé" (עֹרְבֵ֣י) que es el estado constructo (construcción genitiva) del participio masculino plural del verbo "aráb" (ערב) o sea, רבים (orebím). Exactamente la misma palabra, con la misma morfología que la forma plural de la palabra "cuervo" - "oréb"- (רבים (orebím).
Es claro que la posibilidad de confundir las palabras “cuervos” y “árabes” se deja ver en las Santas Escrituras. Un caso a modo de ejemplo, se deja ver en Jeremías 3:2. En este pasaje, la mayoría de las traducciones de la Biblia dicen: “Junto a los caminos te sentabas para ellos como árabe en el desierto” (Reina Valera 1909 y 1960). Sin embargo, desde antiguo, algunos eruditos judíos han sostenido que el texto no hacía referencia a árabes, sino a cuervos. Otro caso de imprecisión respecto al término a utilizar. De hecho, la Septuaginta, la versión del Antiguo Testamento en griego, interpreta ese versículo como “un cuervo en el desierto”. Lo mismo hace la traducción siríaca del Antiguo Testamento. Esto deja ver claramente que confundir los términos “cuervos” y “árabes” es más fácil de lo que parece y puede ser lo que en realidad ocurrió en 1 Reyes 17:4-6.
LECCIÓN ESPIRITUAL
Si fueron cuervos o árabes quienes alimentaron al profeta Elías en el desierto parece ser un detalle importante. Sin embargo, ya sea que hayan sido cuervos o personas, en este caso los árabes, lo cierto es que Dios cuidó y sustentó a Elías durante el cruel reinado de Acab y durante todo el tiempo de sequía y desastre en Israel. Esto nos permite alcanzar una breve reflexión.
Si consideramos la posibilidad de que hayan sido los árabes quienes alimentaron al profeta Elías, se podría establecer un interesante paralelo con la viuda de Sarepta, ya que el relato bíblico podría destacar cómo Dios utiliza los recursos disponibles, primero a beduinos para alimentar a Elías y luego a una mujer fenicia (1 Reyes 17:8-15). Por otra parte, en ambos casos Dios estaría utilizando a extranjeros, para alimentar al profeta y cumplir sus propósitos. Esto se podría interpretar como una crítica velada a la apostasía de Israel y su evidente falta de fe en el Dios Eterno y poderoso, ya que mientras Acab, el rey de Israel, perseguía a los profetas, los extranjeros en contraposición los cobijaban y alimentaban. Vea la interpretación que de hechos como estos entrega el propio Señor Jesús a sus discípulos en Lucas 4:24-30.
Por otra parte, el relato de 1 Reyes 17:4-6 deja ver que Dios siempre cuida de nosotros y utiliza los medios necesarios para asegurar nuestro sustento, lo cual nos invita a hacer una realidad la fe y confianza en el cuidado y protección de Dios nuestro Señor (Salmo 23:1).
Si bien el relato de la experiencia de Elías, lleva a muchas personas hoy en día a pensar, que en tiempos de necesidad "los cuervos" alimentarán al pueblo de Dios durante la persecución final anunciada por las profecías a quienes predican el Evangelio del Reino, es mucho más factible pensar que aún en tiempos de gran aflicción, Dios siempre proveerá que personas ajenas al cristianismo, ayuden a quienes sufren persecución, como lo hizo con el profeta Elías.
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