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  Mateo 28:19 La fórmula bautismal
 


"Por tanto id, y doctrinad a todos los Gentiles, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo" (Mateo 28:19)

Los cristianos de todas las épocas y desde que se tiene memoria han utilizado lo que se ha venido en llamar "la fórmula bautismal" para bautizar y bendecir a los nuevos conversos al cristianismo.

La consabida bendición: "Yo te bautizo en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo" ha sido utilizada por siglos tanto por protestantes como por católicos antes de ellos.

Sin embargo, hay quienes impugnan este procedimiento asegurando que no se debe utilizar dicha "fórmula bautismal" ya que, según también aseguran, el texto de Mateo 28:19 ha sido adulterado con el paso del tiempo y en consecuencia, hoy estaríamos bautizando de manera incorrecta, puesto que en opinión de estas personas, el texto evangélico originalmente decia: "en mi nombre" y no "en el nombre del padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo" como vierten prácticamente todas las versiones actuales de la Biblia y particularmente del Nuevo Testamento para Mateo 28:19.

¿Qué se puede decir al respecto? Recordemos que las versiones actuales de la Biblia y particularmente del Nuevo Testamento, proceden de textos muy antiguos y que han sido ampliamente estudiados como por ejemplo, entre otros: 

- El Códice Sinaítico o Codex Sinaiticus , un manuscrito uncial del siglo IV de la versión griega de la Biblia, escrito en scriptio continua entre los años 330 y 350. Originalmente este manuscrito contenía la totalidad de ambos Testamentos, pero solo han llegado hasta nuestros días trozos de la Septuaginta y la totalidad del Nuevo Testamento, entre otros textos. 


- La Vulgata Latina, texto producido por Jerónimo, directamente del griego en el Siglo V.

- El Textus Receptus de las Escrituras Griegas por R. Stephanus (1550)

No obstante y más allá de esto, hay quienes sostienen que la fórmula bautismal no aparece en el Códice Sinaítico del Siglo IV y que no aparecerían en este documento las palabras "Padre" y "Espíritu" para Mateo 28:19. Recordemos que Códex Sinaiticus es, junto con el Codex Alexandrinus y el Codex Vaticanus, uno de los manuscritos de mayor valor para la crítica textual del Nuevo Testamento en su versión griega.

Sin embargo, de un breve análisis del texto del Códice Sinaítico para Mateo 28:19, se puede decir lo siguiente: Es cierto que en el texto no aparece textualmente la palabra "Padre" y "Espíritu", no obstante, el texto incluye dos expresiones vertidas en la modalidad de "nomen sacrum" y que en la práctica corresponden a "Padre" y "Espíritu". Veamos el texto del Códice Sinaítico para Mateo 28:19:


En el texto del Códice Sinaítico es frecuente que los escribas y copistas utilizarán la modalidad de "nomen sacrum" para referirse a ciertos nombres o palabras. Estos nomen sacrum se distinguen e identifican porque sobre las últimas letras se superpone una línea o rayita identificatoria. Note, que para el texto de Mateo 28:19 se utilizaron dos "nomen sacrum": uno que está destacado por sobre la línea roja y que corresponde a ΠΝ que es la abreviatura de "Espíritu", πνευμα en griego (ubicado hacia el final a la derecha de las palabras marcadas en rojo), y el otro por sobre este texto y que corresponde a ΠΡΣ que es la abreviatura de πατρος que significa "padre" en griego.

La misma expresión utilizada para "Espíritu Santo" aparece vertida de la misma manera, es decir con el uso de nomen sacrum en Hechos 2:38 del Códice Sinaítico y sin embargo, no se objeta que ahí, para ese versículo, el nomen sacrum se traduzca como "Espíritu Santo". 

 
 
Texto del Hechos 2:38 del Códice Sinaítico
destacando en azul el nomen sacrum para Espíritu Santo


En la práctica de los escribas cristianos, nomen sacrum corresponde a la abreviación de nombres o títulos que ocurren con frecuencia en los manuscritos griegos de las Santas Escrituras. Un nomen sacrum consiste de dos o más letras procedentes de la palabra original y que va señalado por una línea sobre él.

