MUNDO Y RELIGION - M&R
   
  MUNDO Y RELIGIÓN - M & R
  Juan 1:1 Jesucristo: ¿Dios o un dios?
 


 "En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios,
y el Verbo era Dios"
(Juan 1:1) 


Uno de los textos bíblicos que ha generado mayor controversia en el mundo de la cristiandad respecto a su correcto significado es Juan 1:1.

Si bien la mayoría de las personas que profesan el cristianismo acepta que Jesús es verdadero Dios, así como también fue verdadero hombre, hay quienes, dentro de la propia cristiandad, niegan la divinidad de Cristo y aunque la Biblia indica que Jesús es verdaderamente Dios, lo relegan al estatus de "un dios" inferior, negando su naturaleza, esencia y autoridad como el Dios único y verdadero que adoran todos los cristianos.

Quienes niegan la naturaleza, esencia y autoridad de Jesús como Dios verdadero, indican en cambio que Jesús es un "dios menor", "un dios inferior" y no el Dios Todopoderoso de la Biblia y a fin de sostener dicha argumentación traducen Juan 1:1 de manera particular y diferente a como es traducido en la mayoría de las traducciones de la Biblia. Siendo así, en el tercer enunciado o claúsula de Juan 1:1 traducen el sustantivo "Dios" con minúscula antecedido por el árticulo indefinido "un" y escrito además con minúscula, vertiendo en consecuencia el original en la traducción "un dios" y rebajando de esta manera a Jesús a la categoría de un dios inferior al Padre, un dios menor. 
Esta discrepancia no exenta de importancia, deja ver que no existe un consenso general entre quienes profesan el cristianismo respecto a quién era en verdad Jesús de Nazaret.

Frente a esta situación contradictoria, cabe preguntar:
 ¿Quién era verdaderamente Jesús de Nazaret? ¿Es Jesús en realidad un dios inferior y que no debe ser adorado por los cristianos?  ¿Si Jesús es en verdad "un dios menor" significa esto que los cristianos aceptan la existencia de dos dioses dentro de su culto y religión?

Más allá de rastrear la historia de este dilatado debate es importante que nos preguntemos: ¿Qué dice la Biblia al respecto? ¿Se refiere la Biblia a Jesús como Dios? 

La respuesta es sí y la evidencia más clara y concisa se encuentra justamente en el texto de Juan 1:1 donde se lee: "En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios"

"Y el Verbo era Dios", esto debiera ser suficiente para responder respecto a la divinidad de Cristo. Aquí la Biblia y específicamente el Nuevo Testamento, dice que Jesús, el Verbo, era Dios. No obstante, los detractores de esta enseñanza alegan que en este pasaje de Juan 1:1, vertido originalmente en griego, no dice que Jesús era Dios, sino tan sólo "un dios", una especie de "dios menor" y en subordinación al verdadero Dios de la Biblia, el Padre. ¿Qué dice realmente este pasaje de la Biblia en griego? Veamos.

Ἐν ἀρχῇ ἦν  λόγος, 
καὶ  λόγος ἦν πρὸς τὸν θεόν, 
καὶ θεὸς ἦν  λόγος. 

Para una mejor comprensión del texto, quienes se han dedicado a estudiar la correcta traducción de Juan 1:1 dividen el versículo en tres enunciados o tres claúsulas, a saber:

Claúsula 1





Claúsula 2





Claúsula 3 



Las primeras dos claúsulas no son discutidas mayormente, aunque hay algunas diferencias de opinión respecto al concepto de "principio" de la claúsula 1 y la relación de Jesús (el Verbo) con Dios en la claúsula 2, sin embargo, la claúsula 3 es actualmente ampliamente discutida.
 
ALGUNOS DETALLES SOBRE EL GRIEGO KOINÉ

En el griego koiné en que se escribió el Evangelio de Juan no existe el artículo indefinido "un" o "una" de manera que al momento de traducir del griego a otro idioma en que si existe el artículo indefinido, éste se asume cuando el sustantivo no va precedido del artículo definido "el" o "la". Siendo así, existe una regla general que indica que cuando un sustantivo no es precedido por el artículo definido, se entiende que debe ser traducido como siendo antecedido por el artículo indefinido y aunque en griego no existe artículo indefinido, al ser traducido al español por ejemplo, irá antecedido por el artículo "un" o "una". 

De esta manera, la expresión griega ὁ θεὸς  se traduce "Dios" o "el Dios" porque la palabra Dios va antecedida por el artículo definido. Sin embargo, si la palabra θεὸς no va precedida del artículo  definido debe traducirse "un Dios", entendiéndose que al ser traducida a otro idioma debe ir antecedida por el artículo indefinido "un" o "una".

Según este razonamiento, algunas personas argumentan que si en Juan 1:1 claúsula tres el sustantivo "Dios" no lleva artículo definido, entonces se le debe anteponer el artículo indefinido "un" o una" en su traducción al español y en este caso debe ser traducido como "un dios". Sin embargo, esta regla no es aplicable en todo los casos ya que esto depende de la función que el sustantivo cumpla en la oracion y de la posición que éste ocupa en la misma. En el griego koiné, al igual que en español, las palabras cambian de forma de acuerdo a su función en la sintaxis de la oración y esto se ve claramente al observar que en el mismo texto de Juan 1:1 el sustantivo Dios lleva artículo definido en la claúsula dos y sin embargo, no lleva artículo definido en la claúsula tres. 
 


En la imagen se ve claramente que el sustantivo "Dios"  va antecedido por el artículo definido en la segunda cláusula de Juan 1:1, sin embargo no lleva artículo en la claúsula tercera.


En el texto de Juan 1:1 se dan varias situaciones que es necesario tener en cuenta. Primero, es necesario aclarar que en las tres claúsulas el sujeto de cada oración es el Verbo (
λόγος), mientras que el sustantivo "Dios" (θεόν o θεὸς) es parte del predicado en la segunda y tercera claúsula. Ambos sustantivos tanto en la claúsula dos y tres van unidos por el verbo ser en pasado produciéndose la cópula de dos sustantivos unidos el verbo ser en pasado. Una característica importante de destacar es que mientras el sustantivo Dios va antecedido por el artículo definido en la segunda claúsula, esto no ocurre en la tercera claúsula.

