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  Romanos 10:4 ¿Es Cristo el fin de la ley?
 


"Porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree"
Romanos 10:4

Algunas corrientes dentro del cristianismo, enseñan que Jesús terminó con la ley de los Diez Mandamientos y con el fin de sostener esta enseñanza señalan el siguiente enunciado: "Cristo es el fin de la ley" que es un parafraseo de la verdadera enseñanza de la Biblia: "El fin de la ley es Cristo(Romanos 10:4).

Con la traducción "Cristo es el fin de la ley" se oscurece el sentido bíblico de Romanos 10:4 en que 
el apóstol Pablo escribió: “porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree”. Aunque pareciera un simple intercambio de palabras, lo cierto es que en realidad corresponde a un cambio en el sentido de la oración. La sentencia "Cristo es el fin de la ley" orienta a pensar que Jesús terminó con la ley o vino a poner término a la ley. Sin embargo, la traducción "el fin de la ley es Cristo" trasluce la idea de que Cristo es el objetivo o fin último de la ley: "para justicia a todo aquel que cree".

La idea de que Jesucristo abolió la ley de Dios, está en completa oposición a la declaración de principios de Jesús quien dijo: “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino para cumplir. Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido” (Mateo 5:17-18).


EL VERDADERO ORDEN DE LA SENTENCIA DE ROMANOS 10:4

¿Cómo dice en verdad la sentencia de Romanos 10:4?  ¿"Cristo es el fin de la ley" o "el fin de la ley es Cristo"?

Veamos el texto griego:
 

τέλος γὰρ νόμου Χριστὸς εἰς δικαιοσύνην παντὶ τῷ πιστεύοντι. 

El orden en que está dado el texto dice claramente: "Porque el fin de la ley es Cristo para justicia a todo el que cree". 

La expresión 
γὰρ significa "porque" y la palabra que le antecede es τέλος que significa "fin", seguida por νόμου que significa "de la ley" y el sustantivo Χριστὸς. En griego, cuando una palabra antecede a γὰρ se lee en español después de ella, de modo que en la traducción al español se traduce τέλος después de γὰρ, quedando: "el fin de la ley es Cristo" y no de otra forma.

¿Qué importancia tiene todo esto del orden de las palabras? Sencillamente que si se usa la expresión "Cristo es el fin de la ley" se refuerza la idea de que Jesús terminó con la ley ya que la palabra fin parece adquirir la acepción de final, conclusión o término. Sin embargo, cuando se usa la expresión τέλος tal como está vertida en la Biblia "El fin de la ley es Cristo", la palabra fin puede llegar a adquirir la acepción de "objetivo", "propósito" o "finalidad", asignándole al versículo un significado distinto y que es el que en verdad tiene según se desprende posteriormente del contexto.

¿Cómo se traduce el texto en las distintas versiones de la Biblia? Si bien no son pocas las traducciones de la Biblia que traducen "Cristo es el fin de la ley", anteponiendo en el enunciado a Cristo y después mencionando a la ley dando la idea de término, final o conclusión, también hay varias traducciones que vierten el texto tal como está expresado en griego, a saber: "el fin de la ley es Cristo", tal es el caso de las siguientes traducciones:

"Porque el fin de la ley es Cristo" (Versión Reina - Valera de 1909)

"Porque el fin de la ley es Cristo" (Versión Reina - Valera de 1960)

"Porque el fin de la ley es Cristo" (Versión Reina Valera Gómez)

"Porque el fin de la ley es Cristo" (Versión Biblia Jubileo 2000)

"Porque el fin de la ley es Cristo" (Versión Sagradas Escrituras 1569)

Note que además otras versiones de la Biblia confirman la interpretación antes planteada, en el sentido de que la palabra
 τέλος significa en el contexto de Romanos 10:4 "propósito" "objetivo" o "finalidad":

"Porque el propósito de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree" (Biblia Textual, Segunda Edición, 1999)

"Porque la ley lleva a Cristo, y es entonces cuando por la fe se llega a ser justo" (Biblia Latinoamericana, 1995)

"Porque la meta a la que el Tanaj (Ley) apunta es el Mashiaj (Cristo), quien ofrece justificación a todos los que confían". (Kadosh Israelita Mesiánica) 

EL USO DE LA PALABRA τέλος EN EL NUEVO TESTAMENTO

El uso que se le da a la palabra τέλος "en Romanos 10:4 no es exclusivo de este texto ni tampoco es antojadizo, ya que esta misma palabra griega bajo la acepción de "meta", "propósito", "objetivo", "finalidad" o "resultado" es usada de la misma manera en textos como: Mateo 26:58; Romanos 6:21-22; 1 Timoteo 1:5; Santiago 5:11, 1 Pedro 1:9.

"Realmente, el (τέλος) objetivo de este mandato es amor procedente de un corazón limpio, y de una buena conciencia y de fe sin hipocresía" (1 Timoteo 1:5, Versión del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras) 

""Pero, Pedro fue siguiéndolo de lejos, hasta el patio del sumo sacerdote, y, despues de entrar, se quedó sentado con los servidores  de la casa para ver el 
(τέλος) resultado." (Mateo 26:58, Versión del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras)

“Pero el 
(τέλος) propósito de nuestra instrucción es el amor nacido de un corazón puro…” (1 Timoteo 1:5, La Biblia de las Américas)
 

Es claro que si bien la palabra en estudio puede significar "término" o "culminación"  según el Mounce’s Complete Expository Dictionary of Old and New Testament Words, también es cierto que los mismos diccionarios de griego reconocen que 
τέλος puede, de acuerdo al contexto, significar "meta", "objetivo" o "propósito" como indica el Vine’s Complete Expository Dictionary of Old and New Testament Words.