Metzger lista 15 de tales expresiones procedentes de los papiros griegos: la contraparte griega de Dios, Señor, Jesús, Cristo, Hijo, Espíritu, cruz, padre, salvador, etc. (Bruce Metzger, Manuscripts of the Greek Bible, pp.36-37)

 
Trozo del  Codex Vaticanus que contiene dos nomen sacrum
ΙY y ΘY, representando a Jesus y Dios respectivamente, en un pasaje de Juan 1 (Siglo IV)



Nomen sacrum IC XC, procedentes del griego ΙΗΣΟΥΣ ΧΡΙΣΤΟΣ (Jesús Cristo) La letra sigma C en el griego koiné corresponde a  Σ. Detalle de un ícono del Monasterio Troyano de Bulgaria.
 
Quienes impugnan la correcta traducción de Mateo 28:19 con la consabida fórmula bautismal, se apresuran a señalar que los discípulos no bautizaban "en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo" sino que ellos bautizaban en el nombre de Jesús, tal como está señalado en Hechos 2:38; 8:16; 10:48; 19:5. Si bien, lo anterior no deja de llamar la atención, no prueba que el texto de Mateo 28:19 esté adulterado. 

Por otra parte, estas mismas personas indican que Eusebio, Obispo de Césarea (265 - 339 d.C.) en sus escritos Prueba del Evangelio no reseña la fórmula bautismal cada vez que refiere a Mateo 28:19 sino que concuerda con indicar que el bautismo debe ser en el nombre del Señor Jesús. En a lo menos siete referencias en distintas páginas de su texto de este libro, Eusebio cita Mateo 28:19 y en ninguna hace alusión a la fórmula "el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo" sino que en estas siete referencias el parafrasea las palabras de Cristo diciendo: "Id, y haced discípulos de todas las naciones, bautizándolos en mi nombre". Basados en esto, algunos se adelantan a decir que Eusebio no reseña la fórmula bautismal en ninguno de sus escritos.

Las citas de Eusebio son las siguientes:

(1) Libro III, Capítulo 7, 136 (a-d), p. 157
(2) Libro III, Capítulo 6, 132 (a), p. 152
(3) Libro III, Capítulo 7, 138 (c), p. 159
(4) Libro IX, Capítulo 11, 445 (c), p. 175
(5) Libro I, Capítulo 3, 6 (a), p. 20
(6) Libro I, Capítulo 5, 9 (a), p. 24
(7) Libro I, Capítulo 6, 24 (c), p. 42

¿Qué podemos decir? Es cierto que en esas citas, Eusebio parafrasea las palabras de Cristo y no reseña la consabida fórmula bautismal, pero decir que Eusebio nunca reseñó la fórmula bautismal en sus escritos, es falso.

En otra de sus obras, Contra Hieroclem et Marcellum Libri, tomo 1, sección 1 al 10, Eusebio indica textualmente: "bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo" usando las mismas palabras que aparecen en todas las traducciones de Mateo 28:19 tanto de las versiones en griego, como de las posteriores en lenguas comunes (inglés, alemán, español, francés, etc.). De manera, que Eusebio si reseña en sus escritos la correcta traducción de Mateo 28:19, tal como está vertida en nuestras Biblias actualmente. Esto ocurre en otras ocasiones también en el mismo libro y además en otra de sus obras, Historia Eclesiástica.

Esto puede ser verificado en la reciente traducción de los escritos de Eusebio al inglés que se ha realizado recientemente en 2017 y que indica claramente la fórmula bautismal de mano de Eusebio en la página 77 del libro Los Padres de la Iglesia: Eusebio contra Marcellus y que en inglés traduce lo escrito por Eusebio diciendo: "Go, make disciples of all nations, batizing them in the name of the Father and of the Son and of the Holy Spirit." y que llevado al español es "vayan, hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo". 

Lo anterior, echa por tierra la idea de que Eusebio cita la expresión "en mi nombre" porque era la que originalmente aparecía en los textos que él disponia en su tiempo y que al decir de los detractores de la "fórmula bautismal" no contenían la expresión "en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo" en los manuscritos más antiguos de Mateo 28:19. Sin embargo, Eusebio cita la expresión "en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo" varias veces en sus escritos, lo cual no pudiera haber hecho si entendemos que él nunca vió esa expresión en los manuscritos que él revisó para realizar su propia obra.

Hay quienes a fin de argumentar en contra de la fórmula bautismal, esgrimen documentos católicos o comentarios de la Biblia en versión católica en que se insinúa que el magisterio católico pervirtió la traducción de Mateo 28:19 posterior al Concilio de Nicea, sin embargo, obviando comentarios y textos ajenos al texto bíblico heredado y conservado en manuscritos y códices antiguos y oficialmente reconocidos, no se puede probar que el texto de Mateo 28:19 haya sido corrompido a través del tiempo.