En los casos presentados en Juan 1:1 aplica la sabida regla gramatical conocida como la "Regla de Colwell" y que establece lo siguiente: "En oraciones en las cuales la cópula es expresada, un predicado definido nominativo tiene el artículo cuando este sigue al verbo y no tiene el artículo cuando este precede al verbo."

Esta regla se cumple en Juan 1:1 ya que en la claúsula dos, el sustantivo Dios tiene artículo definido porque sigue el verbo, sin embargo, en la claúsula tres el sustantivo Dios no tiene artículo definido porque antecede al verbo, sin embargo, esto no lo convierte en indefinido y en consecuencia, el sustantivo Dios puede ser considerado como definido a pesar de no tener artículo siguiendo la consabida Regla de Colwell.

Ahora bien, ¿Cómo se debe entender entonces el sustantivo que precede al verbo como en la claúsula tres de Juan 1:1?

La misma regla de Colwell indica lo siguiente: "Un predicado nominal que precede al verbo no puede ser traducido como nombre indefinido o ‘cualitativo’ solamente debido a la ausencia del artículo; si el contexto sugiere que el predicado es definido, debe traducirse como nombre definido a pesar de la ausencia del artículo."

Efectivamente, frente a una estructura gramatical como la que se observa en la tercera claúsula de Juan 1:1, el sustantivo Dios que es parte del predicado y que antecede al verbo ser y no tiene artículo: "
no puede ser traducido como nombre indefinido o ‘cualitativo’ solamente debido a la ausencia del artículo; si el contexto sugiere que el predicado es definido, debe traducirse como nombre definido a pesar de la ausencia del artículo."  En otras palabras y siguiendo esta regla, el sustantivo Dios de la claúsula tres de Juan 1:1 se debe traducir como entendiendo a Dios en toda su magnitud y conforme a todos sus atributos, ya que el contexto sugiere que el Verbo, es decir Jesús, es Dios consustancial con el Padre, tal como el mismo dijo en Juan 10:30.
 
Correctamente traducido y entendido el predicado sin artículo de Juan 1:1 claúsula tres, informa sobre la naturaleza del Verbo, no como "un dios" menor, sino como el propio Dios creador de todas las cosas, aspecto que es aclarado en los versículos siguientes del primer capítulo del Evangelio de Juan en el versículo 3, que es parte del contexto de Juan 1:1. Jesús es el Dios del Génesis que creó todas las cosas, lo mismo que informa Colosenses 1:16. ¿Quién creó todas las cosas según la Biblia? Dios. ¿Y quién es ese Dios Creador según el Nuevo Testamento? Jesús, el Verbo.

Es por esto y que para tener mayor seguridad de la correcta traducción de Juan 1:1 que frente a la duda de cómo traducir la claúsula tres de Juan 1:1 ya sea como definido, cualitativo o indefinido, se debe apelar al contexto del texto en estudio. Siendo así, la mayoría de las traducciones de la Biblia y en este caso del Nuevo Testamento traducen Juan 1:1 de manera natural como "Y el Verbo era Dios", que es la forma correcta de acuerdo al contexto y aplicando la Regla de Colwell.

Se da el caso que algunas traducciones, ignorando la Regla de Colwell, traducen el texto como : "Y el Verbo era divino", asignando al sustantivo Dios un carácter cualitativo y transformando además el sustantivo "Dios" en el adjetivo "divino" lo cual evidentemente altera el claro sentido del texto y constituye una adulteración de lo que en verdad escribió el apóstol Juan, ya que el no escribió "divino" sino "Dios". Por otra parte, si se le da al sustantivo "Dios" el carácter de cualitativo, tendríamos necesariamente que aceptar que "El Verbo era Dios", asumiendo el sustantivo "Dios" como una cualidad del Verbo y cuál es esa cualidad, sencillamente que "El Verbo era Dios",es decir, el Verbo era Dios en toda su naturaleza, esencia y autoridad.

Ahora bien, es cierto que cuando en una oración el predicado se antepone al verbo y no lleva artículo definido, puede llegar incluso a adquirir caracter cualitativo. Para el caso de Juan 1:1 claúsula tres y si fuera el caso cualitativo, el predicado indicaría que el Verbo posee la naturaleza de Dios o que posee las cualidades de Dios, la misma naturaleza de Dios. No obstante, asignar carácter cualitativo a la expresión Dios en Juan 1:1 claúsula tres transformando el texto en: "Y el Verbo era divino", no sólo es una adulteración del texto original sino que, indudablemente le resta fuerza al texto y rebaja el sustantivo "Dios" a una mera cualidad divina no siendo ésta la mejor traducción ya que si Juan el apóstol hubiese querido expresar una cualidad del Verbo habría escrito directamente que el Verbo era divino. Sin embargo, Juan escribió textualmente que el Verbo era Dios. El segundo enunciado de la regla de Colwell dice que para el caso en estudio de Juan 1:1 el texto: "debe traducirse como nombre definido a pesar de la ausencia del artículo" o sea debe traducirse como "Dios" apelando al contexto de Juan capítulo 1 en que se indica que Jesús, el Verbo es el Dios creador de Génesis capítulo 1, al contexto de todo el libro de Juan en que repetidas veces se cita pasajes en que se presenta la divinidad de Cristo (Juan 8:12; 8:58-59; 10:14; 10:30) y en el contexto de toda la Biblia, en que se presenta a Jesús como la encarnación del Dios del Antiguo Testamento (Isaias 9:6; 1 Timoteo 3:16).