El Léxico Griego - Español de Alfred Tuggy recomienda la traducción de "meta", "objetivo" o "propósito" para la palabra τέλος en Romanos 10:4. 

De modo, que la acepción correcta a utilizar la define el contexto, en el caso de Romanos 10:4 el contexto del versículo en su capítulo y libro y finalmente en el contexto de toda la Biblia.
 
¿ES CRISTO EL FIN DE LA LEY DE DIOS?
 
La sentencia o el enunciado de Romanos 10:4 no significa que Jesús terminó con la ley de Dios. La palabra "fin" en el griego bíblico, en que se escribió en su mayoría el Nuevo Testamento, aportaba dos acepciones para la palabra "fin" (τελον en griego). Una de estas acepciones es: "termino" o "conclusión". Sin embargo, hay otra acepción, la de “propósito”, “objetivo” o “meta”. 

¿Cuál de estas acepciones es correcto usar en Romanos 10:4?  La de "propósito", "objetivo" o "meta", ya que el apóstol Pablo, quien escribió estas palabras más allá de decir que el fin de la ley es Cristo, indica que esto es para justicia a todo aquel que cree. En otras palabras, el propósito de la ley es llevarnos a Cristo, para que el que cree en él, alcance justicia.

El fin de la ley, como propósito, es que el hombre reconozca sus pecados, ya que "el pecado es transgresión de la ley" (1 Juan 3:4) y que una vez que reconozca sus pecados, alcance el arrepentimiento. Una vez arrepentido, la persona sincera buscará a Cristo para perdón de sus pecados y para alcanzar la justificación y santificación en Cristo, la justicia de Cristo. De esta manera, "el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree" (Romanos 10:4).

Siendo así, el objetivo o propósito de la ley es llevarnos a Cristo para alcanzar justicia. Alcanzar la justicia de Cristo no sólo implica alcanzar el perdón de los pecados por medio de su sacrificio (la justificación), sino también por medio de Cristo lograr vivir una vida nueva en justicia y ya no más en el pecado (la santificación) guardando todos los mandamientos de Dios, incluido el sábado. 



La correcta traducción de Romanos 10:4 debiera ser de acuerdo al contexto del pasaje y de toda la Biblia, así como de acuerdo a las enseñanzas de Jesús el siguiente: "El propósito de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree", en otras palabras, la ley al declararnos el pecado de nuestra vida nos insta a buscar un Salvador y ese Salvador es Cristo. Recuerde que todo doctrina, idea o teoría sobre la Biblia debe estar de acuerdo a Isaías 8:20.

LA LEY DE DIOS NO TERMINÓ CON CRISTO

Los cristianos nunca pensaron que con la muerte de Cristo quedaba anulada la Ley de Dios. De hecho, los discípulos seguían guardando los Diez Mandamientos aún después de la muerte de Jesús, tal como queda absolutamente demostrado en Lucas 23:54-56 en que se aprecia claramente que los discípulos cristianos guardaron el sábado aún después de la crucifixión de Cristo. 

Mucho tiempo después de la muerte de Cristo, el apóstol Pablo declara que la Ley de Dios debe ser obedecida por los cristianos y llama a establecer la Ley de Dios (Romanos 3:31)

El apóstol Santiago muchos años después de la muerte de Cristo llama a los cristianos a ser "hacedores de la palabra", aquella palabra escrita en la ley. ¿A qué ley se refiere el apóstol? Indudablemente a los Diez Mandamientos (Santiago 1:22-25, 2:10-12).

El apóstol Juan señala que el amor a Dios se traduce en la observancia de sus mandamientos. Esto lo dice decenas de años despúes de la muerte de Cristo (1 Juan 5:3).

En el libro de Apocalipsis, el mismo apóstol Juan declara que el pueblo de Dios del último tiempo, la Iglesia, se distinguirá de cualquier otro contingente que profese el cristianismo porque guarda los mandamientos de Dios (Apocalipsis 12:17, 14:12). 

A la luz de toda esta evidencia bíblica, es claro que quienes enseñan que la Ley de Dios, los Diez Mandamiento terminaron con Cristo, están enseñando un error manifiesto y que no evidencia ninguna lógica dentro de la Biblia.

 
JESÚS Y LA LEY 

"Estudiad la Palabra de Dios con oración. Esa Palabra os presenta, en la ley de Dios y en la vida de Cristo, los grandes principios de la santidad, sin la cual "nadie verá al Señor'. (Hebreos 12: 14) Convence de pecado; revela plenamente el camino de la salvación. Prestadle atención como a la voz de Dios que os habla." (El Camino a Cristo, pág. 34)

Jesús declaró que no vino para terminar con la ley sino que vino a cumplir la ley para darnos ejemplo. Declaró que la ley es eterna e inmutable y que es la norma del juicio. El dijo: "No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas: no he venido para abrogar sino a cumplir. Porque de cierto os digo, que hasta que perezca el cielo y la tierra, ni una jota ni un tilde perecerá de la ley, hasta que todas las cosas sean hechas. De manera que cualquiera que infringiere uno de estos mandamientos muy pequeños, y así enseñare a los hombres, muy pequeño será llamado en el reino de los cielos: mas cualquiera que los hiciere y enseñare, éste será llamado grande en el reino de los cielos." (Mateo 5:17-19)

"En la vida del Salvador quedaron perfectamente ejemplificados los principios de la ley de Dios: el amor a Dios y al hombre." (El Camino a Cristo, página 16)

Jesús enseñó que si queremos entrar en la vida eterna es necesario, de todo punto de vista, la observancia de sus mandamientos (Mateo 19:16-17; Lucas 10:25-28).

 
 
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