MUNDO Y RELIGIÓN - M&R |
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Juan 17:3 Adquirir conocimiento o conocer al Dios verdadero |
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"Esta empero es la vida eterna: que te conozcan el solo Dios verdadero y a Jesucristo, al cual has enviado." (Juan 17:3)
Juan 17:3 es un texto muy utilizado por personas que suelen evangelizar en las calles o de puerta a puerta por las casas y con el cual enseñan que las personas que buscan vida eterna deben estar constantemente aprendiendo y adquiriendo conocimiento acerca de Dios y su voluntad.
Estas personas basan su argumento en la interpretación que la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras entrega de Juan 17:3, diciendo:
"Esto significa vida eterna, el que estén adquiriendo conocimiento de tí, el único Dios verdadero, y de aquel a quien tú enviaste, Jesucristo."
Con este mensaje, se busca incentivar a las personas a congregarse en una determinada organización, leer y aprender de sus libros, revistas y literatura en general, así como asistir regularmente a las reuniones locales de adoración.
Hasta aquí, todo parece ir bien porque es verdad que las personas que desean conocer a Dios deben adquirir conocimiento acerca de El y de su voluntad. Sin embargo, si bien la intención es buena, la interpretación que la Traducción del Nuevo Mundo hace de Juan 17:3 no lo es tanto, ya que el texto en su idioma original griego dice:
αὕτη δέ ἐστιν ἡ αἰώνιος ζωή, ἵνα γινώσκωσιν σὲ τὸν μόνον ἀληθινὸν θεὸν καὶ ὃν ἀπέστειλας Ἰησοῦν Χριστόν.
Lo cual se traduce literalmente: "Y esta es la vida eterna, que te conozcan a tí el único Dios verdadero y a quien enviaste Jesús Cristo". (Emphatic Diaglott)
El texto en su versión original, escrita por el apóstol Juan no indica la expresión: "estén adquiriendo conocimiento de tí" como enseñan quienes andan de casa en casa, sino textualmente "que te conozcan a tí" que es la traducción literal de: ἵνα γινώσκωσιν σὲ
¿Dónde radica el problema de la diferencia en la traducción? Sencillamente, en que la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras parece indicar que debemos progresivamente adquirir conocimiento teórico de Dios, mientras que la versión original en griego no habla de adquirir conocimiento sino de "conocer" personalmente a Dios. El cristianismo no es un proceso teórico de aprendizaje, sino una experiencia religiosa basada en una vivencia personal con Dios.
Consultadas cerca de 20 distintas traducciones de la Biblia para Juan 17:3 todas traducen "conocer" y ninguna, ni una sola, traduce que "estén adquiriendo conocimiento" como vierte la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras, de lo cual se desprende que esta última puede no ser la interpretación correcta de lo que quiso decir en realidad el apóstol Juan.
Todas las versiones de la Biblia traducen "que te conozcan a tí" la expresión utilizada por Juan el apóstol para Juan 17:3
El texto griego de Nestle - Aland traduce Juan 17:3 textualmente en inglés: "And this is eternal life, that they know thee the only true God, and Jesus Christ whom thou hast sent" que vertido al español es: "y esta es vida eterna, que te conozcan a tí el sólo Dios verdadero, y a Jesus Cristo a quien has enviado." Todo esto, confirmando lo traducido por casi todas las versiones de la Biblia al español.
El diccionario griego expositivo VINE define la palabra γινώσκωσιν "conozcan" de la siguiente manera: "En el NT, ginosko indica frecuentemente una relación entre la persona que conoce y el objeto conocido; a este respecto, lo que es conocido es de valor e importancia para aquel que conoce, y de ahí el establecimiento de la relación" (W. E. Vine. Vine Diccionario Expositivo. Editorial Caribe: Nashville, TN. 1999.).
Por su parte, el Diccionario Manual Griego VOX define γινωσκω como "Conocer, llegar a conocer, reconocer [algo o a alguien]", tampoco da la idea ni permite traducir "adquirir conocimiento".
Lo mismo hace el Diccionario Griego - Español elaborado con palabras del Glosario del "New Testament Greek por Beginners" por J. Gresham Machen, D.D. y que para el término γινωσκω traduce "conocer" o "saber".