No se puede traducir "Y el Verbo era divino" porque no fue eso lo que escribió Juan. El apóstol escribió "Y el Verbo era Dios", no como una declaración cualitativa sino como una declaración identificativa, el Verbo era Dios y no que tenía una cualidad divina ya que la palabra Dios no es un adjetivo calificativo, sino un sustantivo de donde la expresión "Y el Verbo era Dios" comprende un sujeto, que es el Verbo y un predicado nominal con el sustantivo "Dios" que busca identificar al Verbo como Dios.
 

Por otra parte, la propuesta infantil de traducir la palabra "Dios" que se refiere a Cristo en Juan 1:1 con minúscula, no soporta ningún análisis ya que es totalmente antojadiza. En el griego koiné de la época de Cristo todas las palabras se escribían en mayúscula y en consecuencia la palabra Dios de Juan 1:1 claúsula tres está escrita con mayúscula y el escribirla con minúscula, desatendiendo el contexto, es totalmente arbritrario y antojadizo, además de falto a la verdad.

Aún de manera más alejada del texto, otras traducciones vierten el versículo como "Y el Verbo era un Dios", asignando al sustantivo Dios un artículo indefinido que no corresponde de acuerdo al contexto e ignorando la Regla de Colwell.
 
Al respecto se puede referenciar la siguientes opiniones de reputados estudiosos de la Biblia y del griego koiné en que fue vertido Juan 1:1:
 

* El Dr. J. R. Mantey: "No es erudito ni razonable traducir Juan 1:1 como 'La Palabra era un dios'"

* El Dr. Bruce M. Metzger de Princeton (Profesor de Lenguaje y Literatura del Nuevo Testamento): "Como cuestión de hechos sólidos, sin embargo, esa tendencia es un terrible error de traducción. Se pasa por alto totalmente una norma establecida de la gramática griega que requiere la forma "... y el Verbo era Dios."

* El Dr. Samuel J. Mikolaski de Zurich, Suiza: "Es monstruoso traducir la frase como 'y la palabra era un dios'"
 
* Dr. William Barclay de la Universidad de Glasgow, Escocia: "Juan 1,1 es traducido:"la Palabra era un dios." Una traducción que es gramaticalmente imposible." 
 
* Dr. Philip B. Harner de la Universidad de Heidelberg: "En la forma que Juan uso, la palabra TEOS esta colocada al principio para énfasis (lo cual descarta por completo la traducción 'un dios')."
 
* Dr. B.F. Westcott : "El predicado (Dios) sobresale enfáticamente primero, como en Juan 4,24. Necesariamente no tiene el articulo... No se sugiere inferioridad de naturaleza por esta forma de expresión, la cual sencillamente afirma deidad verdadera de la Palabra... en la tercera cláusula se declara que 'la Palabra' es 'Dios' y de ese modo se le incluye en la Deidad."
 
* Dr. J.J. Griesbach: "Son tan numerosos y claros los argumentos y testimonios de la Escrituras a favor de la verdadera deidad de Cristo, que apenas puedo imaginar como, reconociendo la autoridad divina de la Escritura y con respecto a las reglas justas de la interpretación, puede esta doctrina ser puesta en duda por hombre alguno. Especialmente el pasaje de Juan 1,1-3 es tan claro y tan superior a toda excepción, que ningún esfuerzo, ya sea de comentadores o de críticos, puede arrebatarlo de las manos de los defensores de la verdad."

Interesantemente, cuando en una ocasión se solicitó a unas personas griegas de origen, que tradujeran el texto de Juan 1:1 del griego koiné al inglés, estas personas tradujeron sin mayor problema: "In the beginning was the Word, and the Word was with God, and the Word was God." ("En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios"). Al ser consultados, si era posible que la tercera estrofa del texto fuera traducido como "el Verbo era un dios", ellos contestaron enfáticamente que no.

ALCANCES SOBRE LA FORMA EN QUE JUAN
ESCRIBIÓ EL PRIMER VERSÍCULO DE SU EVANGELIO 
La construcción poética de Juan 1:1

La forma poética y singular en que está vertido Juan 1:1 hacía que fuera utilizado en su conjunto como un canto (muy posiblemente antifonal) que se utilizaba en las reuniones de la Iglesia cristiana primitiva. Un canto cristiano basado en Juan 1:1 que celebraba la preexistencia del Verbo, su interacción con Dios y su identidad como Dios. Los tres enunciados de Juan 1:1 son de especial belleza, puesto que cada claúsula en griego, termina con la misma palabra con que comienza la siguiente: "En principio era la Palabra, y la Palabra era con Dios, y Dios era la Palabra".

En esta construcción especial de Juan 1:1, el primer enunciado termina con la expresión
 λόγος  que se traduce como Verbo o Palabra, luego el segundo enunciado, comienza con el mismo sustantivo del primer enunciado, es decir λόγος. El λόγος del segundo enunciado, es equivalente en pleno sentido al λόγος del primer enunciado. El segundo enunciado por su parte, termina o finaliza con la palabra o el sustantivo θεόν que, en modo acusativo, dirige nuestra mente al Dios Grande y Todopoderoso, seguido por el inicio del tercer enunciado que utiliza el mismo sustantivo, en este caso θεὸς para identificar al λόγος de todo el versículo como Dios. Dejando ver coherentemente en la construcción de Juan 1:1 que este sustantivo θεὸς de la tercera claúsula posee la misma naturaleza, esencia y autoridad de θεόν con que termina el segundo enunciado.

Luego, y considerando que el sustantivo θεόν con que termina el segundo enunciado refiere al Dios único y verdadero que adoran todos los cristianos, se desprende que el sustantivo θεὸς del tercer enunciado califica al Verbo o Palabra como el Dios único y verdadero que adoran todos los cristianos incluídos también los ángeles (Lea Romanos 9:5; 1 Juan 5:20, Hebreos 1:6).

De esta manera, la construcción poética de Juan 1:1 hacía girar su encanto y su impresionante vigor en torno al hecho de que la palabra con que concluía una frase y comenzaba la siguiente tenía el mismo valor, contenido y significado de la frase siguiente. Por esto el "Dios" de la tercera claúsula nunca podía ser "un dios" de carácter inferior al Dios de la tercera claúsula, sino que el mismo contenido y fuerza con que concluía la frase anterior. En conclusión, la construcción poética de Juan 1:1 no permite traducir el tercer enunciado como "un dios", ya que vulnera la forma en que el apóstol Juan entregó este texto para beneficio de todos los cristianos.