Aún más, hay quienes hacen referencia al texto Hebreo de Mateo de Shem Tob y en, en opinión de los detractores de la fórmula bautismal, se podría ver la corrupción de Mateo 28:19, así como de otros textos.

Sin embargo, en palabras de George Howard en su libro Hebrew Gospel of Matthew, Mecer Univ. Press. Georgia, 1995, p.190 dedicado al estudio del texto Hebreo de Mateo de Shem Tob textualmente dice: "El Libro Hebreo de Mateo de Shem Tob, es el texto más inusual del Primer Evangelio que ahora existe. Contiene un plétora de lecturas que no son encontradas en ninguno de los códides cristianos del Evangelio Griego. Su inusual naturaleza puede ser explicada por el hecho de que experimentó un proceso de transmisión diferente al griego, dado que fue preservado por los judíos, independiente de la comunidad cristiana."

El mismo autor y en el mismo libro (página 178), refiere otra vez respecto a la exactitud del Texto Hebreo de Mateo de Shem Tob diciendo: "Mateo de Shem Tob, tal como se edita arriba, no preserva el original en una forma pura. Refleja contaminación por los escribas judíos durante la Edad Media." 

Siendo así, no es sensato ni apegado a un estricto amor a la verdad, el citar un texto que a juicio de los eruditos refleja contaminación y traducción tendenciosa, para contradecir lo que desde siglos nos vienen entregando los manuscritos y códices debidamente aceptados y reconocidos por la comunidad cristiana.
Hasta que no exista una evidencia más concluyente, lo más sensato es continuar aceptando el texto de Mateo 28:19, tal como está presentado en la Biblia actualmente.

¿EN QUÉ NOMBRE DEBEN BAUTIZAR LOS CRISTIANOS?

Generalmente, quienes hacen esta pregunta, son quienes sostienen la adulteración de Mateo 28:19 y que juntamente indican que el bautismo "en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo" no sólo es incorrecto sino que además es inválido. Sosteniendo que quienes se han bautizado por esta fórmula, no están en realidad bautizados y que debieran bautizarse "en el nombre de Jesús" tal como indica el libro de los Hechos.

En Hechos 2:38, se describe brevemente los pasos necesarios para el bautismo y la recepción del Espíritu Santo: Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo”.

¿Qué significa ser bautizado “en el nombre de Jesucristo”? De manera general, se entiende que hacer algo en el nombre de otra persona es hacerlo por su autoridad y en su nombre, como representante. La Biblia enseña que la Iglesia, y en general los cristianos, actúan en nombre de Dios al impartir los sacramentos, a saber: el bautismo, el matrimonio, la bendición de la comunión, etc.

Bautizar en el nombre de Jesús, indica que el acto realizado se hace como cristianos siguiendo las enseñanzas y el ejemplo que el Señor Jesús nos dejó para compartir con nuestro prójimo (Hechos 8:16; 10:48; 19:5).

Que los cristianos de la iglesia primitiva bautizaran en el nombre de Jesús, no significa necesariamente que se invalide la fórmula de Mateo 28:19, de hecho, la práctica religiosa de la iglesia primitiva no se regía por manuales, catecismos o reglamentos, como sí se hace hoy en día. La práctica del cristianismo primitivo era mucho más libre y espontánea de lo que resulta ser hoy en día, en que cada congregación o grupo religioso busca distinguirse de los demás "por las cosas que pueden o no pueden hacer", mientras que Jesús dijo que el amor de unos con otros, sería lo que habría de distinguir a los verdaderos cristianos (Juan 13:34-35).

Según Mateo 28:19, tanto el Padre como el Hijo y el Espíritu Santo son esenciales en la ceremonia del bautismo. Las tres personas celestiales participan del bautismo, tal como deja ver Mateo 3:16-17. En el bautismo, los cristianos somos bautizados en la muerte de Cristo:

"¿O no sabéis que todos los que somos bautizados en Cristo Jesús, somos bautizados en su muerte? Porque somos sepultados juntamente con él a muerte por el bautismo; para que como Cristo resucitó de los muertos por la gloria del Padre, así también nosotros andemos en novedad de vida." (Romanos 6:3-4) 

Al igual que en el bautismo de Cristo, en el bautismo de cada cristiano participan las tres personas celestiales. "Hay tres personas vivientes en el trío celestial; en el nombre de estos tres grandes poderes - el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo - son bautizados los que reciben a Cristo mediante la fe, y esos poderes colaborarán con los súbditos obedientes del cielo en sus esfuerzos por vivir la nueva vida en Cristo." (Elena G. de White, El Evangelismo, 446).