Sorprendentemente, en la última versión de la Traducción del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras, que fue publicada en inglés en el año 2013 y ahora último en español en el año 2019, se traduce el texto como: "que lleguen a conocerte a tí". Con esto, se confirma que la traducción correcta está relacionada con "conocer a Dios" y no meramente "adquirir conocimiento de Dios", sin embargo, quienes defienden esta traducción, majaderamente menosprecian las distintas traducciones de la Biblia mientras que sostienen que la que ellos usan es "la mejor traducción", lo cual no resulta verdadero y cada vez que dicha traducción es sometida a escrutinio, resulta ser tendenciosa y alejada del correcto significado de texto en estudio.
EL CRISTIANISMO: UNA EXPERIENCIA RELIGIOSA
Si bien es claro que debemos adquirir conocimiento acerca de Dios, mucho más claro es aún que el cristianismo es más que sólo la adquisición de conocimiento teórico, el cristianismo es una experiencia práctica con Dios y que se desarrolla de día en día viviendo de acuerdo a la voluntad de Jehová.
En repetidas ocasiones Jesús amonestó contra el conformarse con la sola adquisición de conocimiento teórico y recomendó basar la experiencia cristiana en una vida de experiencia práctica de la religión (Vea Mateo 7:24-27). Igualmente, advirtió que el fracaso de los judíos religiosos de su tiempo fue el conformarse con el sólo conocimiento teórico de la verdad, pero dejando de lado la experiencia práctica de la verdad aprendida. Los cristianos somos llamados a vivir una experiencia diferente, basada en la práctica diaria de la verdad (Mateo 23:1-3).
Es claro que el cristianismo, así como el Reino de Dios, no consiste en el mero conocimiento o asimilación teórica de la verdad, sino en la virtud que Dios nos comunica a través de una relación personal (1 Corintios 4:20).
¿QUÉ SIGNIFICA CONOCER A DIOS?
En la Biblia, la palabra "conocer" posee un significado amplio que implica mucho más que un mero conocimiento intelectual de algo o de alguien. En el contexto bíblico, conocer a Dios es mucho más que un proceso con base en el intelecto o en la actividad mental. Más bien, el conocer a Dios implica una relación de vínculo o relación próxima con el Dios verdadero.
Existe gran diferencia entre "saber de Dios" y "conocer a Dios", dos aspectos que se distinguen totalmente en su carácter conceptual. "Saber de alguien" significa conocer datos acerca de su existencia, actividad, domicilio, paradero o estado de alguien. Mientras que "conocer a alguien" va mucho más allá de conocer todos esos "datos informativos", va mucho más allá del mero conocimiento teórico de alguien, implica conocer cercanamente a ese alguien, compartir con él cada día, saber qué piensa, que es lo que le agrada y desagrada, cuáles son sus motivos, su naturaleza y pensamiento íntimo, etc.
1.- El sólo conocimiento intelectual de Dios finalmente conduce al orgullo y la hipocresía.
El adquirir mero conocimiento intelectual de Dios conduce a la arrogancia y la hipocresía. En los días de Cristo, los llamados "rabinos" eran personas que poseían mucho "conocimiento teórico de Dios", pero no conocían a Dios y esos los llevaba a ser personas intrigantes, traicioneras, mentirosas, desleales y corruptas. Los así llamados "maestros de la religión" no alcanzaban el ideal de Dios y su fin último fue perseguir y crucificar a Cristo.
Jesús enseñó que se debe reconocer que el conocimiento teórico o teológico de Dios no es suficiente para conocer a Dios, se debe comenzar por reconocer esto y experimentar una nueva experiencia religiosa, que Jesús llamó "el nuevo nacimiento" (Vea Juan 3:1-8).
"La educación, la cultura, el ejercicio de la voluntad, el esfuerzo humano todos tienen su propia esfera, pero para esto no tienen ningún poder. Pueden producir una corrección externa de la conducta, pero no pueden cambiar el corazón; no pueden purificar las fuentes de la vida.Debe haber un poder que obre en el interior, una nueva vida de lo alto, antes de que el hombre pueda convertirse del pecado a la santidad. Ese poder es Cristo. Solamente su gracia puede vivificar las facultades muertas del alma y atraerlas a Dios, a la santidad. El Salvador dijo: 'a menos que el hombre naciere de nuevo', a menos que reciba un corazón nuevo, nuevos deseos, designios y móviles que lo guien a una nueva vida, 'no puede ver el reino de Dios' (San Juan 3:3)" (El Camino a Cristo, pág. 12).