"Desde los días de la eternidad, el Señor Jesucristo era uno con el Padre; era la imagen de Dios', la imagen de su grandeza y majestad, 'el resplandor de su gloria'." (E.G. de White, El Deseado de Todas las Gentes)

"El Verbo existía como un ser divino, como el eterno Hijo de Dios, en unión y unidad con su Padre. Desde la eternidad era el Mediador del pacto, aquel en quien todas las naciones de la tierra, tanto judíos como gentiles, habían de ser bendecidas si lo aceptaban. 'El Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios' (Juan 1:1). Antes de que fueran creados los hombres o los ángeles, el Verbo era con Dios y el Verbo era Dios.

El Señor Jesucristo, el divino Hijo de Dios, existió desde la eternidad como una persona distinta, y sin embargo era uno con el Padre. Era la excelsa gloria del cielo. Era el Comandante de las inteligencias celestiales, y el homenaje de adoración de los ángeles era recibido por él con todo derecho.(E.G. de White, Mensajes Selectos, Tomo 1)


La naturaleza enfática de Juan 1:1

La manera en que Juan vierte el texto de la tercera claúsula del primer versículo de su Evangelio deja ver su intención de enfatizar una verdad que posteriormente desarrolla en todo su Evangelio, a saber que el Verbo era Dios con nosotros.

De todos los evangelistas, Juan es el que más destaca pasajes no contenidos en los demás evangelios y que hablan directamente de la divinidad de Cristo como el propio Juan 1:1 (Juan 8:12; 8:58-59; 10:14; 10:30). 

Al expresar la tercera claúsula de Juan 1:1 con el sustantivo Dios en modo definido y antecediendo al verbo ser en pasado, enfatiza la naturaleza de Cristo no como "divino" sino como Dios. Juan, en la claúsula uno, muestra a Jesús existiendo desde la eternidad, estando con Dios según la claúsula dos, pero no como una persona aparte de Dios sino como Dios mismo siendo una sola cosa con Dios en la claúsula tres (Juan 10:30). 

Note lo que dos eruditos del griego señalan respecto a la forma en que está vertido Juan 1:1 claúsula tres:
 
* Dr. Philip B. Harner de la Universidad de Heidelberg: "En la forma que Juan uso, la palabra TEOS esta colocada al principio para énfasis (lo cual descarta por completo la traducción 'un dios')."
 
* Dr. B.F. Westcott : "El predicado (Dios) sobresale enfáticamente primero, como en Juan 4,24. Necesariamente no tiene el articulo... No se sugiere inferioridad de naturaleza por esta forma de expresión, la cual sencillamente afirma deidad verdadera de la Palabra... en la tercera cláusula se declara que 'la Palabra' es 'Dios' y de ese modo se le incluye en la Deidad."
 
La forma progresiva de Juan 1:1

La forma en que está vertido en griego el texto de Juan 1:1 deja ver una progresión de información sobre la persona de Jesús de Nazareth, informando primero que existía desde el principio y que estaba con Dios, pero no como alguien aparte de Dios, sino siendo Dios en esencia, autoridad y naturaleza. 

El texto de Juan 1:1 informa que Jesús es eterno, ya que la expresión "el principio" alude al mismo "principio" de Génesis 1:1 y que es un tiempo anterior a la existencia de todas las cosas. Jesús, el Verbo, es el Dios creador de todas las cosas. Jesús es el Dios del Génesis que hizo los cielos y la tierra (Juan 1:1-3). Vea también Colosenses 1:16-17.

Igualmente, el texto progresa informando que el Verbo estaba con Dios, como una persona diferente e individual, pero como dice el mismo texto estando con Dios y siendo parte de Dios, dos personas pero un mismo Dios (Juan 10:30).

La curiosa estructura gramatical de Juan 1:1

¿Por qué Juan escribió la tercera claúsula del versículo uno de esa manera tan curiosa? Por una razón muy sencilla pero a su vez muy profunda. 

Si Juan hubiese escrito directamente: και ο λογος ην ο θεος "El Verbo era el Dios" con el sustantivo Theos siguiendo al verbo ser y antecedido por el artículo definido "el", habría dado lugar a pensar que Jesús (el Verbo) y el Padre eran una y la misma persona, algo que es totalmente ajeno a la Biblia y al cristianismo. Esta idea dio origen al sabelianismo o modalismo, que enseña que Dios se manifiesta al hombre en tres modos distintos, como Padre, como Hijo y como Espíritu Santo, pero que es en realidad una sola y misma persona en tres modos distintos. Este pensamiento herético ha sido rechazado por el cristianismo desde inicios de la Edad Media.

Por otra parte, si Juan hubiese querido decir que el Verbo es un dios, pero no el Dios creador de las Escrituras Hebreas, habría escrito sin ningún problema:
 και ο λογος ην θεος. Esto traducido literalmente significa "y el Verbo era un dios". Esto implica pensar que Jesús, el Verbo es un dios menor al Padre y subordinado a El, una criatura que debe su existencia al Dios verdadero. Este pensamiento herético se conoce como arrianismo y fue rechazado también a inicios de la Edad Media.

Sin embargo, Juan escribió: 
 και θεος  ην ο λογος   esto significa: "El Verbo era Dios" y no da lugar ni al sabelianismo ni al arrianismo, porque el sustantivo Theos no lleva artículo y no da lugar a pensar que el Verbo y el Padre son la misma persona. Sin embargo, al anteceder al verbo ser y siendo parte del predicado, el sustantivo Theos identifica al Verbo y lo indentifica con el Dios del cielo, ya que según la Regla de Colwell lleva artículo definido por anteceder al verbo ser en una estructura gramatical de cópula con otro sustantivo, en este caso Logos. 