EL SIGNIFICADO MÁS AMPLIO DE MATEO 28:19

Las palabras de Mateo 28:19 agregan un entendimiento único y más amplio al referirse al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo como tres personas que tienen sin embargo un solo nombre. En Mateo 28:19, el griego por “en” es εἰς y puede significar “dentro” que es la forma apropiada para entenderlo en este contexto. Esto significa que los pecadores son bautizados no sólo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo sino también en íntima comunión con ellos (Juan 17:21-23). Esto implica que antes de llegar al punto del bautismo, la persona ha aprendido a través del estudio de la Biblia, primero acerca de Dios el Padre, su Hijo y el Espíritu Santo. Luego, por medio del bautismo, la persona entra en una relación personal con Dios el Padre, y el Hijo, y el Espíritu Santo, recibiendo así el bautismo “en el nombre" de ellos.

¿Por qué Mateo 28:19 dice "en el nombre" y luego menciona a tres personas o da tres referentes para ese nombre? Algunos autores sostienen que en el estilo clásico del primer siglo la expresión "en el nombre" era a menudo utilizada en el ámbito legal o como un término legal. Esta expresión es encontrada en antiguos documentos legales que registraban la transferencia de propiedades.Si alguien compraba algún terreno o tierra, un título de transferencia debía ser firmado para que una determinada propiedad quedaba bajo o εἰς τὸ ὄνομα - en el nombre - de un  nuevo dueño.

Cuando Jesús ordenó a sus discípulos que predicaran el evangelio a toda criatura y "bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo", les estaba encomendando que los bautizaran bajo la autoridad y protección de Dios. Los bautizados en el nombre son, pues, objeto de una transferencia de propiedad: "del reino de las tinieblas a su luz maravillosa". Este mismo lenguaje se usa en Hechos 2:38 cuando Pedro ordenó a los presentes que fueran bautizados ἐν τῷ ὀνόματι - en el nombre de - por la autoridad y protección de Jesucristo. 

Ser bautizado en el nombre de alguien implica una dependencia profesa de él y una sujeción a quien representa ese nombre; ser bautizados, por lo tanto, en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, implica una dependencia profesa en relación a estas tres personas divinas, y una entrega de nosotros mismos a ellos como adoradores y siervos. Esto es apropiado y obvio, en relación al misterio de la unidad de tres personas iguales en la unidad de Dios.

Gramaticalmente, es natural ver la frase preposicional "en el nombre" como siendo aplicada a los tres términos de manera independiente. En el nombre [εἰς τὸ ὄνομα] del Padre, y en el nombre del Hijo y en el nombre del Espíritu Santo o sea εἰς τὸ ὄνομα τοῦ πατρὸς καὶ τοῦ υἱοῦ καὶ τοῦ ἁγίου πνεύματος.

¿HAY MOTIVO PARA UNA CONTROVERSIA?
 
¿Debemos ser bautizados sólo en el nombre de Jesús o en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo? ¿Son dos fórmulas diferentes para el bautismo cristiano? ¿Son fórmulas excluyentes? 

No, de ninguna manera. Las personas que insisten en que hay diferencia entre bautizar "en el nombre de Jesús" o "en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo" sólo buscan crear más divisiones entre los cristianos de las que ya hay y que no son pocas ni menores. 

 
Recordemos que Jesús oró para que los cristianos fuera uno: "Para que todos sean una cosa; como tu, oh Padre en mí, y yo en tí, que también ellos sean en nosotros una cosa: para que el mundo crea que tú me enviaste". Luego, continúa diciendo: "para que sean una cosa, como también nosotros somos una cosa". 

Según se desprende y comprende de estas palabras: ser bautizado en el nombre de Cristo, es ser bautizado en el nombre del Padre, y también del Espíritu Santo, ya que ellos son consumadamente una sola cosa. No hay división, entre ellos. Es más Jesús mismo declara: "Yo y el Padre una cosa somos" (Juan 10:30).

La fórmula "en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo" y la fórmula "en el nombre de Jesús" son una y la misma cosa. La división y disensión sobre este tema, sólo está en la mente de quienes no buscan la unidad, sino la división cristiana.

Ser bautizado en el nombre de Jesús, es ser bautizado en el nombre del Padre. A quiénes buscan dividir a ambos viene bien leer Juan 14:10: "¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí?" y Juan 10:11: "Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí". 
 
 
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