"Muchos aceptan una religión intelectual, una forma de santidad, sin que el corazón esté limpio." (El Camino a Cristo, pág.25)
2.- La teología no ayuda a conocer a Dios.
Muchos piensan que para conocer a Dios deben inscribirse en un curso de teología o frecuentar el ámbito teológico. Jesús demostró que no es así. El verdadero conocimiento de Dios procede de conocer a Dios cada día no siendo necesario el adquirir un certificado de conocimientos teológicos. Jesús nunca acudió ni asistió a un centro de teología y sin embargo deslumbraba por su conocimiento de Dios (Vea Juan 7:15). Cuando los judíos preguntaban: "¿Cómo sabe este letras no habiendo aprendido?", referían que se admiraban de la sabiduría y conocimiento que Jesús poseía de Dios y de las Santas Escrituras, sin embargo, no poseía acreditaciones ni certificados de ninguna escuela rabínica o teológica de su época. ¿Por qué Jesús nunca acudió a las escuelas rabínicas o teológicas de su época? Veamos algunos comentarios:
"Es tan fácil hacer un ídolo de las falsas doctrinas y teorías como tallar un ídolo de madera o piedra. Al representar falsamente los atributos de Dios, Satanás induce a los hombres a que se formen un falso concepto con respecto a él. Muchos han entronizado un ídolo filosófico en lugar de Jehová, mientras que el Dios viviente, tal cual está revelado en su Palabra, en Cristo y en las obras de la creación, no es adorado más que por un número relativamente pequeño. Miles y miles deifican la naturaleza al paso que niegan al Dios de ella. Aunque en forma diferente, la idolatría existe en el mundo cristiano de hoy tan ciertamente como existió entre el antiguo Israel en tiempos de Elías. El Dios de muchos así llamados sabios, o filósofos, poetas, políticos, periodistas -el Dios de los círculos selectos y a la moda, de muchos colegios y universidades y hasta de muchos centros de teología- no es mucho mejor que Baal, el dios-sol de los fenicios." (El Conflicto de los Siglos, pág. 640)
"El mundo tiene hoy sus Acabes y sus Jezabeles. La época actual es tiempo de idolatría tan ciertamente como lo fue aquella en que vivió Elías. Tal vez no se vean santuarios materiales ni haya imágenes en que se detengan los ojos, y sin embargo millares van en pos de los dioses de este mundo: las riquezas, la fama, el placer, las fábulas agradables que permiten al hombre que siga las inclinaciones del corazón irregenerado. Multitudes tienen un concepto erróneo de Dios y de sus atributos, y están tan ciertamente sirviendo a un Dios falso como lo servían los adoradores de Baal. Aún muchos de los que se llaman cristianos se han aliado con las influencias inalterablemente opuestas a Dios y su verdad. Así se ven inducidos a apartarse de lo divino y exaltar lo humano." (Profetas y Reyes, pág. 132).
"A pesar de estar la Biblia llena de amonestaciones contra los falsos maestros, muchos encomiendan al clero el cuidado de sus almas. Hay actualmente millares de personas que profesan ser religiosas y que no pueden dar acerca de los puntos de su fe, otra razón que el hecho de que así les enseñaron sus directores espirituales. No se fijan casi en las enseñanzas del Salvador y creen en cambio ciegamente a lo que los ministros dicen. ¿Pero son acaso infalibles estos ministros? ¿Cómo podemos confiar nuestras almas a su dirección, mientras no sepamos por la Palabra de Dios que ellos poseen la verdad? Muchos son los que, faltos de valor moral para apartarse del sendero trillado del mundo, siguen los pasos de los doctos; y debido a su aversión para investigar por sí mismos, se están enredando más y más en las cadenas del error. Ven que la verdad para el tiempo presente está claramente expuesta en la Biblia y sienten que el poder del Espíritu Santo confirma su proclamación, y sin embargo consienten que la oposición del clero los aleje de la luz. Por muy convencidas que estén la razón y la conciencia, estos pobres ilusos no se atreven a pensar de otro modo que como los ministros, y sacrifican su juicio individual y sus intereses eternos al descreimiento, orgullo y prejuicios de otra persona." (El Conflicto de los Siglos, págs. 654-655).
3.- La experiencia emocional no conduce necesariamente a Dios.