REVISANDO LA REGLA DE COLWELL

Los detractores de la divinidad de Cristo obviamente no ven con buenos ojos la Regla de Colwell ya que la aplicación de esta regla deja fuera de lugar la traducción "un dios" para la tercera cláusula de Juan 1:1 y en consecuencia no les deja más alternativa que intentar menoscabar dicha regla o bien tratar de confundir respecto a su correcta aplicación.

En los escritos de quienes niegan la divinidad de Cristo se encuentran comentarios señalando que la Regla de Collwell es muy antigua y se sorprenden de que aún se siga utilizando, ya que fue propuesta en el año 1933, es decir, hace 87 años. Sin embargo, no es así como se refieren los eruditos del griego sobre esta regla, asignándole en cambio total vigencia en nuestros días y siendo una regla que goza de amplio reconocimiento en el mundo académico de la lengua griega.

Efectivamente, quienes indican que "el Verbo era un dios" están dispuestos a aceptar incluso que la tercera claúsula de Juan 1:1 diga "
Y el Verbo era divino" una absoluta adulteración del texto original, con tal de negar a Jesús como el Dios Todopoderoso de la Biblia, pero en esto la Regla de Colwell no los ayuda. ¿Qué camino queda entonces? Tratar de confundir respecto a la correcta forma de aplicar la consabida regla de gramática.

Según la obra Gramática Griega: Sintaxis del Nuevo Testamento. Segunda Edición con apéndice. Editorial Vida, Miami, 2015, de Daniel B. Wallace y Daniel S. Steffen, señalan entre otras cosas:

"En oraciones en las cuales la cópula es expresada, un predicado definido nominativo tiene el artículo cuando este sigue al verbo y no tiene el artículo cuando éste precede al verbo."

"Los predicados nominales definidos que preceden al verbo normalmente no tienen artículo. Por otra parte, los mismo autores señalan que no es común en griego encontrar un predicado nominal sin artículo antes del verbo copulativo y consecuentemente, un predicado nominal que precede al verbo no puede ser traducido como indefinido o aún como cualitativo solamente debido a la ausencia del artículo." 

En el caso de la claúsula tres de Juan 1:1 en que el predicado nominal va antes del verbo copulativo aplica lo que dice Colwell:
"Un predicado nominal que precede al verbo no puede ser traducido como nombre indefinido o ‘cualitativo’ solamente debido a la ausencia del artículo; si el contexto sugiere que el predicado es definido, debe traducirse como nombre definido a pesar de la ausencia del artículo."


Otra vez señalan enfáticamente Wallace y Steffen: "Los predicados nominales definidos que preceden al verbo normalmente no tienen artículo... un predicado nominal que precede al verbo no puede ser traducido como indefinido o cualitativo solamente porque no tiene artículo; si el contexto sugiere que el predicado nominal es definido, debe ser traducido como un sustantivo definido..." 

De lo anterior, se desprende lo siguiente: los predicados nominales definidos que preceden al verbo normalmente no tienen artículo y si el contexto sugiere que el predicado nominal es definido, debe ser traducido como sustantivo definido". Esto descarta que la palabra Dios de la tercera claúsula de Juan 1:1 sea traducida como sustantivo indefinido y tampoco deja opción para traducir el sustantivo Dios como el adjetivo calificativo "divino" ensuciando la traducción del texto y dándole un sentido que en verdad no tiene, ya que el autor del Evangelio que es Juan, escribió de su puño y letra: "Y el Verbo era Dios".


Siendo así, los detractores de la divinidad de Cristo se adelantan a indicar que el sustantivo "Dios" de la tercera cláusula de Juan 1:1 "parece definido", lo cual es a todas luces engañoso, porque la verdad no es que el sustantivo "Dios" de Juan 1:1 claúsula tres, como predicado, "parece definido" sino que en verdad es definido, de acuerdo al contexto y dado que como dice Colwell "los predicados nominales definidos que preceden al verbo normalmente no tienen artículo", de modo que no pueden ser considerados indefinidos por la ausencia del artículo. 

Wallace y Steffen señalan: "No es probable que Juan quisiera decir: 'El Verbo era un dios'. Según todos los estudios de sintaxis del griego, el predicado nominal sin artículo y antes del verbo copulativo muy raramente sería indefinido. Es lo menos probable. La regla de Colwell es que el contexto determina si el predicado nominal sin artículo es definido antes del verbo copulativo. En el contexto, "la palabra (el Verbo)", ya existía en el principio. Además, Juan declara abiertamente su fe en la divinidad de Jesús (5:23; 8:58; 10:30; 20:28)."  Una vez más, tenemos a un erudito en el estudio del griego, que nos indica que cuando hay dudas respecto a la naturaleza definida o indefinida de un predicado nominal que antecede al verbo se debe considerar el contexto y este contexto, en el Evangelio de Juan de manera inmediata y remota, así como todo el contexto en la Biblia, indica que Jesucristo, el Verbo, es Dios.

La misma obra de erudición gramática que los detractores de la divinidad de Cristo quieren usar para confundir sobre el correcto significado de Juan 1:1 señala: "No es probable que Juan quisiera decir: El Verbo era un dios". Y agregan: "Es lo menos probable". 

Según un amplio número de eruditos del griego koiné, si Juan 1:1 claúsula tres quisiera haber tenido un carácter cualitativo, esto se se habría solucionado para Juan simplemente diciendo "Y el Verbo era divino", usando el adjetivo calificativo "divino". Sin embargo, Juan no utiliza un adjetivo calificativo, sino el sustantivo Dios y esto porque claramente la claúsula tiene un carácter identificativo, identificar a Jesús como Dios. La claridad del lenguaje que Juan utiliza no deja lugar a dudas y entonces discutir la divinidad de Cristo es no querer ver la realidad que Juan quiere que comprendamos como primer punto de su Evangelio, a saber: "Y el Verbo era Dios".
 
