"Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo"
2 Corintios 5:19
La Biblia, una y otra vez exalta la persona de Jesucristo como aquel que representa la más sublime expresión del amor de Dios por el hombre al proveer amorosamente un sacrificio por el pecado de la humanidad y a fin que aquellos que acepten el ofrecimiento, no se pierdan, más tengan vida eterna (Juan 3:16). Jesucristo es el mayor don o regalo de Dios para el hombre, el texto dice: "De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él crea, no se pierda, más tenga vida eterna".
Sin embargo, una de las verdades más sorprendentes y sobrecogedoras de la Biblia es que Dios no sólo proveyó un sacrificio a través de su Hijo para salvar a la humanidad condenada por la transgresión, sino que él mismo se entregó, se dio y sacrificó en Cristo, para morir por el pecador. El Creador vino a morir por sus criaturas. Dios no proveyó que un tercero, su Hijo, viniese a morir por el pecador, porque en verdad "Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo".
¡Sí! Dios murió y se entregó a sí mismo en Cristo para redimir al hombre y salvar a la humanidad de la muerte como resultado del pecado. Esta es una verdad que no muchos entienden completamente y al no hacerlo, no comprenden completamente el amor de Dios por nosotros.
Si bien muchos creen que Dios entregó a su Hijo para que muriera por la humanidad pecadora, no muchos llegan a comprender que en realidad Dios se entregó a sí mismo en la persona del Hijo, para venir a morir por el pecador. Esta es la verdad conmovedora que nos deja ver 2 Corintios 5:19. "Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo".
¿Cómo puedo ser esto? ¿No fue acaso el Hijo quien murió en la cruz? Si, fue Jesús el Hijo, quien murió en la cruz. Sin embargo, la Biblia nos enseña que el Padre y el Hijo son una y la misma cosa, el mismo Dios (Juan 10:30). Si bien el Padre y el Hijo son dos personas distintas, comparten tal unidad que es imposible definir una separación entre ellos. Hablando de esta misteriosa e incomprensible unidad Jesús dijo: "El Padre y yo, una cosa somos" o "somos uno". Otras versiones dicen "somos una y la misma cosa", entendiéndose que esto significa uno y el mismo Dios. Sobre esta misteriosa unidad también habló Jesús en Juan 17:10-11, 21-22.
¿Qué quiso decir Jesús cuando expresa que él y el Padre son una cosa o una misma cosa? Vea Juan 14:7-11. ¿Qué quiso decir Jesús con estas palabras? ¿Qué él y el padre son una misma persona? No, definitivamente no. Eso no lo enseña la Biblia. La Biblia enseña que Jesús y el Padre son una misma cosa (Juan 10:30; 17:22). Son dos personas distintas en la individualidad, pero una misma cosa en la unidad. ¿Cómo expresa Jesús esta verdad? Diciendo: "como tu, oh Padre en mí, y yo en tí" (Juan 17:21). El Padre y el Hijo son una y la misma cosa, de manera que Jesús dice: "El que me ha visto ha visto al Padre" (Juan 14:9). Y otra vez: "Yo soy en el Padre, y el Padre en mí". ¿Cómo es esto? Jesús explica: "el Padre que está en mí" (Juan 14:10). ¿Qué significa esto? Jesús explica: "Yo soy en el Padre, y el Padre en mí" (Juan 14:11).
¿DIOS EN CRISTO O MEDIANTE CRISTO?
La Versión del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras, una versión particular de la Biblia emitida por la Sociedad WatchTower, oscurece el verdadero significado de 2 Corintios 5:19 y en vez de traducir: "Dios estaba en Cristo", vierte el texto como "Dios mediante Cristo estaba". Con esto, da la idea que Dios mediante Cristo proveyó un sacrificio por el pecado de la humanidad, pero siendo ajeno a aquel sacrificio y no participando directamente de él sino que nada más proveyendo la vida de su Hijo por rescate de la humanidad caída. Sin embargo, la Biblia enseña que Dios, el Padre, no sólo proveyó un rescate por medio de la muerte de Cristo, sino que él mismo estaba muriendo en Cristo y dando su propia vida por el pecador. "Dios estaba en Cristo reconciliando el mundo consigo". Recuerde que no se puede separar al Padre del Hijo, porque ambos "son una y la misma cosa". No hay separación entre el Padre y el Hijo. Jesús dice: "El que me ha visto, ha visto al Padre". Figuradamente, el que crucifica al Hijo, crucifica al Padre porque Jesús dice: "El Padre y yo, una cosa somos" (Vea 1 Corintios 2:8 y compare con Salmo 24:7-10).
¿Murió el Padre en la persona del Hijo? ¡Sí! Vea Zacarías 12:10 y 2 Corintios 2:7-8.
Siguiendo una correcta traducción de 2 Corintio 5:19 prácticamente todas las versiones fieles de la Biblia traducen: "Dios estaba en Cristo". Sorprendentemente, sólo una versión traduce: "Dios mediante Cristo estaba" y esa es la Versión del Nuevo Mundo de las Santas Escrituras tanto en la versión de 1967, 1987 como en la última versión de 2019. ¿Cómo dice en verdad el versículo?
Tenemos que decir que en este texto en griego dice: θεὸς ἦν ἐν Χριστῷ que literalmente se traduce "Dios estaba en Cristo" y no como traduce la Traducción del Nuevo Mundo: "Dios mediante Cristo estaba" destruyendo completamente el verdadero significado del texto. En el texto bíblico griego no aparece la palabra "mediante" y por otra parte la Versión del Nuevo Mundo eliminó la palabra "en" tergiversando completamente el correcto significado del texto y anteponiendo lo que ellos quieren entender del texto y no lo que el texto dice.
θεὸς ἦν ἐν Χριστῷ la traducción del texto es sencilla y se deja ver a simple vista. Dios estaba (ἦν) en Cristo. El texto no da lugar a otra traducción y no permite adición de otras palabras ni requiere eliminar la palabra "en".

Cuando se lee la versión The Kingdom Interlinear Translation of the Greek Scriptures, editado por la WatchTower Society, vemos que el texto en inglés que traduce directamente del griego dice: "God was in Christ", que traducido es "Dios estaba en Cristo". Esa sentencia, no se puede traducir "Dios mediante Cristo estaba", insertando la palabra "mediante" que no aparece en modo alguno en el texto y además, mutilando el texto al eliminar la palabra "en" de la sencilla sentencia que dice: "Dios estaba en Cristo". Por otra parte, el sustantivo Cristo en el texto griego se ubica después del verbo ser en pasado y no antes como traduce la Versión del Nuevo Mundo.
La idea de una buena traducción bíblica es traducir fielmente lo que dice el texto y no lo que yo entiendo o quiero entender del texto. Esa es la diferencia entre una traducción fiel y una traducción libre y que es de mucho menor confianza para quien desea saber realmente lo que quiere enseñar la Biblia y no una determinado corriente dentro del cristianismo.
El texto bíblico de 2 Corintios 5:19 es directo y muy claro
y no permite una traducción imprecisa
Una autora refiere lo siguiente: "Dios, en Cristo, se dio a sí mismo por nuestros pecados. Sufrió la muerte cruel de la cruz, llevó por nosotros el peso del pecado, 'el justo por los injustos', para revelarnos su amor y atraernos hacia él." (Elena G. de White, El Discurso Maestro de Jesucristo, pág. 106-107)