Las emociones humanas son importantes en la vida humana, sin embargo, no son una buena guía a la hora de buscar una experiencia religiosa genuina y honesta delante de Dios. El dejarse llevar por las emociones pueden llegar a ser confuso, incierto o aún peligroso. La Biblia dice: "Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte" (Proverbios 14:12).
Muchas personas se dejan guiar por la amistad, el sentirse bien en un determinado lugar, por el fervor que se respira en el ambiente o por el interés que los feligreses sienten por uno cuando se es recién llegado. Esto a menudo se confunde con amor, pero el tiempo demuestra que no lo es. El emocionalismo no es buen consejero.
El profeta Jeremías dice: "Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?" (Jeremías 17:9). Salomón el sabio dice: "El que confía en su propio corazón es necio…" (Proverbios 28:26). Confiar sólo en los sentimientos o el emocionalismo puede llevar a una persona a cometer grandes errores o equivocaciones que alejan al creyente del verdadero conocimiento de Dios.
CONOCER A DIOS
ES VIVIR UNA VIDA BAJO EL PRINCIPIO DEL AMOR
Cuando Jesús estuvo en el mundo enseñó y predicó que el amor es la base fundamental de una verdadera experiencia religiosa.
Más allá de adquirir conocimiento teórico o teológico de Dios, lo que debemos comprender es que es el amor lo que nos pone en contacto con Dios y nos une a Dios para conocerle. Frente a un "maestro de la religión" que le preguntaba por definiciones o argumentaciones teológicas sobre la ley de Dios, Jesús demostró que esas argumentaciones y debates teológicos no tienen importancia alguna frente a la verdadera importancia de lo que transmite la ley, el amor fundamental a Dios y al prójimo (Vea Mateo 22:36-40). Esto se ve confirmado por otro diálogo de Jesús con un "maestro de la religión" sobre la ley y el amor (Lucas 10:25-28).

"La ley de Dios es una expresión de su naturaleza; es la personificación del gran principio del amor y, en consecuencia, el fundamento de su gobieno en los cielos y en la tierra." (El Camino a Cristo, pág. 44-45)
El verdadero conocimiento de Dios se deja ver en la relación de obediencia que tenemos con él (Vea 1 Juan 2:3-4; 3:6).
"Pero nótese aquí que la obediencia no es un mero cumplimiento externo, sino un servicio de amor." (El Camino a Cristo, pág. 44).
"Si nuestros corazones son regenerados a la semejanza de Dios, si el amor divino es implantado en el corazón, ¿no se manifestará la ley de Dios en la vida?" (El Camino a Cristo, pág. 45)
"La obediencia, es decir, el servicio y la lealtad de amor, es la verdadera prueba del discipulado." (El Camino a Cristo, pág. 45)
El amor a Dios se expresa en la observancia de la ley de Dios, los Diez Mandamientos (1 Juan 5:3).
Los cristianos son llamados a amar a Dios y a su prójimo como a sí mismos y esta vida bajo el principio del amor es lo que habrá de distinguirlos de cualquier imitación de cristianismo o profesión espuria de fe (Vea Juan 13:34-35; 1 Juan 4:7-8).
¿CÓMO PODEMOS COMENZAR A CONOCER A DIOS?
"La naturaleza y la revelación a una dan testimonio del amor de Dios. Nuestro Padre celestial es la fuente de vida, de sabiduría y de gozo. Mirad las maravillas y bellezas de la naturaleza. Pensad en la prodigiosa adaptación a las necesidades y a la felicidad , no solamente del hombre, sino de todas las criaturas vivientes. El sol y la lluvia que alegran y refrescan la tierra; los montes, los mares y los valles, todos nos hablan del amor del Creador. Dios es el que suple las necesidades diarias de todas sus criaturas." (El Camino a Cristo, pág. 5)
"'Dios es amor', está escrito en cada capullo de flor que se abre, en cada tallo de la naciente hierba. Los hermosos pájaros que llenan el aire de melodías con sus preciosos cantos, las flores exquisitamente matizadas que en su perfección perfuman el aire, los elevados árboles del bosque con su rico follaje de viviente verdor, todos dan testimonio del tierno y paternal cuidado de nuestro Dios y de su deseo de hacer felices a sus hijos." (El Camino a Cristo, pág. 6)
"Estudiad la Palabra de Dios con oración. Esa Palabra os presenta, en la ley de Dios y en la vida de Cristo, los grandes principios de la santidad, sin la cual 'nadie verá al Señor.' (Hebreos 12:14)" (El Camino a Cristo, pág. 26)
La obediencia a los mandamientos de Dios y la fe de Jesús, es lo que distinguirá verdaderamente al pueblo de Dios en el último tiempo (Vea Apocalipsis 14:12 y 12:17).