MÁS PROBLEMAS CON LA TRADUCCIÓN DE JUAN 1:1

La traducción de Juan 1:1 que vierten distintas corrientes dentro del cristianismo, presenta además otros problemas.

INDEFINICIÓN.- El pretender traducir la palabra "Dios" como un sustantivo indefinido agregando el artículo "un" y quedando en consecuencia "un dios", conlleva el problema de la indefinición o indeterminación. Convierte al Verbo o el Logos en un dios indefinido o indeterminado, un dios desconocido. 

Note que la acepción de indefinido o indeterminado, según la Real Academia de la Lengua significa: "que no tiene características claras y precisas o que no tiene unos límites concretos" y si fuere adjetivo o nombre masculino: "indica un referente desconocido por los hablantes o uno cualquiera de la especie".  ¿Pudiéramos decir que la persona de Jesús, el Verbo, en la Biblia "no tiene características claras y precisas"? ¿Es Jesús para los cristianos un "referente desconocido"?  


PÉRDIDA DE IDENTIDAD.- La traducción del sustantivo Dios como el indefinido "un dios" hace que el Verbo pierda su identidad característica y única como Dios y lo sume en la nebulosa de la indefinición. Llega a ser "un dios", del cual no sólo no se sabe nada, sino que pasa a ser "un dios" entre muchos otros dioses, no se sabe cuántos. El Verbo pasa a ser "un dios", ¿entre cuántos otros dioses? No se sabe. ¿Qué tipo o clase de dios? No se sabe. No es lo mismo decir "la casa de Juan" que decir "una casa de Juan". En la primera sentencia hay identidad, identificamos "la casa de Juan", porque conocemos sus características, ubicación, etc. La casa de Juan es claramente distinguible entre otras. Sin embargo, cuando decimos "una casa de Juan", puede ser cualquiera o una entre varias. No se subentiende características distintivas, es sólo "una casa de Juan", sin nada que lo distinga de otras casas de Juan.  La intención de "una casa de Juan" no es identificar, sino destacar que es de Juan, luego la identidad de la casa no es importante, pierde su identidad. 

Lo mismo sucede en la tercera claúsula de Juan 1:1 "el Verbo era Dios" es una sentencia identificativa y que asigna una característica al Verbo. Busca que comprendamos quién es el Verbo y nos dice que "el Verbo era Dios". Cuando se traduce la tercera cláusula de Juan 1:1 como "la palabra era un dios" se le resta toda la fuerza identificativa al texto, que identifica al Verbo como Dios, le asigna identidad y esa identidad dice con fuerza que "el Verbo era Dios". El sustantivo Dios en la tercera claúsula tiene una connotación de identidad del predicado y que identifica al sujeto de la oración que es el Verbo y en este caso de Juan 1:1 dice claramente que el Verbo era Dios.


DUALIDAD DE CRITERIOS.- En la primera claúsula de Juan 1:1 dice: "Εν ἀρχῇ ἦν ὁ Λόγος" (En - principio - era - la - palabra). Algunas traducciones, incluida la Traducción del Nuevo Mundo (TNM), lo traduce: "En [el] principio la Palabra era". Note que la palabra ἀρχῇ (arje = principio) es sustantivo sin articulo definido y está ubicada antes del verbo ser, y es traducido como "el principio", no como "un principio" en la TNM. 

La estructura de esta oración, Juan 1:1 en su primera claúsula es sustantivo/verbo/ articulo definido/sustantivo, similar a la de la tercera claúsula:
 sustantivo/verbo/ articulo definido/ sustantivo. Sin embargo, al sustantivo “principio” que no tiene articulo definido y que se ubica antes del verbo ser conjugado, si le agregan el articulo definido “el” al traducirlo en la primera claúsula. Luego, cambian el criterio en la tercera claúsula y comienzan traduciendo con articulo indefinido el sustantivo Dios que no tiene artículo definido y se ubica antes del verbo ser, al igual que en la primera claúsula. Esta forma de traducir ciertamente no resulta ser consistente.

Más aún, en el siguiente versículo, a saber Juan 1:2 ocurre lo mismo y de manera aún más relevante, ya que en la expresión “οὗτος ἦν ἐν ἀρχῇ πρὸς τὸν Θεόν.” (Este – era- en – principio – con – el - Dios). La TNM lo traduce: “Este estaba en [el] principio con Dios.” Nuevamente ἀρχῇ (arje = principio) que es sustantivo sin articulo definido y que en esta ocasión sigue al verbo y por tanto si debe ser traducido con artículo indefinido, es traducido como "el principio" y no como "un principio" volviendo a cambiar de criterio en la forma de traducir los sustantivos, o predicados nominales que no tienen articulo definido según las "normas gramáticales" que ellos mismos proponen.

Esta forma arbitraria de aplicar las reglas gramaticales resulta a todas luces inconsistente y tendenciosa, dejando ver la intención de traducir la tercera claúsula de Juan 1:1 de una manera que no corresponde y con la sola intención de negar la divinidad de Cristo (el Verbo) que fue obviamente la intención del apóstol al comenzar a escribir su Evangelio. Lo anterior, se deja ver seguidamente al indicarnos que aquel Cristo (el Verbo) es el Creador de todas las cosas, es decir, el Dios del Génesis.

TERGIVERSACIÓN DE UN PRINCIPIO.- Quienes discuten la identidad del Verbo como Dios, argumentan que en ocasiones cuando el sustantivo forma parte del predicado y se antepone al verbo ser suele adquirir un carácter cualitativo. Eso es correcto, sin embargo, quienes recurren a este argumento indican que siendo el sustantivo Dios probablemente cualitativo, bien se puede traducir "divino" y entonces quedaría: El Verbo era divino. La falacia de este argumento es que si bien el sustantivo Dios pudiera eventualmente adquirir un carácter cualitativo, no por eso dejaría de ser un sustantivo para transformarse en el adjetivo "divino". Tal no es la regla. El sustantivo continúa siendo sustantivo y no pierde su calidad de tal porque tenga carácter cualitativo. Si Juan el apóstol hubiese querido destacar la cualidad divina del Verbo habría escrito directamente "El Verbo era divino", pero no, escribió: El Verbo era Dios.

Si el sustantivo Dios adquiere carácter cualitativo, como indican los detractores del carácter identificativo de Juan 1:1 y que dice que el Verbo era Dios, entonces la sentencia estaría indicando que la cualidad del Verbo es que "era Dios", asignándosele al sustantivo Dios el carácter cualitativo. Esto no lo dicen quienes esgrimen este argumento y dentro de su argumentación inmediatamente que han asignado a Dios el carácter cualitativo, lo cambian al adjetivo "divino" y eso no es traducir o interpretar las Escrituras, es lisa y llanamente adulterar las Escrituras. No obstante, siendo que el carácter del sustantivo Dios en la tercera claúsula de Juan 1:1 tenga carácter identificativo, que en verdad lo tiene, y se le adjudique el carácter cualitativo sin adulterar el sustantivo, de igual manera queda: "El Verbo era Dios". 

Note que en una aclaración en relación a la traducción de Juan 1:1 de la Traducción del Nuevo Mundo en su Apéndice 6 señala: "Con un predicado sin artículo precediendo al verbo, son principalmente cualitativas en significado. Indican que el logos tiene la naturaleza de theos."  Luego: ¿cuál es la naturaleza de Theos? Conteste Ud. esa pregunta. La sentencia de la TNM dice que: "el logos tiene la naturaleza de theos". La naturaleza de Theos es que es Dios en todo su sentido, esa es la naturaleza del Logos o el Verbo. 

CONSIDERACIONES FINALES QUE GUÍAN
LA CORRECTA TRADUCCIÓN DE JUAN 1:1

1.- La Regla de Colwell claramente indica que la expresión "Dios" de la tercera claúsula de Juan 1:1 debe ser traducida como definida o cualitativa, siendo la alternativa menos posible la indefinida. De esta manera, el sustantivo "Dios" de la tercerca claúsula de Juan 1:1 debe ser traducido como Dios, siendo un sustantivo definido, o bien, como Dios señalando una cualidad del Verbo y al ser así, la cualidad del Verbo es que era Dios. 

2.- La Regla de Colwell establece que cuando hay dudas respecto a la verdadera interpretación de un sustantivo anártrico (sin artículo) que precede al verbo copulativo, entonces se debe apelar al contexto, y en este sentido, es claro que todo el Evangelio de Juan procura darnos a conocer a Jesús como Dios. No como cualquier dios, sino como el Dios que creó los cielos y la tierra, el Dios de la Biblia (v.2-3). Lea también Juan 8:50; 8:12; 10:30; 14:8-11. 

3.- La construcción de Juan 1:1 deja ver una situación muy especial y en que la última expresión de la claúsula 1 señala al  Verbo o Logos como parte del predicado de la sentencia. Luego, la claúsula  2, inicia con el Verbo de la claúsula 1 para finalizar mencionando a Dios como parte del predicado. De igual manera, la claúsula 3 inicia con la expresión Dios, la misma expresión con que termina la claúsula 2 como parte del predicado nominal y que identifica finalmente al Verbo y lo identifica como Dios. De esta manera, el Logos de la claúsula 2 es el mismo Logos de la claúsula 1, y el Dios con que se identifica al Logos de la claúsula 3, es el mismo Dios de la claúsula 2. Esto, deja ver que el Verbo o Logos no es un dios distinto o de naturaleza distinta al Dios de la claúsula 2. El Dios de la claúsula 3, es el mismo Dios de la claúsula 2. 

4.- La naturaleza textual de Juan 1:1 está dada en un sentido enfático, en que el sujeto del texto, a saber, el Verbo o Logos, es presentado como existiendo en el principio de manera continua y eterna. Luego, pasa a una instancia mayor y lo muestra como estando con Dios, para finalmente, indicar que ontológicamente, el Verbo no es apartado de Dios, sino que el Verbo forma parte de la naturaleza y esencia de Dios, ya que el Verbo mismo era Dios.

EL SUSTANTIVO DIOS
EN LA TERCERA CLAÚSULA DE JUAN 1:1
ES DEFINIDO - LO ACLARA LA TRADUCCIÓN HEBREA

¿Es el sustantivo Dios de la tercera claúsula de Juan 1:1 definido o indefinido? Quienes abogan por negar la divinidad de Cristo se adelantan a señalar que el artículo Dios en la tercera claúsula de Juan 1:1 es indefinido porque no lleva el artículo definido "el", como sí ocurre en la segunda claúsula en que se dice que: "el Verbo estaba con Dios". Esta afirmación ignora decididamente la regla gramatical de Colwell, que indica que cuando un sustantivo, en este caso "Dios" se ubica antes del verbo ser, en este caso "era", no debe llevar artículo definido, porque se entiende que es definido. Siendo así, y aplicando correctamente la Regla de Colwell, es claro que el sustantivo "Dios" de la tercera claúsula de Juan 1:1 es definido, siendo la traducción correcta: "el Verbo era Dios" y no "el Verbo era un dios".

Lo anterior, se hace claro al leer la traducción hebrea del Evangelio de Juan y especialmente del texto de Juan 1:1 y que en hebreo dice:

בראשית היה הדבר
והדבר היה אצל האלהים
והאלהים הוא היה הדבר


Lo anterior, traducido palabra por palabra dice clara y textualmente: En principio era la palabra, y la palabra estaba con Dios, y Dios el era la palabra.

En la traducción de la tercera claúsula de Juan 1:1, se nota claramente que el Dios de que habla el texto es el Dios Altísimo, ya que claramente al sustantivo Dios le antecede el artículo definido "el" (האלהים - haelohim). En el griego, es sabido que cada vez que se refiere al Dios del cielo, el sustantivo Dios va acompañado del artículo definido "el". Ahora bien, como se ha dicho, por una regla gramatical propia del griego, cuando el sustantivo Dios antecede al verbo ser, no lleva artículo definido, pero se entiende que es definido, lo cual se deja ver perfectamente en la traducción al hebreo, que conociendo este detalle gramatical, traduce correctamente del griego al hebreo y entonces antepone el artículo definido "el" al sustantivo "Dios", haciendo de este sustantivo que refiere al Dios de lo alto, como un sustantivo definido y en consecuencia, entendendiéndose que habla del Dios de lo alto, y no de "un dios" indefinido, como malamente traducen algunas versiones de la Biblia que buscan negar la divinidad de Cristo.