CONOCER A DIOS ES RECIBIR A CRISTO EN EL CORAZÓN
En la actualidad, muchas personas e incluso muchas organizaciones religiosas reducen el "conocer a Dios" a una serie de actividades cognitivas e intelectuales, donde el repetir conceptos y memorizar textos bíblicos, ha sido el aspecto central para conocer a Dios. Esto es un grave error, pues el conocimiento de Dios se obtiene no por una mera actividad intelectual, sino por medio de recibir a Cristo en el corazón.
La realidad deja ver que si bien millones de personas asisten a las distintas iglesias y congregaciones que profesan el cristianismo en nuestros días, lastimosamente, no existen millones de cristianos en el mundo. La realidad señala que: "El hecho de que los hombres se hallen en el seno de la iglesia no prueba que sean cristianos." (Palabras de Vida del Gran Maestro, pág. 52)
Lo cierto es que a pesar que las estadísticas mencionan al año 2018 más de 2180 millones de cristianos en el mundo, en la realidad esas personas no son verdaderos cristianos. Son personas que como dice un texto: "viven como pecadores y pretenden ser cristianos" (El Servicio Cristiano, pág., 52)
La realidad de hoy, deja ver que siendo bien honestos, muchas personas, la gran mayoría de aquellos que adhieren a las distintas confesiones cristianas, en realidad están representados por "aquellos que se han unido a la iglesia, pero que no se han unido a Cristo." (Palabras de Vida del Gran Maestro, pág. 52)
"A menudo se levanta la pregunta: ¿Por qué, entonces, hay tantos que pretenden creer en la Palabra de Dios, en los cuales no se ve una reforma en las palabras, en el espíritu y en el carácter? ¿Por qué hay tantos que no pueden soportar la oposición a sus propósitos y planes, que manifiestan un temperamento no santificado, y cuyas palabras son ásperas, despóticas y apasionadas? Se ve en ellos el mismo amor al yo, la misma indulgencia egoísta, el mismo mal genio y lenguaje precipitado que se notan en la vida de los mundanos. Existe el mismo orgullo sensible, la misma concesión a la inclinación natural, la misma perversidad de carácter que si la verdad fuera completamente desconocida para ellos. La razón es que no están convertidos. No han escondido la levadura de la verdad en su corazón. No ha habido oportunidad para que ella realizan su obra. Sus tendencias naturales y cultivadas a hacer lo malo no han sido sometidas a su poder transformador, Sus vidas revelan la ausencia de la gracia de Cristo, una falta de fe en su poder para transformar el carácter." (Palabras de Vida del Gran Maestro, pág. 52)
"La relación con una iglesia no reemplaza a la conversión. El aceptar el credo de una iglesia no es de ningún valor para ninguna persona si el corazón no experimenta un verdadero cambio." (El Evangelismo, pág. 215)
Sin ir más lejos, el conformarse con una experiencia intelectual o teórica de Dios, conduce a la iglesia de Dios del último tiempo al orgullo y la hipocresía, a decir "soy rica, estoy enriquecida y no tengo necesidad de ninguna cosa", no permitiéndole ver su real condición frente a Dios y reconocer que en verdad es "pobre, miserable, ciega y desnuda" tal como dicel el propio Jesús, el Testigo Fiel y Verdadero (Vea Apocalipsis 3:14-22).
Hoy en día, se hace urgente una reflexión: "no basta con adquirir conocimiento teórico de Dios, o que estén adquiriendo conocimiento de Dios", lo que en verdad se requiere es que las personas "conozcan a Dios" y en eso radica verdaderamente la vida eterna. Aceptemos a Jesús en nuestro corazón, deseemos vivir la verdad tal cual es en Jesús. Abramos nuestro corazón. Decidámonos a vivir una vida cristiana de verdad, no basada en presupuestos teóricos o conocimientos teológicos, ni siquiera en emocionalismos pasajeros, sino en una experiencia religiosa genuina y sincera con Cristo y con Dios (Vea Apocalipsis 3:20 y Gálatas 2:20).

"Maravillosa será la transformación de quien abra por la fe la puerta de su corazón al Salvador." (El Ministerio de Curación, pág. 53)
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