Un detalle interesante es que la traducción hebrea agrega el pronombre en tercera persona "el" para identificar al Dios de la claúsula 3, no dando lugar a que el sustantivo Dios sea considerado como un sustantivo indefinido o un adjetivo calificativo, sino dando a entender que el sujeto de todo el texto, desde la claúsula 1 a la 3, que es el Verbo o la palabra, es Dios en todo el sentido. La claúsula 3 tienen en consecuencia un valor o carácter indentificatorio: "El Verbo era Dios" tal y como traduce 99% de las traducciones de la Biblia y especialmente el texto de Juan 1:1.

Igualmente, un detalle a notar es que la traducción hebrea sigue la estructura del griego en la formación de la claúsula 3, ya que antepone el sustantivo Dios al verbo ser conjugado en pasado lo cual es propio del griego indicando que se sigue la Regla de Colwell en que cuando un sustantivo, en este caso Dios, antecede al verbo ser, resulta ser estructuralmente un sustantivo definido.

Es necesario aclarar que la gran mayoría de traducciones de la Biblia realizadas por eruditos en los idiomas originales, siguen la Regla de Colwell al momento de traducir Juan 1:1, lo cual es ignorado sólo por unas dos o tres traducciones tendenciosas y que traducen el texto ignorando la regla y por supuesto aportando una mala traducción y una enseñanza que no se encuentra en las Sagradas Escrituras.

El hecho de que la última parte de la sentencia de la claúsula 3 indica: "el era la palabra", está indicando que el mismo Dios de la claúsula 2, es el que es llamado "la palabra" de la claúsula 3. El hebreo es clarísimo y no deja lugar a dudas de que "el Verbo era Dios", no "un dios" menor o aparte del Dios único y verdadero, sino siendo en propiedad el Dios verdadero. La traducción hebrea sigue la Regla de Colwell. Veálo Ud. mismo en el texto hebreo.


Texto hebreo de Juan 1:1 (marcado en rojo)
Traduce correctamente el griego siguiendo la Regla de Colwell
"Y la Palabra era Dios"
Manuscrito encontrado en la Biblioteca del Vaticano
Copyright (c) Biblioteca Apostólica Vaticana

JUAN 1:1 
UNA JOYA DE LA INSPIRACIÓN

¿Por qué si Dios quisiera que comprendiéramos que Jesús no es Dios por inspiración motivó a Juan a escribir que Jesús es Dios? ¿Por qué si los judíos comprenden claramente que sólo hay un Dios según Deuteronomio 6:4, Juan, siendo judío escribió que el Verbo era Dios? ¿Creía Juan en más de un Dios? ¿Creía Juan que Jesús era un dios, pero no Dios? La verdad es que el texto de Juan 1:1 ha generado un encendido debate por más de 1500 años entre los cristianos. ¿Deseaba Dios este debate? ¿Es en verdad el texto de Juan 1:1 poco claro respecto de la divinidad de Cristo? o por el contrario: ¿Es el texto de Juan 1:1 suficientemente claro respecto de la divinidad de Cristo como para evitar todo debate? Sería bueno que como cristianos reflexionaramos en esto.

Lo cierto es que los cristianos creemos que "toda palabra es inspirada de Dios" (2 Timoteo 3:16-17) y en consecuencia los escritores de la Biblia sólo fueron instrumentos para expresar lo que en realidad Dios quería comunicar a la humanidad. Siendo así, Juan 1:1 no es la interpretación o idea de Juan, sino concretamente la palabra de Dios para nosotros.

Si Dios a lo largo de la historia ha insistido enfáticamente en que sólo hay un Dios y nadie más fuera de El: ¿por qué contradictoriamente El inspiraría a Juan a escribir que Jesús, el Verbo era Dios? ¿Por qué dar lugar a un debate que lleva más de 1500 años a los cristianos sumidos en una división de pensamiento? ¿No sería acaso la intención de Dios dejar claramente establecido que el Mesías no era simplemente un ser humano sino más bien "Dios con nosotros"? ¿No es acaso el Mesías que presenta Juan a los cristianos uno con Dios mismo? Juan registra las palabras del propio Jesús de Nazaret quien dice: "El que me ha visto, ha visto al Padre?" o "¿No crees que yo soy en el Padre, y el Padre en mí?"  "Creedme que yo soy en el Padre, y el Padre en mí." (Juan 14:8-11). ¿Qué significa todo esto? Lo que el propio Jesús quería que ellos aceptaran, a saber que: "Yo y el Padre somos uno" (Juan 10:30). Esto escandaliza a los incrédulos de hoy de la misma manera que escandalizó a los incrédulos de hace dos mil años atrás.

La estructura y forma gramatical en que está expresado Juan 1:1 en su claúsula final, posee tres cualidades notables que lo convierten en una joya de la inspiración, primero es un antídoto contra el sabelianismo ya que deja muy claro que el Verbo no es la misma persona que el Padre. Segundo, es un antídoto contra el arrianismo, ya que establece que el Verbo es Dios y no un ser inferior a Dios. Y tercero, declara manifiestamente la divinidad de Cristo como uno con Dios. Por favor, ahora vuelva a leer Juan 10:30 en que Jesús declara: "Yo y el Padre somos uno". Que Dios le bendiga.

Más referencias sobre el tema: 

 
 
  Hoy habia 62 visitantes (79 clics a subpáginas) ¡Aqui en esta página!  
 
Este sitio web fue creado de forma gratuita con PaginaWebGratis.es. ¿Quieres también tu sitio web propio?
Registrarse gratis